La situación en el continente europeo evoluciona cada día de forma más preocupante. La nueva ola de la pandemia se ha traducido en un incremento de los nuevos casos de Covid-19, en un contexto de relajación de medidas y restricciones que la nueva situación epidemiológica está obligando a reinstaurar.
A pesar de que la variante Delta (B.1.617.2, detectada originalmente en India) continúa siendo la dominante, el surgimiento de la variante Ómicron (B.1.529, detectada originalmente en Sudáfrica) ha encendido todas las alarmas. Hasta hace pocas semanas, España se mantenía como un reducto gracias a la elevada cobertura vacunal contra la Covid-19, pero la tendencia ha cambiado y los datos confirman que nos encontramos inmersos en nueva ola o, quizás, una ondulación de la anterior, que será distinta a las anteriores.
Después de un otoño marcado por la estabilidad, reportando incluso dos semanas en las que nuestro país logró situarse en riesgo bajo con una incidencia acumulada a 14 días por cada 100.000 habitantes por debajo de 50, los contagios comenzaron a crecer. Una comparativa de los informes ofrecidos por el Ministerio de Sanidad en base a los datos reportados por las comunidades autónomas revela que, solo en mes de noviembre, las nuevas infecciones por SARS-CoV-2 han aumentado más de un 80% hasta alcanzar de nuevo las cifras que se reportaban al final del verano. La buena noticia es que este aumento continúa sin traducirse en una mayor presión asistencial para el sistema sanitario.
A pesar de que muchos expertos no dudan en afirmar que nos encontramos en la sexta ola, algunas voces sugieren que únicamente se trata de un pico de la quinta motivado por la llegada del frío y la relajación en la aplicación de intervenciones no farmacológicas como el uso de mascarillas o el distanciamiento social. Se trate de una nueva etapa de la quinta ola o de la sexta, la preocupación de las comunidades autónomas es notable debido a la preocupante fotografía que nos reportan nuestros vecinos europeos y como consecuencia del puente de diciembre y la cercanía de la Navidad.
Después de un otoño marcado por la estabilidad, reportando incluso dos semanas en las que nuestro país logró situarse en riesgo bajo con una incidencia acumulada a 14 días por cada 100.000 habitantes por debajo de 50, los contagios comenzaron a crecer
Así se lo trasladaron los consejeros autonómicos de Sanidad a la ministra del ramo, Carolina Darias, en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS). Darias aseguraba en la rueda de prensa posterior que la situación de España “es diferente” a la del resto de países europeos dado su elevado porcentaje de población completamente vacunada y el buen ritmo que se mantiene en la administración de los refuerzos. Motivo por el que se descarta la aplicación de nuevas medidas o restricciones, dejando en manos de las comunidades autónomas la aplicación o no de las herramientas de las que disponen para controlar la pandemia.
Es por esto que cada vez son más las comunidades autónomas que han solicitado a sus respectivos Tribunales Superiores de Justicia el aval para implantar el pasaporte Covid como requisito para acceder, por ejemplo, a locales de hostelería y restauración, ocio nocturno, gimnasio o residencias de mayores.
La titular de Sanidad descartaba por completo en la rueda de prensa celebrada tras el CISNS la vacunación obligatoria contra la Covid-19, como ha hecho Austria. Un debate que desde la Comisión Europeaconsideran que debería iniciarse entre los Estados miembros.
Esta nueva ola de la pandemia se caracteriza en nuestro país porque es menos “explosiva”. Tal y como se ha señalado a lo largo de estas líneas los contagios van en aumento pero no se traducen a la misma velocidad en ingresos hospitalarios, UCI y fallecidos. La amplia cobertura vacunal en nuestro país ha surtido efecto. Cabe recordar que las vacunas contra la Covid-19 que se están inoculando a la población no son esterilizantes (no evitan la infección), pero contribuyen a reducir la transmisión y el impacto en términos asistenciales.
A pesar de esto los expertos coinciden a la hora de señalar que estas señales deben ser tenidas en cuenta para poder actuar en el momento que sea necesario. Especialmente en aquellas comunidades autónomas que se encuentran en situación de riesgo dadas sus incidencias como son los casos de Navarra, País Vasco o Aragón.
Por el momento desde el Ministerio de Sanidad se recomienda limitar el número de asistentes a “eventos públicos y sociales”, con especial atención en la temporada navideña, así como el uso de la mascarilla y respetar el distanciamiento social. En el horizonte más cercano se espera iniciar la vacunación de los menores con edades comprendidas entre los cinco y los 11 años, cubriendo así al grupo población que todavía no era elegible para la vacunación y que representa la mayor incidencia acumulada en comparación con los otros grupos etarios.