La pandemia de la COVID-19 ha tenido un fuerte impacto en los sistemas sanitarios de todo el mundo, y España no ha sido una excepción. Pero, más allá de las consecuencias directas de la enfermedad, lo que empieza a preocupar a los expertos es la incidencia que tendrá en otras patologías no directamente relacionadas que están viendo sus diagnósticos retrasados, con las consecuencias que de ello se derivan.
Una de las problemáticas más importantes en este sentido es la relacionada con el desarrollo de los tumores palpebrales
El miedo al contagio en los centros hospitalarios, sobre todo por parte de la población de mayor edad, está haciendo que muchas personas estén posponiendo visitas y cirugías electivas de patologías no graves. En la actualidad acudir a los centros sanitarios es completamente seguro, y resulta mucho más peligroso no realizar visitas rutinarias que permitan detectar problemas que aún no han manifestado síntomas. El campo de la oftalmología es uno de los que más están sufriendo la incidencia de este temor y postergación de visitas.
Sin ir más lejos, durante el año 2020 el Servicio de Oftalmología del Centro Médico Teknon ha recibido un 50% menos de primeras visitas que durante el año 2019. “Por el contrario, la ratio de pacientes que se han de operar se ha doblado, lo que significa que aquellos que llegan a la consulta lo hacen con sus patologías mucho más evolucionadas, con los peligros y riesgos que eso conlleva”, explica el Dr. Ferran Mascaró, especialista en oftalmología del Centro Médico Teknon.
EL PELIGRO DE LOS TUMORES PALPEBRALES Y ORBITARIOS
Una de las problemáticas más importantes en este sentido es la relacionada con los tumores palpebrales. Se trata de tumores localizados alrededor del párpado, son muy comunes, en su mayoría benignos, y se pueden tratar de una forma sencilla. Los orbitarios son menos frecuentes, también la mayoría benignos y de lenta evolución. Pero tanto unos como otros pueden ser también malignos, aparecer de forma repentina y experimentar un crecimiento muy rápido.
Suelen estar relacionados con la exposición solar y se presentan normalmente en personas mayores de 40 años. Los tumores palpebrales son muy visibles y aparecen a menudo en forma de úlcera o nódulo, y muchas veces los pacientes minimizan su importancia al considerarlos pequeñas verrugas. “El problema es que estos tumores aparecen ahora mucho más evolucionados porque no se ha venido al iniciarse el problema y esto hace que sea precisa una cirugía más importante y, sobre todo, es posible que, en caso de ser maligno, acaben desarrollando una metástasis, y por tanto poniendo en riesgo la vida del paciente”, explica el Dr. Mascaró, quien insiste en la importancia de acudir al oftalmólogo cuando se presentan los primeros síntomas para descartar problemas en un futuro.
LA IMPORTANCIA DE LAS REVISIONES PERIÓDICAS
Además del problema que pueden suponer los tumores palpebrales y orbitarios, las revisiones periódicas oftalmológicas son de gran trascendencia sobre todo a partir de los 40 años para detectar posibles problemas relacionados con el envejecimiento y tomar medidas antes de que estos deriven en patologías más graves e incluso a veces irreversibles.
Una de las cuestiones más importantes es la presión ocular. Cuando esta es muy elevada, el nervio ocular puede sufrir y atrofiarse, ocasionando lo que se conoce como glaucoma, una patología que llega a afectar al 20% de las personas mayores de 65 años. “El problema es que no hay síntomas que nos indiquen que hay una presión ocular alta. Por eso es tan importante realizarse de forma periódica a partir de cierta edad revisiones oftalmológicas que puedan determinar cuál es el estado de nuestra tensión ocular, que es el principal factor de riesgo para desarrollar un glaucoma”, apunta el Dr. Ferran Mascaró, quien señala como un diagnóstico precoz de este problema permite tomar medidas que eviten su desarrollo.
También son importantes las revisiones periódicas para controlar el posible desarrollo de las conocidas cataratas, la opacidad o pérdida de transparencia del cristalino que merma la visión de forma progresiva. “Teniendo en cuenta nuestra esperanza de vida y las exigencias de la vida diaria, hoy en día consideramos que llegado a un punto todo el mundo habrá de operarse de cataratas en algún momento de su vida”, explica el Dr. Mascaró. “La diferencia radica en que, si estas cataratas se detectan en un estado más precoz, la intervención quirúrgica será más sencilla y los resultados finales mejores. Por eso es tan importante seguir realizando las visitas periódicas al oftalmólogo para controlar todos estos problemas que se derivan del envejecimiento”, finaliza el Dr. Ferran Mascaró, incidiendo una vez más en los peligros de postergar las visitas y en que los hospitales siguen los nuevos y estrictos protocolos de seguridad puestos en marcha para minimizar el riesgo de contagio ante la situación actual en la que nos encontramos. A Centro Médico Teknon le han servido para ser acreditado por Applus+ con el sello de ‘Hospital seguro frente a la COVID-19’.