La pandemia de SARS-CoV-2 ha puesto en jaque a los sistemas sanitarios, sociedades y economías de todo el mundo. La comunidad científica se encuentra trabajando a marchas forzadas en la búsqueda de posibles tratamientos contra la Covid-19 y, lo más importante, conseguir una vacuna.
En este objetivo desempeña un papel fundamental ampliar los conocimientos que se tienen sobre el virus. Especialmente sobre las personas que han conseguido superarlo para determinar el posible grado de inmunidad alcanzado.
En este sentido y, de acuerdo a lo recogido en el último informe científico técnico elaborado por el Ministerio de Sanidad, existen evidencias publicadas relacionadas con la generación de anticuerpos neutralizantes, tanto en modelos animales como en el caso de los seres humanos.
De acuerdo a los resultados reportados por un estudio experimental realizado en China con cuatro monos rhesus, algunos de estos consiguieron desarrollar una cantidad significativa de anticuerpos contra la Covid-19.
A estos monos se les inoculó SARS-CoV-2 y tres de ellos enfermaron (pérdida de peso, apetito, fiebre y alteraciones radiológicas pulmonares), mientras que los otros cuatro presentaron cargas virales similares en nariz, faringe y mucosa anal. En el séptimo día del experimento se sacrificó a un mono sintomático para medir los efectos patógenos y la carga viral en diferentes localizaciones.
De acuerdo a los resultados reportados por un estudio experimental realizado en China con cuatro monos rhesus, algunos de estos consiguieron desarrollar una cantidad significativa de anticuerpos
En los tres monos supervivientes, se midieron anticuerpos específicos a los tres,14, 21 y 28 días, presentando un aumento significativo de los títulos hasta 1:8 en un caso; y 1:16 en dos casos. Tras la recuperación, se volvió a inocular a los monos el SARS-CoV-2 y ninguno tuvo síntomas, ni se detectó la presencia del virus en nasofaringe ni mucosa anal.
Los investigadores indican sobre estos hallazgos que, a pesar de que la muestra utilizada en el ensayo es muy reducida, parece ser un modelo animal suficiente donde probar antivirales y vacunas.
EL PAPEL DE LA PROTEÍNA ACE2
En este primer modelo se ha demostrado la generación de anticuerpos neutralizantes en un modelo animal que parece reproducir la enfermedad en humanos. Hecho que abre la esperanza de poder tener vacunas eficaces y reduce la posibilidad de reinfección. Estos hallazgos se han corroborado en otros dos modelos animales en monos y ratones transgénicos que expresan la ACE2, proteína fundamental para la entrada del virus en el organismo y poder desarrollar la infección.
El objetivo es que se pueda generar una vacuna que proteja de la enfermedad, si esta reproduce la respuesta inmune que generan las personas que se infectan y se curan
Asimismo, se han publicado ya antes de ser incluidos en revistas científicas, varios trabajos que describen la respuesta inmune en humanos. Diversas técnicas serológicas que utilizan como antígenos virales, la nucleoproteína, la proteína S, o el dominio de unión al receptor de la proteína, han demostrado su utilidad en series de casos, en las que detectan Anticuerpos totales (Ab), IgM e IgG, con una sensibilidad creciente en el curso de la infección, que es mayor del 90% a la segunda semana tras el inicio de los síntomas.
USO DE PLASMA DE PACIENTES CONVALECIENTES
En un estudio preliminar no controlado en el que se trataron cinco pacientes en estado crítico con transfusiones de plasma de convalecientes, se observó una clara mejoría clínica en todos los casos, lo que abre la posibilidad de la efectividad potencial de este tratamiento, que deberá ser evaluado correctamente en ensayos clínicos.
Estos datos indican que la respuesta inmune juega un papel en la curación, y dan soporte a que se pueda generar una vacuna que proteja de la enfermedad si esta reproduce la respuesta inmune que generan las personas que se infectan y se curan.