En los primeros momentos de la pandemia provocada por el SARS-CoV-2, el desconocimiento que se tenía sobre el nuevo coronavirus llevó a comparar la infección y sus consecuencias con la influenza. El tiempo y el aumento de la evidencia científica han demostrado que poco o nada tienen que ver más allá de una clínica primaria similar. Establecer las diferencias entre ambos virus ha sido fundamental para la toma de decisiones en materia de salud pública, especialmente en el caso de los niños que, por norma general, cursan la enfermedad de forma leve o asintomática.
Una fotografía a la que se suma un tercer elemento: el síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico (MIS-C, por sus siglas en inglés). Se trata de una afección poco común pero grave que se produce en niños y adolescentes que cursan la infección por SARS-CoV-2. Hablamos de una inflamación generalizada del organismo que se produce entre dos y seis semanas después de superar Covid-19. Una afección que fue confundida en muchos casos con la enfermedad de Kawasaki.
A día de hoy, todavía se plantean muchas dudas sobre la gravedad y consecuencias en los niños de la Covid-19, una infección grave por influenza o el síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico. Con el objetivo de aumentar la evidencia científica al respecto, JAMA Network ha publicado los resultados de una reciente investigación. Para la realización de la misma se han analizado los datos de la plataforma Virtual Pediatric System para comparar la epidemiología y resultados en las unidades de cuidados intensivos pediátricos (UCIP) de niños con Covid-19 y MIS-C (entre abril de 2020 y junio de 2021) e infección crítica por influenza (entre abril de 2018 y marzo de 2020)
El análisis identificó un total de 1.561 pacientes de UCIP con influenza (el 64% mayor de seis años y un 45% sin comorbilidad) y 1.959 con infección por SARS-CoV-2 (el 29% mayor de seis años y un 55% sin comorbilidad). La primera conclusión extraída por los autores de este estudio indica que, aunque no se aprecian diferencias significativas en términos de mortalidad, esta fue mayor en los niños ingresados en UCIP por infección por SARS-CoV-2.
Los responsables de la investigación afirman que sus hallazgos muestran un aumento de las admisiones hospitalarias, tasa de mortalidad y números absolutos de muertes entre los niños con SARS-CoV-2 frente a la influenza
Por cada trimestre transcurrido en los periodos de análisis se produjeron el doble de admisiones promedio por enfermedad grave relacionada con el SARS-CoV-2 que por influenza crítica. Un tercio más de los niños recibieron intubación endotraqueal como consecuencia de complicaciones derivadas de la Covid-19.
Los autores exponen que la duración de las estancias hospitalarias así como en las UCIP fue “significativamente más larga” en aquellos menores con infección grave por SARS-CoV-2. “Se observaron patrones similares en niños con y sin comorbilidades identificadas”, añaden.
Los responsables de la investigación afirman que sus hallazgos muestran un aumento de las admisiones hospitalarias, tasa de mortalidad y números absolutos de muertes entre los niños con SARS-CoV-2 frente a la influenza. Los periodos analizados incluyen análisis de casos provocados por la cepa original del coronavirus y la variante Alfa (B.1.1.7, detectada originalmente en Reino Unido), pero los autores reconocen que el análisis durante el periodo de prevalencia de Delta (B.1.617.2, detectada originalmente en India) y Ómicron (B.1.1.529, detectada originalmente en Sudáfrica) es limitado.
Destacan además que la vacunación pediátrica frente a la Covid-19 y la inmunidad natural fueron poco comunes en los niños analizados, por lo que consideran que sus resultados pueden extrapolarse de forma más certera a niños no vacunados.
“Incluso con las medidas de salud pública vigentes, observamos más admisiones en las UCIP por SARS-CoV-2 entre abril de 2020 y junio de 2021 que por influenza en los dos años anteriores”, concluyen los autores poniendo en valor el importante papel de la vacunación pediátrica contra la Covid-19 en niños.