Los médicos de Urgencias han sido uno de los colectivos sanitarios clave en el abordaje de la pandemia de coronavirus Covid-19. Sin embargo, parece que el Ministerio de Sanidad no ha contado con su presencia para diseñar la estrategia sanitaria del Gobierno para la fase de desescalada. El enfado es tal, que hasta este diario han llegado críticas de diferentes profesionales de los servicios de Urgencias de los hospitales españoles.
Por esta razón, ConSalud.es ha querido conocer el balance que la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes) de la crisis sanitaria del coronavirus con Tato Vazquez Lima, vicepresidente de esta sociedad científica.
Los urgenciólogos están enfadados porque no se ha contado con ustedes para planificar la desescalada. ¿Cómo se sienten?
Más que enfadados porque no se haya contado con nosotros, lo que se nos hace difícil de entender en el documento ministerial 'Plan para la transición hacia una nueva normalidad' (28/4) que en sus primeras consideraciones habla de “una asistencia sanitaria reforzada” no se cite en ningún momento a los Servicios de Emergencias (SEM) y a los Servicios de Urgencias (SUH). Servicios que han sido fundamentales en la atención a los pacientes en la primera ola epidémica y que han sido obviados.
Nos parece una absoluta falta de respeto a estos profesionales que se han dejado el alma durante estos días. Y que, lamentablemente, una vez más han sido ignorados por el Ministerio de Sanidad.
¿Ha habido interlocución con el Gobierno central y las CC.AA?
Para diseñar el actual documento del Ministerio de Sanidad, nadie se ha puesto en contacto con nuestra sociedad científica. Sabemos que en algunas CCAA existen urgenciólogos dentro de sus comités asesores.
¿Cuál es su visión del plan del Gobierno?
Le puedo hablar desde la perspectiva de los SUH y SEM. Como le indicaba anteriormente no existe ninguna referencia a nuestros servicios. Es evidente que no considerar a la “válvula de seguridad del sistema sanitario” es un error estratégico que puede tener graves repercusiones.
El tampoco tener cuenta indicadores de los SEM o SUH que se utilizan habitualmente en otras epidemias, como por ejemplo la gripe o el número de llamadas recibidas en los centros coordinadores o porcentaje de ocupación de los SUH es reprobable.
Se habla curiosamente entre las capacidades del sistema sanitario de ocupación de camas de agudos COVID, ocupación de camas de UCI COVID (que nos parece muy bien, pensamos que deberían ser camas de críticos) y… ¿No se cita la ocupación de las salas de urgencias?
"La actitud de Sanidad es simplemente impresentable e irrespetuosa con los profesionales"
Se habla incluso de material en stock (EPIs, PCR, hisopos, envases, medicación crítica, soluciones hidro-alcohólicas, etc.), respiradores de reserva y capacidad diagnóstica de los laboratorios… y estos individuos, ¿cómo no han pensado en las capacidades de nuestros servicios de emergencias, las centrales de coordinación, UCIs móviles, unidades de soporte vital básico... y nuestros SUH (puestos disponibles, ocupación circuito diferenciado)?
Con total sinceridad ¿en qué mundo viven estos “expertos”? Deben pensar que nuestros pacientes “llegan volando” desde su domicilio hasta hospitalización/UCI sin ninguna intervención. Es simplemente impresentable y reitero irrespetuoso con estos profesionales: médicos de urgencias, enfermería de urgencias y TES y un insulto a la población que conoce perfectamente nuestro rol y han sentido minuto a minuto nuestra presencia.
¿Cuál hubiese sido su estrategia a nivel sanitario?
Creo que tener en cuenta a estos servicios clave SEM y SUH debería formar parte de una estrategia global de “asistencia sanitaria reforzada” (repito literalmente las palabras del citado documento).
Con el actual proyecto encontrarán a unos SUH y SEM agotados física y emocionalmente a los que además se ha ninguneado de manera sistemática.
Con algo más de perspectiva… ¿Puede valorar cómo ha sido la gestión de la pandemia?
Si me permite prefiero responderle a esta pregunta cuando finalicemos este amargo periodo de nuestra historia. Entretanto seguirnos respondiendo ante la población, los únicos con los que tenemos un compromiso adquirido
¿Cuál es el resumen de estos 50 días de lucha contra el Covid en las urgencias de los hospitales?
Mucho trabajo y sufrimiento. Silencio sepulcral entre los pacientes en las salas de espera (abarrotadas en algunos centros), enorme solidaridad con otros compañeros. Profesionalidad y profesionalismo. Sensación de pertenencia. Orgullo, especialidad. Y también porque no decirlo intensas vivencias. Y pulsiones encontradas, trabajar en el “filo del tiempo” conlleva muy diferentes emociones
Se demostró que el sistema sanitario no estaba preparado. ¿Lo estaría ante un nuevo rebrote?
Sus profesionales han demostrado lo que son y lo seguirán haciendo. Y particularmente los urgenciólogos han hecho honor al perfil que tan bien describe nuestro currículo europeo
¿Qué considera que queda por hacer para subsanar los errores?
Estructurar y consolidar definitivamente los SUH y SEM. Y todo lo que ello implica, RRHH estables, no como actualmente, adecuación de recursos materiales y espacios. Homogenización en base a estándares establecidos. Formación estructurada y homogénea, al igual que el resto de Europa, que solo tiene un nombre: Especialidad MUE y EUE
¿Esperan una llamada de los políticos?
Personalmente, no. Tal vez a algún político lo llamen de otras estancias.