Casi dos tercios de los oncólogos torácicos encuestados indicaron que utilizaron herramientas de telesalud por primera vez durante la pandemia de COVID-19, según un informe publicado en la Conferencia Mundial sobre Cáncer de Pulmón IASLC 2021.
La telesalud y la telemedicina surgieron como herramientas de comunicación esenciales durante la pandemia de COVID-19 como alternativas a la consulta presencial entre pacientes y médicos.
Para evaluar mejor el uso de la telesalud durante la pandemia y el impacto más amplio en la atención torácica, el Comité de Comunicaciones de la IASLC elaboró una encuesta de 24 preguntas que abarcaba dos amplios temas relativos al impacto de la pandemia en el uso de la telesalud y la atención del cáncer de pulmón/mesotelioma. La encuesta se realizó entre el 12 de abril y el 31 de mayo de 2021.
De los 141 encuestados, (37,6 % de América del Norte, 31,2 % de Europa y 14,9 de Asia) el 65,2% informó de que había utilizado la telesalud por primera vez, mientras que la facturación (en su caso) se realizaba según las tarifas normales (48,2%); casi la mitad informó de que la telesalud había llegado para quedarse (48,2%).
La telesalud y la telemedicina surgieron como herramientas de comunicación esenciales durante la pandemia de COVID-19 como alternativas a la consulta presencial entre pacientes y médicos
Los obstáculos más comunes para la adopción de la telesalud fueron la falta de recursos para los pacientes (66,1%) y las limitaciones normativas (56,2%), mientras que el interés de los pacientes y la falta de recursos institucionales no se consideraron obstáculos (43,1% y 41,4%, respectivamente).
PRINCIPALES VENTAJAS PARA PACIENTES
Las principales ventajas para los proveedores/pacientes fueron la continuidad de la atención y el mantenimiento del contacto con los pacientes (88%-92% de los encuestados). Las principales desventajas para los proveedores fueron la falta de contacto humano (72,9%), la falta de acceso a Internet por parte de los pacientes y el desconocimiento de la tecnología (71,3%) y la ausencia de los aspectos informales de las visitas presenciales (71,3%); estas también fueron las principales preocupaciones de los pacientes (74,8%, 74%, 76,1% y 68,4%, respectivamente).
Los médicos consideraron que la telesalud era más apropiada durante la vigilancia (94,1%) y menos para el diagnóstico inicial (69,8%). La mayoría consideraba que los pacientes eran receptivos a la telesalud (55,3%); sin embargo, a los médicos les preocupaba que su uso aumentara las disparidades en la atención sanitaria (29,7%).
En general, la mayoría consideró que la pandemia tuvo un impacto negativo en la atención (68%), con repercusiones en el acceso a los diagnósticos (es decir, la biopsia), los ensayos clínicos (es decir, la reducción de los ensayos), la investigación básica/traslacional (es decir, la disminución de la actividad), así como la atención (es decir, la cirugía). También disminuyó el número de personas que accedieron al cribado del cáncer de pulmón (86,9%).
"Habrá que hacer mucho para contrarrestar los impactos negativos en la atención, los ensayos clínicos y la investigación durante la pandemia de COVID-19", señala Anne-Marie Baird, doctora del Trinity College de Dublín (Irlanda) y presidenta del Comité de Comunicaciones del IALSC, al tiempo que ha indicado que "aunque la telesalud ha sido ampliamente adoptada, siguen existiendo problemas como el acceso a la asistencia sanitaria, el punto de uso en la vía asistencial y la selección de la plataforma de telesalud".