La Covid-19 ha enfrentado a la humanidad a la peor crisis sanitaria de los últimos 100 años. A pesar de que en los primeros momentos el mundo pensaba que se enfrentaba a una enfermedad eminentemente respiratoria, la creciente evidencia científica pronto confirmó que el SARS-CoV-2 contaba con capacidad para afectar a múltiples órganos y sistemas. Actualmente, la Covid-19 se identifica ya como un factor de riesgo de enfermedades y complicaciones cardiovasculares como el infarto de miocardio o el accidente cerebrovascular.
En este sentido ponemos el foco en una revisión realizada por The British Medicine Journal sobre cómo el coronavirus puede provocar problemas en nuestro sistema cardiovascular. Estudios previos centrados en el riesgo de tromboembolismo venoso tras cursar la infección han mostrado resultados contradictorios.
Un meta-análisis concluyó que la incidencia del tromboembolismo venoso en personas que habían superado la Covid-19 era del 13%. Sobre este meta-análisis cabe señalar que se realizó con una muestra de pacientes graves infectados en la primera ola, por lo que un segundo estudio realizado con un grupo de control no halló un mayor riesgo de tromboembolismo venoso en pacientes que han superado la Covid-19.
Este es solo un ejemplo de los contradictorios que pueden ser los hallazgos de la evidencia científica relativa a la Covid-19, por lo que se requieren estudios más grandes que profundicen en las complicaciones asociadas a la infección.
Partiendo de este punto los autores del estudio se marcaron como objetivo cuantificar el riesgo de trombosis venosa profunda, embolismo pulmonar y hemorragias tras superar la Covid-19. Para ello emplearon los datos del registro nacional de Suecia con los datos de 1.057.174 personas que dieron positivo en SARS-CoV-2 entre el 1 de febrero de 2020 y el 25 de mayo de 2021, emparejadas por edad, sexo y país de residencia con 4.076.342 participantes de control.
“Los hallazgos de este estudio sugieren que la Covid-19 es un factor de riesgo de trombosis venosa profunda, embolia pulmonar y hemorragia. Estos resultados podrían impactar en las recomendaciones sobre estrategias diagnósticas y profilácticas frente al tromboembolismo venoso tras la Covid-19”
En comparación con el período de control, los índices de tasas de incidencia aumentaron significativamente 70 días después de la Covid-19 para la trombosis venosa profunda, 110 días para la embolia pulmonar y 60 días para el sangrado.
En particular, los cocientes de tasas de incidencia para una primera embolia pulmonar fueron 36,17 (intervalo de confianza del 95%: 31,55 a 41,47) durante la primera semana después de la Covid-19 y 46,40 (40,61 a 53,02) durante la segunda semana. Los índices de incidencia durante los días 1 a 30 después de la infección fueron 5,90 (5,12 a 6,80) para trombosis venosa profunda, 31,59 (27,99 a 35,63) para embolia pulmonar y 2,48 (2,30 a 2,68) para hemorragia.
De manera similar, los cocientes de riesgo durante los días 1 a 30 después de la Covid-19 fueron 4,98 (4,96 a 5,01) para trombosis venosa profunda, 33,05 (32,8 a 33,3) para embolia pulmonar y 1,88 (1,71 a 2,07) para sangrado, después de ajustar por el efecto de posibles factores de confusión.
Las proporciones de tasas fueron más altas en pacientes con Covid-19 crítico y más altas durante la primera ola pandémica en Suecia en comparación con la segunda y la tercera ola. En el mismo período, el riesgo absoluto entre los pacientes con Covid-19 fue del 0,039% (401 eventos) de trombosis venosa profunda, del 0,17% (1.761 eventos) de embolia pulmonar y del 0,101% (1.002 eventos) de hemorragia.
“Los hallazgos de este estudio sugieren que la Covid-19 es un factor de riesgo de trombosis venosa profunda, embolia pulmonar y hemorragia. Estos resultados podrían impactar en las recomendaciones sobre estrategias diagnósticas y profilácticas frente al tromboembolismo venoso tras la Covid-19”, concluyen los autores del estudio.