Son expertos en enfermedades infecciosas. Se encargan del diagnóstico de dichas enfermedades, así como de la colaboración para la prevención y tratamiento de las mismas. La labor de los Servicios de Microbiología durante la pandemia de Covid-19 ha sido imprescindible. Aún así, son “uno de los servicios médicos más desconocidos”, asegura la jefa de este área en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid, la Dra. Patricia Muñoz.
“Hemos demostrado ser capaces de responder a un reto como el que ha representado una infección por un microorganismo nuevo, del que no había métodos diagnósticos diseñados”, insiste. Y es que los Servicios de Microbiología más cualificados en biología molecular y virología - como el del Marañón -, fueron capaces de crear una técnica diagnóstica manual para un virus nuevo, "desde el momento cero de la pandemia".
Tanto es así, que en el primer año de la pandemia, el Servicio de Microbiología de este hospital madrileño aumentó su actividad en un 96%. Hasta 2.500 PCR diarias ha llegado a hacer este laboratorio durante los momentos más duros de la pandemia. “Ha sido una labor muy necesaria, bastante heroica y poco reconocida”, apostilla la experta.
"Las PCR son muestras de altísima demanda, no son fáciles, son muchas horas de pasos manuales"
Aunque ahora, con la variante Ómicron acaparando récords de contagios diarios, la situación es límite, la Dra. Muñoz explica que incluso en momentos “buenos” de la pandemia, cuando la incidencia acumulada estaba bajo control, la sobrecarga no bajaba en estos servicios. “Parece que solo hay mucho trabajo cuando hay muchos enfermos en UCI, pero para los laboratorios de Microbiología no ha bajado el trabajo, seguimos con PCR de screening, serologías… Las PCR son muestras de altísima demanda, no son fáciles, son muchas horas de pasos manuales”.
“Estamos completamente saturados", confiesa Muñoz. "Trabajamos en guardias de 24 horas sin descanso, tanto gente mayor como los residentes. Pero no solo son las muestras, también hacemos un trabajo inmenso de asesoría. Tenemos llamadas al busca pidiendo consejo o información sobre el coronavirus cada dos minutos”, comenta la también presidenta de la Sociedad Madrileña de Microbiología Clínica.
El Marañón fue el primero en detectar el primer caso de la variante Ómicron en nuestro país. Fue el pasado 29 de noviembre, cuando la incidencia acumulada a 14 días rozaba los 200 casos por cada 100.000 habitantes. Hoy, un mes y medio después, la IA sobrepasa los 3.100 puntos.
Gracias a la secuenciación, el Marañón pudo detectar este primer caso en tiempo récord. Pero, ¿cómo es el proceso desde que se "bautiza" una nueva variante, hasta que es detectada en otra parte del mundo? La Dra. Muñoz explica que cuando se describe una nueva variante con X mutaciones, lo primero que hacen los laboratorios de Microbiología es registrar la base de datos con todas las muestras para determinar si ya tenían algún caso. Después, continuar con la secuenciación de muestras aleatorias, esta vez, a la espera de que aparezca una con las mutaciones características de la nueva variante.
“Ómicron tiene una rapidez de contagio que no tiene ninguna de las otras… No dábamos crédito de lo que estaba pasando cuando empezaron los casos”
Detectar el primer caso en España de la variante que cambiaría el curso de la pandemia fue recibido en este laboratorio con satisfacción, pues significaba que el equipo no solo era capaz de detectar una nueva variante, sino que podía hacerlo en tiempo récord, esa misma mañana, gracias a un método ultrarrápido.
“Nosotros nos debemos, cuando surge una nueva variante o infección, a intentar ayudar a Salud Pública para que no se disemine, es decir, hacer un diagnóstico rápido para evitar la transmisión comunitaria”, apunta. Con todo, no se pudo prever que cuando se detectó este primer caso, Ómicron ya circulaba en la sociedad “y no había manera de frenarlo”. “Esta variante tiene una rapidez de contagio que no tiene ninguna de las otras… No dábamos crédito de lo que estaba pasando cuando empezaron los casos”.
La labor de los Servicios de Microbiología ha sido heroica – y sigue siéndolo – durante el Covid-19, pero cuando todo esto pase, los servicios de Microbiología seguirán ahí. Y es que “la sociedad debe entender que las enfermedades infecciosas emergentes son una amenaza continua de la que llevamos años avisando”, concluye la Dra. Patricia Muñoz.