Las manifestaciones neurológicas de la Covid-19 han sido caracterizadas en estos más de dos años y medio desde la aparición de los primeros casos, pero no se ha realizado una evaluación integral de las secuelas neurológicas transcurrido un año desde el inicio de la infección. Un aspecto fundamental si tenemos en cuenta que el Covid persistente se erige como una de las grandes preocupaciones en materia de salud pública.
En este sentido ponemos el foco en un trabajo publicado por Nature basados en los datos nacionales de atención médica del Departamento de Asuntos de Veteranos de Estados Unidos. A través de este se ha creado una cohorte compuesta por 154.068 personas que han superado la Covid-19, así como 5.638.795 controles contemporáneos y 5.859.621 controles históricos.
Hasta la fecha, la mayoría de los estudios que han evaluado los trastornos neurológicos clínicos posteriores a la infección se han limitado a personas que requirieron hospitalización. Además, la mayor parte de la evidencia científica disponible en este campo se ha limitado a un seguimiento de los pacientes máximo de seis meses, con una clara limitación en cuanto a resultados neurológicos.
Profundizando en los resultados los investigadores indican que, entre las personas que sobrevivieron a los primeros 30 días de iniciarse la infección presentaron un mayor riesgo de accidente cerebrovascular isquémico con una carga de 3,40 por cada 1.000 personas a los 12 meses, ataques isquémicos transitorios (carga de 2,03), accidente cerebrovascular hemorrágico (carga de 0,21) y trombosis venosa cerebral (carga de 0,05). El riesgo y la carga de una combinación de estos resultados cardiovasculares fueron de 1,56 y 4,92, respectivamente.
En el campo de la cognición y la memoria vemos que es en el caso de la segunda donde se reportaron mayores problemas con una carga de 10,07 y del 1,65 para la enfermedad de Alzheimer. El riesgo y la carga de una combinación de estos resultados de cognición y memoria fueron de 1,80 y 10,35, respectivamente.
Si hablamos de trastornos de los nervios periféricos el estudio incluye la neuropatía periférica (sobrecarga del 5,64), parestesia (sobrecarga del 2,89), disautonomía (carga de 1,60) y parálisis de Bell (carga de 0,32). El riesgo y carga respectivos de una combinación de estos trastornos de los nervios periféricos fueron del 1,34 y 8,64, respectivamente.
"Los sistemas de salud deben considerar estos hallazgos en la planificación de las capacidades y en el diseño de las vías de atención clínica para abordar las necesidades de atención de las personas que sobreviven a la fase aguda de la Covid-19"
Los trastornos episódicos incluyeron migraña (sobrecarga del 2,04), epilepsia y convulsiones (sobrecarga del 2,01) y cefaleas (carga del 1,46). El riesgo y la carga de una combinación de estos trastornos episódicos fueron del 1,32 y 4,75, respectivamente.
El estudio también ha contemplado ciertos trastornos del movimiento como los movimientos involuntarios anormales (carga del 2,85), temblores (carga del 1,10), enfermedad similar al Párkinson (sobrecarga del 0,89), distonía (sobrecarga del 0,40) y mioclonías (sobrecarga del 0,14). El riesgo y la carga respectivos de una combinación de estos trastornos del movimiento fueron del 1,42 y del 3,98, respectivamente.
En relación a los trastornos relacionados con la salud mental se analizaron trastornos depresivos mayores (carga del 17,28), estrés y trastornos de adaptación (carga del 14,34), ansiedad (sobrecarga del 12,44) y trastornos psicóticos. (sobrecarga del 1,02). El riesgo y la carga respectivos de un compuesto de estos trastornos de salud mental fueron del 1,43 y 25, respectivamente.
El estudio ha evaluad además algunos trastornos sensoriales (como anomalías auditivas o de la visión, o la pérdida de gusto y el olfato) y una serie de trastornos neurológicos como la mielitis transversa, el síndrome de Guillain-Barré o la somnolencia.
De acuerdo con las conclusiones de la investigación las personas con Covid-19 presentan un riesgo aumentado de sufrir una amplia variedad de trastornos neurológicos que abarcan varias categorías de enfermedades. Entre estas se incluyen los accidentes cerebrovasculares (tanto isquémicos como hemorrágicos), trastornos cognitivos y de la memoria, del sistema nervioso periférico, trastornos episódicos, extrapiramidales y relacionados con el movimiento, trastornos de salud mental, musculoesqueléticos, sensoriales y otros, entre los que destacan el síndrome Guillain-Barré, encefalitis y encefalopatía.
“En conjunto, nuestros resultados muestran que los riesgos y las cargas de los trastornos neurológicos en el grupo de pacientes con Covivd-19 a los 12 meses del inicio de la infección son sustanciales”, exponen los autores.
“Las consecuencias a largo plazo de la infección por SARS-CoV-2 deben tenerse en cuenta al diseñar políticas para gestionar la pandemia en curso y desarrollar estrategias para una era pospandémica. Los sistemas de salud deben considerar estos hallazgos en la planificación de las capacidades y en el diseño de las vías de atención clínica para abordar las necesidades de atención de las personas que sobreviven a la fase aguda de la Covid-19”, concluyen.