El pasado 8 de julio se conocía la noticia de la notificación por parte del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, al secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, y al Congreso estadounidense, de la salida definitiva del país de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Una decisión que se hacía pública a través del portavoz de Guterres, Stéphane Dujarric que precisaba que la salida no se haría efectiva hasta el próximo 6 de julio de 2021.
A finales de mayo, Trump daba por "terminada" la relación entre Washington y la OMS, a la que ha acusado de ser un "títere" de China. "Hemos planteado reformas detalladas que deben ser puestas en marcha y con las que la organización debe comprometerse, pero se han negado a actuar", aseveró entonces el presidente, manifestando que se de daba así por finiquitada la relación entre las partes.
Trump, que ha criticado en numerosas ocasiones a la OMS por su respuesta al coronavirus y la ha acusado de estar a merced de Pekín, ya había amenazado anteriormente con congelar de forma permanente la financiación estadounidense a la organización.
Para Trump, la OMS es "chinocéntrica". "Afortunadamente las recomendaciones de la OMS no me convencieron cuando suspendí los viajes hacia y desde China y salvé un gran número de vidas", ha manifestado en numerosas ocasiones.
¿CÓMO SE PRODUCIRÁ LA SALIDA?
"La participación de Estados Unidos en la OMS se aceptó por la Asamblea Mundial de la Salud con ciertas condiciones establecidas por el país para su eventual retiro" de la organización, ha explicado Dujarric.
Estas condiciones, ha agregado, incluyen proporcionar el aviso con un año de antelación y cumplir "completamente" con el pago de sus obligaciones financieras. El secretario general "está en el proceso de verificar con la OMS si se cumplen todas las condiciones para dicha retirada", ha concluido.
"La participación de Estados Unidos en la OMS se aceptó por la Asamblea Mundial de la Salud con ciertas condiciones establecidas por el país para su eventual retiro"
Lo cierto es que la Constitución de la OMS no recoge en ninguno de sus artículos ningún elemento relativo al proceso de salida de un país como miembro. En el caso de Estados Unidos, con su entrada en 1948, impuso ciertas condiciones ante su posible retirada. Entre estas destacan el aviso previo de su decisión con un año de antelación y el cumplimiento total con el pago de sus obligaciones financieras. A fecha de 30 de junio, Estados Unidos debía a la OMS 198 millones de dólares.
En este punto cabe señalar que Estados Unidos se erige actualmente como uno de los países que más dinero aportan a la OMS, con entre 400 y 500 millones de dólares anuales. Aproximadamente el 15% del presupuesto total del organismo.
Los fondos aportados por Estados Unidos representan el 27% del presupuesto de la OMS para la erradicación de la poliomielitis, el 19% de su presupuesto para combatir la tuberculosis, la malaria y las enfermedades prevenibles mediante la vacunación como el sarampión; y el 23% del presupuesto empleado para las operaciones sanitarias de emergencia.
LOS PLANES DE ESTADOS UNIDOS
Donald Trump mantiene que el país continuará financiando la salud global a través de grupos de ayuda y sus propias agencias. Tal y como informan en Nature la Administración Trump podría estar trabajando en una iniciativa por valor de 2.500 millones de dólares para supervisar y dar respuesta a pandemias a nivel nacional e internacional.
Además, a finales de la pasada semana se presentó en el Senado un proyecto de ley sobre diplomacia y seguridad sanitaria global que podría autorizar hasta 3.000 millones de dólares para una iniciativa internacional destinada a la contención de epidemias tanto dentro como fuera de las fronteras de Estados Unidos.
Representan el 27% del presupuesto de la OMS para la erradicación de la poliomielitis, el 19% de su presupuesto para combatir la tuberculosis, la malaria y las enfermedades prevenibles mediante la vacunación como el sarampión
Unas propuestas que no tienen en cuenta el trasfondo territorial y político. La OMS trabaja en varios países en los que la presencia internacional es escasa por lo que la ayuda de las futuribles iniciativas independientes de Trump difícilmente podrían llegar. Incluso en países donde Estados Unidos desarrolla programas a largo plazo para abordar el VIH, la malaria y otras enfermedades, es la OMS la encargada de coordinar todos esos esfuerzos.
