Este lunes, Sanidad informaba que los contagios de la quinta ola parecen estabilizarse, pero que la presión hospitalaria sigue en aumento, con un 20% de ocupación UCI por Covid. Como recogen los informes de la Comunidades Autónomas, más del 70% de los ingresados no están vacunados, lo que refleja la importancia del suero. "La cobertura de la vacuna nunca es del 100%, pero evita cuadros graves e ingresos en la Unidad de Cuidados Intensivos", asegura la jefa del Servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario de Torrejón de Ardoz, María del Carmen Montero.
Como añade el doctor Jorge Cavero, jefe de Medicina preventiva del Hospital Ribera Povisa (Vigo), las vacunas evitan la enfermedad, pero no el virus. "Una persona con vacunación completa puede infectarse o contaminarse al tener contacto con el virus y no presentar síntomas o que estos sean muy leves", señala.
Por eso, los expertos señalan que el perfil de pacientes que ingresan en esta quinta ola son mayoritariamente jóvenes a los que aún no les ha dado tiempo a vacunarse, y algunos presentan cuadros graves. Pero también son aquellos grupos de edad más avanzadas "que no han querido vacunarse por diferentes motivos”. Según el doctor Cavero, el perfil de los pacientes ingresados en esta ola es “más heterogéneo, aunque corresponden a personas mayores de 30 años, en su mayoría entre 60 y 70 años, no vacunadas o con pautas incompletas de vacunación, algunos fumadores o ex fumadores y/o con sobrepeso”.
"Se está demostrando que son válidas, porque el número de personas vacunadas contagiadas es muy pequeño. Pero sí debemos tener en cuenta que en enfermedades infecciosas no hay un 100% de inmunidad"
Preocupa sobre todo que los contagiados sufran la conocida como Covid persistente, que sufen incluso pacientes que han pasado la enfermedad de forma leve. “Las visitas a consulta de estos pacientes es frecuente”, explica la doctora Montero, “y la sintomatología que presentan es variada y no la tenían antes de la infección”. Entre los síntomas la doctora Montero destaca el cansancio, la disnea o falta de aire y la mala tolerancia al esfuerzo. El jefe del Servicio de Medicina Preventiva de Ribera Povisa añade dolor muscular y articular, trastornos del sueño, tos, pérdida de apetito, dolor abdominal, dolores de cabeza y cambios en la tensión arterial entre otros.
Según los últimos estudios, la Covid persistente estaría afectando más a las mujeres en edad media de la vida. Pedro Hernández Jiménez, director gerente de Ribera Hospital de Molina, y miembro del comité técnico-científico de seguimiento del COVID-19 en Molina de Segura (Murcia) reconoce que “no se sabe muy bien a qué se debe, pero todo apunta a que puede ser por autoinmunidad, es decir, nuestro organismo continúa generando anticuerpos que reaccionan frente a nuestro propio organismo; o por correlación con otros virus concomitantes como el virus de EPSTEIN-BARR, el citomegalovirus u otros”.
Hernández Jiménez recuerda que es importante que los ciudadanos sepan que esto “no significa que las vacunas no sirvan. De hecho, se está demostrando que son válidas, porque el número de personas vacunadas contagiadas es muy pequeño. Pero sí debemos tener en cuenta que en enfermedades infecciosas no hay un 100% de inmunidad". Los especialistas del grupo Ribera coinciden en la importancia de continuar con el plan de vacunación, pero, además, señalan que es clave la concienciación ciudadana y el sentido común a la hora de mantener las normas de protección que hemos aplicado hasta ahora: distancia social, mascarilla, lavado de manos, limitar viajes y reuniones y, si se producen, al aire libre.