El pasado sábado 18 de abril el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, comparecía en rueda de prensa para anunciar al conjunto de la población una nueva prórroga del Estado de Alarma que finalmente ha sido aprobada por el Congreso de los Diputados.
En la citada comparecencia Sánchez informó de la adopción de una serie de medidas para aliviar el confinamiento de los niños a partir del próximo 27 de abril. Una propuesta que, tras varias incongruencias dialécticas, ha sido matizada y explicada finalmente por el ministro de Sanidad, Salvador Illa, y el vicepresidente del Gobierno y ministro de Derechos Sociales y Agenda 2030, Pablo Iglesias.
De acuerdo a la información ofrecida por los ministros en rueda de prensa el 23 de abril, desde el próximo 27 de abril los menores de 14 años podrán salir a la calle en compañía de un adulto con el que estén compartiendo confinamiento. Este acompañante puede ser uno de los progenitores, tutor legal o un hermano mayor que haya cumplido los 18 años. El adulto podrá ir acompañado de hasta tres menores.
En palabras de Iglesias, los niños podrán “dar paseos y jugar en la calle, una vez al día, durante una hora y en kilómetro de distancia desde su domicilio”. Estas salidas estarán permitidas en un horario entre las 9:00 horas de la mañana y las 21:00 horas de la noche. No obstante, el vicepresidente ha instado a “evitar horas punta, con el objetivo de prevenir nuevos contagios”.
Tanto los adultos como los niños deberán mantener la distancia de prevención con el resto de personas que se encuentren en estos paseos y podrán hacer ejercicio (correr o saltar, por ejemplo) e incluso sacar sus propios juguetes (pelotas, muñecos, patinetes, etc.) pero no podrán ir a parques.
El Ejecutivo central ha dado un importante paso con esta medida ya que han sido muchas las voces que solicitaban al Gobierno que se relajasen las medidas de confinamiento para los menores. Ahora se abre una nueva etapa en la que, desde ConSalud.es, hemos querido valorar el impacto psicológico que puede tener en los niños de la mano.
“LES VA A APORTAR COSAS POSITIVAS”
Para ello hemos entrevistado a Pedro Rodríguez Sánchez, miembro del Consejo General de la Psicología de España y especialista en Psicología Clínica. El experto comienza la entrevista indicando que se trata de una medida “que les va a aportar cosas positivas”.
“Les va a aportar algo básico como volver a salir a la calle y recuperar así la luz, el horizonte y poder mirar a lo lejos. Les va a ayudar a reordenar sus emociones y mejorar el ánimo”, explica. Un avance que debemos valorar como “una forma gradual de ir incorporándonos a la normalidad”.
Pedro Rodríguez no considera que suponga “ningún aspecto negativo” el hecho de que la desescalada se inicie con los más pequeños. “Por supuesto, existe el riesgo de que pudieran infectarse o ser vectores de la infección, pero partimos de la consideración de que salen porque se van a cumplir las condiciones que van a ayudar a que no se produzcan posibles contagios”.
Los menores de 14 años se enfrentan ahora a una nueva realidad desde que el pasado 14 de marzo se declarase el Estado de Alarma. Preguntado sobre si sería conveniente que los niños y niñas tuviesen algún tipo de preparación psicológica para la vuelta a la calle, el experto indica que “no creo que se necesite ninguna preparación psicológica especial”.
“Por supuesto, existe el riesgo de que pudieran infectarse o ser vectores de la infección, pero partimos de la consideración de que salen porque se van a cumplir las condiciones que van a ayudar a que no se produzcan posibles contagios”
“Lo que sí se necesitan son explicaciones claras y adecuadas, según cada niño y las edades que tengan. Lo más importante siempre es explicar y dar información”.
LA ACTITUD DE LOS PADRES ES FUNDAMENTAL
En este sentido Rodríguez asegura que es muy importante poner el foco en la actitud de los padres. “Tienen que ser un referente. Si son ellos los que son timoratos, los que tienen reticencias o van a salir con una actitud de incumplir las normas o de aprovecharse, es evidente que los niños van a imitar estos ejemplos”.
Ante esta reflexión manifiesta su confianza “en la responsabilidad de la inmensa mayoría de los padres”. “Estoy seguro de que van a cumplir y ser capaces de salir con los niños cumpliendo con las normas para que se puedan beneficiar de estas salidas”.
Tal y como se ha explicado al inicio de estas líneas, ni los adultos ni los niños podrán tener contacto con las personas que se encuentren en estas salidas. Una situación que puede resultar complicada para los niños al no poder entablar relaciones físicas y sociales con sus conocidos, amigos u otros niños.
“Lo que sí se necesitan son explicaciones claras y adecuadas, según cada niño y las edades que tengan. Lo más importante siempre es explicar y dar información”
Hecho que al principio “resultará chocante”, expresa Rodríguez al “no poder manifestar nuestras emociones”, en el caso de que se produzcan encuentros en estas salidas. “En esta crisis estamos todos demostrando mucha imaginación y estoy seguro que los niños van a encontrar fórmulas imaginativas para poder transmitirse ideas, conocimientos, sensaciones y percepciones que, al fin y al cabo, son las que determinan la interacción social”.
ATENCIÓN A LAS SENSACIONES DE LOS NIÑOS
“En la mayoría de los niños, no creo que vayan a experimentarse reacciones especiales o que puedan ser catalogadas como problemáticas o como patológicas”, asegura recalcando que serán “reacciones normales”. 
“Esto no quiere decir que no tengamos que estar atentos a algunos niños que efectivamente puedan tener algún tipo de reacción diferente ante esta situación como salir a la calle con una ansiedad exagerada por los miedos que pueden estar pasando por sus cabezas”, como el miedo a un posible contagio.
En estos casos Rodríguez reitera sus palabras señalando que jugará un papel crucial la actitud de los padres, y cómo estos les vayan explicando y asegurando a los menores que lo que están haciendo “es lo correcto” y que “cumpliendo las normas, no tiene porqué pasar nada”.
“No obstante, si vemos que algún niño tiene reacciones exageradas o pensamientos recurrentes de encontrarse en peligro, puede que no baste con prestar atención a lo que está pasando y sea necesario consultar con algún profesional de la psicología”
“No obstante, si vemos que algún niño tiene reacciones exageradas o pensamientos recurrentes de encontrarse en peligro, puede que no baste con prestar atención a lo que está pasando y sea necesario consultar con algún profesional de la psicología”, explica señalando que, en estos casos, no debería demorarse el pedir ayuda.
La entrevista llega a su fin y Pedro Rodríguez resume sus reflexiones explicando que “no cree que los niños vayan a experimentar problemas por enfrentarse a un exterior diferente”, al que habían dejado antes del confinamiento.
“La mayoría de los niños lo van a vivir como una experiencia, van a integrar todo lo que nos está pasando y serán capaces de incluirlo en su acerbo experiencial y, seguramente, algún día todo esto les servirá para enriquecerse y tener una postura adecuada y competente con respecto a las distintas adversidades a las que tendrán que hacer frente”, concluye destacando que la mejor enseñanza es “hacer de la necesidad virtud”.