Sin su organización, “veríamos mucha más incoherencia en la salud a nivel global por lo que se acabarían desperdiciando algunos de los 11.000 millones de dólares que Estados Unidos gasta en programas de salud mundial cada año”, afirma en la citada publicación Amanda Glassman, miembro del Centro para el Desarrollo Global.
Otro de los problemas derivados de la salida de la OMS del país reside en que los científicos de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades y de los Institutos Nacionales de Salud estadounidenses rotan en la sede de la OMS. Alrededor de 180 epidemiólogos, especialistas en políticas de salud y otros miembros del personal de la entidad con sede en Ginebra (Suiza), así como varias docenas de empleados como académicos o estudiantes en formación, son estadounidenses.
“Veríamos mucha más incoherencia en la salud a nivel global por lo que se acabarían desperdiciando algunos de los 11.000 millones de dólares que Estados Unidos gasta en programas de salud mundial cada año”
Cierto es que la mayoría de estos trabajos no están directamente vinculados a la financiación de Estados Unidos a la OMS pero un empeoramiento de las relaciones podría acabar influyendo.
¿PUEDE REVOCARSE LA SALIDA?
El hecho de que la salida de Estados Unidos se haga efectiva dentro de un año podría suponer que no llegue a materializarse ante la celebración de las próximas elecciones presidenciales de Estados Unidos en noviembre. "Lo que se haga ahora puede cancelarse el año que viene, porque no será definitivo", aseguraban fuentes cercanas a la ONU.
El exvicepresidente y candidato a la Presidencia, Joe Biden, ha prometido que Estados Unidos volverá a formar parte de la OMS si él es elegido presidente. "Los estadounidenses están más seguros cuando Estados Unidos se compromete con la salud a nivel global", ha aseverado en un mensaje difundido en su cuenta de Twitter.
Ha garantizado que, en su "primer día como presidente de Estados Unidos" el país volverá a la OMS y "restaurará su liderazgo a nivel mundial"
En este sentido, ha garantizado que, en su "primer día como presidente de Estados Unidos" el país volverá a la OMS y "restaurará su liderazgo a nivel mundial".
Un movimiento que muchas voces han tachado como un error en medio de una pandemia en la que Estados Unidos es actualmente uno de los principales focos a nivel mundial. Diversos expetos como Lindsay Wiley, profesora de Derecho de la American University asegura que esta decisión podría dificultar el acceso del país a la futurible vacuna contra la Covid-19.
“Dado que nuestra capacidad de fabricación de vacunas dentro de Estados Unidos es limitada, retirarnos de la OMS en este punto de la crisis, cuando está a punto de lograrse una vacuna segura y efectiva y se trabaja en su distribución, es un gran error”, manifiesta Wiley.
Desde su llegada a la Casa Blanca Trump ha despreciado el multilateralismo mientras enfoca sus esfuerzos en su lema: “Estados Unidos primero”. Su decisión de abandonar la OMS sigue la línea de la marcha del país bajo su Administración del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, un acuerdo global para abordar el cambio climático y el acuerdo nuclear con Irán.
La OMS puede sobrevivir al duro golpe que supone la marcha de Estados Unidos ya que otros miembros podrían asumir el vacío económico que deja. Sin ir más lejos el presidente chino Xi Jinping, prometió en la última Asamblea Mundial de la OMS 2.000 millones dólares como respuesta a la emergencia del coronavirus.
Pero la decisión de Trump afectará notablemente a ambas partes. Estados Unidos perdería influencia en el extranjero en las decisiones de la agencia y, si finaliza su relación de forma definitiva, perderá el derecho a voto. Actualmente solo tres países, Sudán del Sur, Venezuela y República Centroafricana se encuentran en esta categoría. Irónicamente, Estados Unidos perdería exactamente todo por lo que ahora se queja y su vacío sería llenado por otras naciones como, por ejemplo, China.