Más allá de los nuevos contagios y la alarma que han generado las nuevas variantes del SARS-CoV-2, una de las mayores preocupaciones de la comunidad científica se centra en algunos de los síntomas persistentes provocados por la Covid-19. De acuerdo a un reciente estudio realizado por investigadores de la Universidad de Washington cuyos resultados han sido publicados en JAMA Network Open, algunos pacientes pueden continuar experimentándolos durante más de nueve meses después del inicio de la infección.
Una conclusión a la que se ha llegado tras analizar los casos de 234 pacientes con Covid-19 entre los meses de agosto y noviembre de 2020. A estos se les solicitó rellenar un cuestionario a los tres y nueve meses desde la detección de la enfermedad para recabar información sobre su estado de salud. El estudio ha hallado que el coronavirus puede causar síntomas y complicaciones médicas durante semanas e incluso meses después de la recuperación del paciente.
Entre los síntomas más comunes a largo plazo destacan la fatiga, pérdida de los sentidos del gusto y del olfato, confusión mental y dificultad para realizar actividades diarias. En el caso de la fatiga y el cansancio extremo fueron detectadas en la mayoría de los pacientes tanto en el momento en el que se estaba cursando la enfermedad como mucho tiempo después de la recuperación. Un total de 24 pacientes han sufrido casos prolongados de fatiga y agotamiento extremo.
La misma cifra de pacientes experimentó durante semanas falta de olfato y gusto a pesar de haberse recuperado de la enfermedad. La confusión mental o problemas de concentración fueron habituales en 23 pacientes de forma prolongada. Los pacientes aseguran que sienten dificultad a la hora de articular pensamientos ordenados e incluso problemas a la hora de formular expresiones. Señalan que han perdido la espontaneidad sobre lo que quieren decir o transmitir y necesitan pensar detenidamente aquello que quieren compartir. Algunos incluso se han quejado de problemas en la fluidez del habla.
Un total de 14 pacientes aseguran que los síntomas prolongados durante semanas o meses de la enfermedad han convertido las tareas físicas más sencillas y habituales en extenuantes.
Este estudio, publicado en JAMA, se centró en el seguimiento durante un promedio de 60 días de 143 pacientes infectados. Transcurridos dos meses desde la detección de la enfermedad solo el 12,6% no presentaba síntomas asociados con la Covid-19
No se trata del primer estudio que aborda los síntomas prolongados de la Covid-19. Un grupo de investigadores del Hospital Universitario Angostino Gemelli de Roma revelaba el pasado mes de agosto que casi el 90% de los pacientes recuperados de Covid-19 reportaban síntomas persistentes asociados con la enfermedad.
Este estudio, publicado también en JAMA, se centró en el seguimiento durante un promedio de 60 días de 143 pacientes infectados. Transcurridos dos meses desde la detección de la enfermedad solo el 12,6% no presentaba síntomas asociados con la Covid-19. Entre el 87,4% restante se presentaron uno o dos síntomas (32% de los casos), mientras que el 55% presentaba más de tres síntomas. Cabe señalar que ningún paciente sufrió fiebre, pero el 44% aseguraba que su calidad de vida continuaba mermada a pesar de haber logrado superar la enfermedad.
El pasado mes de enero The Lancet hacía públicos los resultados de una investigación desarrollada en el hospital chino Jin Yin-tan. A través de este, basado en el seguimiento de 1.733 pacientes con Covid-19, se determinó que el 90% de los pacientes recuperados continuaba manifestando algún síntoma asociado a la Covid-19 60 días después del inicio de la infección. El porcentaje se reduce al 76% transcurridos seis meses desde el inicio de los síntomas.
Entre los síntomas persistentes más habituales destacan la fatiga o debilidad muscular (presente en el 63% de los pacientes), dificultad para dormir (26%) y ansiedad o depresión (23%).
Entre los principales síntomas más frecuentes informados después de seis meses desde el inicio de la infección a aparecen la fatiga, malestar general tras la realización de esfuerzos y disfunción cognitiva según un reciente estudio realizado por el sistema de salud pública de Reino Unido (NHS, por sus siglas en inglés). El estudio señala que el 21% de los pacientes continúa experimentando estos problemas más allá de los seis meses traduciéndose en bajas laborales o reducciones de jornada.
“No está claro si estos problemas durarán meses o años. Si entre el 10-20% de las infecciones por Covid-19 en el mundo provocan secuelas a largo plazo, hablamos de un legado de entre 10 y 20 millones de personas. Un problema que tiene ramificaciones masivas en la vida de los afectados y supone un reto para la planificación médica”
“No está claro si estos problemas durarán meses o años. Si entre el 10-20% de las infecciones por Covid-19 en el mundo provocan secuelas a largo plazo, hablamos de un legado de entre 10 y 20 millones de personas. Un problema que tiene ramificaciones masivas en la vida de los afectados y supone un reto para la planificación médica”, declara sobre la investigación del NHS Danny Altmann, inmunólogo del Imperial College de Londres.
PREOCUPACIÓN EN LA OMS
“Aunque todavía estamos aprendiendo sobre el virus, lo que está claro es que este no solo mata a las personas. Un número significativo de pacientes presentan una serie de efectos graves a largo plazo”, alertaba recientemente en una de sus comparecencias públicas el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus. “Es imperativo que los gobiernos reconozcan los efectos a largo plazo de la Covid-19 y también garanticen el acceso a los servicios de salud de todos estos pacientes”, añadía.
Motivo por el que la OMS ha instado a los países a priorizar la rehabilitación de las consecuencias de la Covid-19 tanto a medio como a largo plazo. Un propósito que debe complementarse con la exhaustiva recopilación de información de forma sistemática sobre aquellos casos de pacientes que presenten “Covid prolongado”, así como de sus secuelas.
De esta forma la OMS ha elaborado un formulario estandarizado para informar de datos clínicos de forma individualizada sobre aquellos pacientes infectados que superan la enfermedad aguda y aquellos que han requerido hospitalización para examinar y monitorizar las secuelas. Además, se han establecido grupos de trabajo para construir un consenso sobre la descripción clínica de los que la OMS ha calificado como la “condición post-Covid-19”, y definir de esta forma los esfuerzos en materia de investigación.