La dinámica de transmisión del SARS-CoV-2 es uno de los puntos sobre los que más ha ahondado la comunidad científica desde el inicio de la pandemia. El elevado número de infecciones asintomáticas o con un cuadro sintomatológico leve, similar al de otras enfermedades como la gripe, ha dificultado durante mucho tiempo la detección temprana de casos y sus contactos estrechos. Un escenario que se ha visto complicado por el surgimiento y veloz expansión de variantes como Delta (B.1.617.2, detectada originalmente en India) que han aumentado la transmisibilidad.
Ante esta fotografía un grupo de investigadores de la Universidad de Oxford (Reino Unido) ha realizado una revisión sistemática de los estudios disponibles centrados en aspectos como la capacidad de transmisión del virus en individuos asintomáticos o presintomáticos, la duración del tiempo en el que estos resultan infecciosos, la relación entre su capacidad infectiva y las pruebas PCR, y si una cadena de transmisión puede encontrar su origen en sujetos asintomáticos y/o presintomáticos. Esta revisión se encuentra a la espera de ser revisada por pares y ha sido publicada de forma pre-impresa en medRxiv.
Tras una exhaustiva revisión el equipo halló 18 estudios de una variedad de entornos que se ajustaban a sus criterios. Entre las principales conclusiones alcanzadas destaca que las pruebas de PCR binarias únicas o puntuales no proporcionan una gran cantidad de información sobre la tasa de transmisión de la enfermedad. Motivo por el que sugieren que la realización de un estudio centrado en el seguimiento con pruebas PCR repetidas en intervalos de tiempo precisos podría ayudar a comprender de forma más completa el mecanismo de transmisión del SARS-CoV-2. Por lo general, los valores de Ct (umbral de ciclo) representan la probabilidad del número de veces que el virus puede replicarse.
La revisión ha reportado una deficiente cantidad de información sobre la conexión entre la transmisión del virus y la edad de los pacientes. De esta forma han descubierto que un porcentaje variable de candidatos asintomáticos podría desarrollar síntomas asociados a la COVID-19 más adelante.
Los primeros estudios informaron de que estos casos representaron entre el 30 y el 80% de las infecciones. Recientes investigaciones recogidas por Science señalan que este abanico se reduce a un espacio que oscila entre el 17 y el 30%
Es por esto que los responsables del estudio afirman que deben realizarse más investigaciones que permitan comprender de mejor forma el papel de los individuos asintomáticos y presintomáticos en la transmisión del virus.
LA DIFÍCIL LABOR DE DETECCIÓN
Un reciente estudio la Universidad de Navarra ha concluido que las pruebas rápidas para la detección de SARS-CoV-2 (los conocidos como test de antígenos) son menos eficaces cuando se realizan en población asintomática y, por tanto, no son pruebas útiles para realizar cribados masivos.
El estudio, dirigido por el doctor responsable del Área Covid de la Universidad de Navarra, Alejandro Fernández Montero, y publicado en la revista EClinicalMedicine, destaca que la prueba rápida de antígenos es una herramienta útil cuando se realiza en población con síntomas y se interpreta de manera adecuada, pero en las poblaciones de bajo riesgo la proporción de falsos negativos es más alta y por tanto un resultado negativo no descarta la infección por COVID-19.
Los resultados de las pruebas PCR arrojaron un porcentaje de positividad del 1,93%: 49 casos positivos, de los cuales 35 fueron detectados también por el test rápido de antígenos y 14 no lo fueron. Esto implica que casi el 29% de los positivos no fueron identificados por el test rápido (sensibilidad igual a 71,43%). Este porcentaje de falsos negativos todavía se incrementó más, hasta un 47%, en caso de participantes de bajo riesgo y asintomáticos. La sensibilidad del test disminuyó hasta el 53,33%.
A finales del pasado mes de junio una investigación desarrollada por el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) revelaba que casi el 30% de las infecciones por SARS-CoV-2 en España durante la primera ola de la pandemia fueron asintomáticas, y que estas infecciones sin síntomas fueron más frecuentes en áreas en las que la circulación del virus era menor. Hombres, personas jóvenes, ancianos y fumadores mostraron más infecciones asintomáticas que el resto de la población infectada.
Los expertos indican que la verdadera ocurrencia y capacidad de transmisión de las infecciones asintomáticas y presintomáticas son difíciles de evaluar. Es prácticamente imposible su detección sin programas de cribado y pruebas efectivas de contactos. Lo cierto es que la prevalencia de los casos asintomáticos no está establecida con precisión. Los primeros estudios informaron de que estos casos representaron entre el 30 y el 80% de las infecciones. Recientes investigaciones recogidas por Scienceseñalan que este abanico se reduce a un espacio que oscila entre el 17 y el 30%.