Según los resultados de un reciente estudio desarrollado por investigadores de la Universidad de Oxford, uno de cada ocho pacientes recuperados de Covid-19 desarrolla complicaciones psiquiátricas o neurológicas en los seis meses posteriores al inicio de la infección por SARS-CoV-2. Un resultado que se reduce a uno de cada tres en el caso de las personas con patologías o problemas mentales preexistentes.
El estudio, uno de los más amplios realizados hasta el momento en la materia, señala que la variedad de síntomas y el deterioro mental que pueden causar la enfermedad hace que las personas que han superado la Covid-19 sean susceptibles de desarrollar síntomas relacionados con enfermedades como la demencia, la depresión, la ansiedad, trastornos psicóticos, alteraciones en las funciones cerebrales e incluso, alzhéimer. Para establecer estas conclusiones los investigadores compararon las secuelas de los pacientes analizados con Covid-19 con un grupo de pacientes afectados por la influenza y otras infecciones del tracto respiratorio entre los meses de enero y diciembre de 2020.
Diversos estudios previos realizados en Italia, Alemania o Reino Unido han hallado que los pacientes hospitalizados por Covid-19, en su mayoría mujeres, tienen un mayor riesgo de desarrollar problemas cognitivos, neurológicos, trastorno de estrés postraumático, insomnio, confusión mental y otros problemas relacionados durante los seis meses posteriores al inicio de la infección.
Los pacientes hospitalizados por Covid-19 tienen un mayor riesgo de desarrollar problemas cognitivos, neurológicos, trastorno de estrés postraumático, insomnio, confusión mental y otros problemas relacionados durante los seis meses posteriores al inicio de la infección
Normalmente las secuelas o los síntomas persistentes de la Covid-19 se asocian con daños pulmonares o accidentes cerebrovasculares entre otros, pero cada vez es mayor la evidencia científica que pone el foco en las consecuencias que la enfermedad puede tener en nuestra salud mental. Varios estudios señalan que la respuesta inflamatoria generada por el sistema inmune ante la infección puede provocar daños en los vasos sanguíneos del cerebro que se encontraría detrás del desarrollo de algunos de los problemas que podrían afectar al correcto desempeño de sus funciones.
“Nuestros resultados sugieren que esto puede estar causado por la respuesta inflamatoria que se genera en el organismo para combatir el virus”, afirma la doctora Avindra Nath, directora clínica del Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares (NINDS, por sus siglas en inglés) y autora principal de un estudio centrado en los daños provocados en el cerebro. Curiosamente el SARS-CoV-2 no se localizó en ninguno de los tejidos cerebrales analizados de los pacientes por lo que los autores indican que no hay forma de determinar si en algún momento el virus estuvo presente en el cerebro.
Los expertos coinciden a la hora de señalar que es pronto para conocer con precisión cuáles serán las secuelas del virus. Su preocupación se focaliza en la posibilidad de que la pandemia incremente significativamente el número de personas que luchan contra enfermedades y discapacidades duraderas. Debido a la novedad del virus, nadie sabe con certeza su impacto a largo plazo. Las investigaciones basadas en los anteriores coronavirus sugieren que el virus puede dañar múltiples órganos y causar síntomas sorprendentes.