Las vacunas contra la Covid-19 han marcado un hito científico. En menos de un año desde la detección de los primeros casos de Covid-19 en la ciudad china de Wuhan a finales de 2019, el mundo comenzaba las campañas de vacunación masiva. En el momento actual en el que nos encontramos, con altas tasas de cobertura vacunal frente a la Covid-19 en la mayoría de países y con los gobiernos habiendo retirado la práctica totalidad de las medidas y restricciones, se necesita contar con una estrategia terapéutica para el tratamiento de las personas que continúen infectándose y reducir el riesgo de hospitalización. Especialmente en casos como las personas de edad avanzada y los grupos más vulnerables como los inmunodeprimidos.
Este ha sido el punto de partida del encuentro online organizado por MSD España que ha contado con la participación de Santiago Moreno, jefe de Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario Ramón y Cajal y Catedrático del Departamento de Medicina de la Universidad de Alcalá, en Madrid, y Manuel Cotarelo, director Médico de Enfermedades Infecciosas en MSD España.
Los antivirales y los anticuerpos monoclonales son en la actualidad los dos principales grupos de tratamientos contra la Covid-19 con los que se cuenta. Moreno ha centrado su intervención en el tratamiento de la Covid-19 leve y moderada. “En la primera ola llegamos a tener 1.000 pacientes ingresados en el hospital”, ha indicado poniendo el foco en las olas pandémicas que siguieron al inicio de la campaña de vacunación masiva, sobre las que indica que “la gente vacunada fallece muy poco”, al igual que sucede con las hospitalizaciones. “Nuestra situación actual se debe al alto número de personas vacunadas y por las características de las variantes dominantes”. En este sentido, “Ómicron es la variante prácticamente única que infecta a la población y condiciona la epidemiología que vemos con un número de infecciones que incluso desafiaba a la inmunidad protectora generada por la vacunación”. “El reto ahora está en que las personas de riesgo que se infecten no progresen a hospitalización a pesar de la vacunación”, ha expuesto.
En términos del curso de la infección nos encontramos con tres fases: fase temprana, infección pulmonar y estado de híper inflamación. “En la primera fase lo suyo sería que se utilizasen antivirales para evitar la progresión, mientras que en la última se utilicen tratamientos antiinflamatorios. En los últimos tiempos se ha avanzado mucho en los tratamientos precoces que actúen en esa primera fase”.
Nos encontramos en un momento en el que la disponibilidad de los tratamientos es limitada, por lo que se atiende a cuatro factores definitorios para establecer la población a la que se dirigen. Estos factores responden a la eficacia clínica, la sensibilidad de las variantes circulantes, las características propias de los fármacos y su disponibilidad. La edad, el estado de vacunación y la presencia de enfermedades subyacentes son los principales factores a tener en cuenta a la hora de evaluar el riesgo de progresión a enfermedad grave de un paciente en caso de infección. “Entre los vacunados merecerían ser tratados las personas de edad avanzada con comorbilidades”, ha señalado.
“A pesar de las buenas noticias, la pandemia sigue aquí y es necesario seguir investigando sobre nuevas variantes y tratamientos. Debemos tener claro que, a pesar del gran éxito de la vacunación en España, no es suficiente y son necesarios tratamientos que puedan evitar la hospitalización de los pacientes vulnerables”
La exposición ha puesto el foco en la eficacia de los antivirales de molécula pequeña como son los casos de Remdesivir, Paxlovid y Molnupiravir, que han reportado una reducción significativa de la mortalidad en los ensayos clínicos realizados. “Molnupiravir reduce de forma más rápida la carga viral tanto si el paciente tenía carga basal elevada o más baja. Cuando comparas placebo con Molnupiravir ya no hay virus replicativo en el tercer día”, ha compartido indicando que solo el 21% presentaba carga infectiva en el tercer día.
“Además, reduce significativamente los síntomas específicos asociados a la Covid-19”, ha afirmado. Profundizando en los resultados del ensayo clínico ha centrado su atención en el pequeño grupo de participantes inmunodeprimidos: “Necesitamos datos concreto sobre este y otros grupos”, ha apostillado.
En comparación con los anticuerpos monoclonales ha destacado que cada uno de los tratamientos autorizados de los que se dispone actualmente, “tienen sus ventajas y desventajas”, en función de la variante que haya provocado la infección en el paciente y los mecanismos de administración de los tratamientos. En base a esto, las opciones terapéuticas en casos de Covid-19 leve/moderado son las siguientes:
- Nirmatrelvir/ritonavir (300/100 mg cada 12 horas durante cinco días), si los síntomas se han iniciado en los últimos cinco días antes del inicio del tratamiento.
- Sotrovimab (500 mg, una dosis), si los síntomas se han iniciado en los últimos cinco días antes del inicio del tratamiento. Puede considerarse Casivirimab + Indevimab en infecciones causadas por variantes distintas de BA.2.
- Remdesivir (200 mg el primer día y 100 mg en el segundo y tercer día), si el inicio de síntomas se ha producido en menos de siete días antes de recibir el tratamiento.
- Si los síntomas se han iniciado en un periodo menor a cinco días y no hay otra opción disponible, Molnupiravir (800 mg, cada 12 horas durante cinco días).
En España contamos actualmente con Paxlovid, Sotrovimab y Remdesivir. Molnupiravir todavía no lo tenemos porque no está oficialmente aprobado por la Agencia Europea del Medicamento, pero la Unión Europea activó un mecanismo para su solicitud de emergencia mediante una autorización temporal de uso desde el pasado mes de noviembre. Los tres medicamentos que sí están autorizados se solicitan mediante una petición especial en base a un paciente que cumple con unos requisitos específicos que cumplen los criterios y se solicita su administración a la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios.
"En el caso de la población general, no hay aumento de las hospitalizaciones, pero tenemos que esperar a que pasen estos meses y lleguemos al otoño para determinar si el virus tiende a la estacionalidad y evaluar si tenemos que vacunarnos todos"
Moreno ha aclarado también las dudas sobre la necesidad o no de una cuarta dosis de la vacuna: “Lo que se pretende con las dosis repetidas es proteger frente al virus y las infecciones graves, ahora mismo los más mayores y los inmunodeprimidos necesitan una cuarta dosis. En el caso de la población general, no hay aumento de las hospitalizaciones, pero tenemos que esperar a que pasen estos meses y lleguemos al otoño para determinar si el virus tiende a la estacionalidad y evaluar si tenemos que vacunarnos todos”.
“Para la enfermedad grave hay cuatro medicamentos que han demostrado su papel en la disminución de la mortalidad. En todos los momentos tenemos ya un medicamento para tratar la Covid-19 en todas las fases. A pesar de que el linaje BA.2 de Ómicron parece establecer una limitación a la eficacia de los anticuerpos monoclonales, contamos con los antivirales. Esperemos que no aparezca una variante del virus que se hiciera resistente a las vacunas y los tratamientos con los que contamos”, ha resumido Moreno.
“A pesar de las buenas noticias, la pandemia sigue aquí y es necesario seguir investigando sobre nuevas variantes y tratamientos. Debemos tener claro que, a pesar del gran éxito de la vacunación en España, no es suficiente y son necesarios tratamientos que puedan evitar la hospitalización de los pacientes vulnerables”, ha concluido Manuel Cotarelo.