El pasado 31 de enero se cumplía el tercer aniversario de la detección del primer caso de Covid-19 en España: un turista alemán que se encontraba de vacaciones en la isla de La Gomera. En menos de un mes se cumplirá el tercer aniversario de la declaración del Estado de Alarma en nuestro país. La realidad epidemiológica de España ha variado significativamente en este lapso de tiempo que vamos a analizar a lo largo de las siguientes líneas.
Hasta el pasado 17 de febrero y, de acuerdo con la última actualización efectuada por el Ministerio de Sanidad, el histórico acumulado de casos de Covid-19 supera con creces los 13,7 millones. España, al igual que el resto del mundo, no era consciente en esos primeros momentos de 2020 que estábamos asistiendo a los albores de la peor crisis sanitaria a la que la humanidad ha tenido que hacer frente en, al menos, los últimos 100 años.
La realidad que observamos en la actualidad dista significativamente de la fotografía de hace tres años. En este tiempo las olas de la pandemia se han ido sucediendo a medida que las distintas variantes de preocupación (VOC, por sus siglas en inglés) surgían y fagocitaban a sus predecesoras en una lucha continúa por erigirse como la dominante. La última actualización sobre la situación epidemiológica de las variantes del SARS-CoV-2 en España, publicada por Sanidad el pasado 13 de febrero, muestra que la variante Ómicron (B.1.1.529) continúa siendo la dominante, junto con los cinco linajes que comprende (BA.1, BA.2, BA.3, BA.4 y BA.5), así como los sublinajes derivados de estos. Mediante secuenciación de muestras aleatorias, en la semana 4 de 2023 (23 a 29 de enero de 2023) el porcentaje de Ómicron se sitúa en el 100%.
Los linajes de Ómicron BQ.1 y derivados de este, incluyendo BQ.1.1, que dominan también en otros países europeos y presentan mutaciones clave en la espícula adicionales a las de BA.4/BA.5, suponen el 70,3% de todas las muestras secuenciadas de manera aleatoria en la semana 4. Los linajes derivados de XBB se sitúan en 14,1% (incluido XBB.1.5 que alcanza esta semana el 10,9%) y los derivados de BA.2.75, constituyen el 12,5% de las muestras secuenciadas de manera aleatoria.
Las vacunas contra la Covid-19 han sido sin duda uno de los principales aliados en la lucha contra la Covid-19. Desde la autorización condicional de emergencia de los primeros sueros España se erigió como un ejemplo a nivel internacional en materia de inmunización frente al coronavirus. El Ministerio de Sanidad informa a través de la última actualización relativa a la Estrategia Nacional de Vacunación contra la Covid-19 que hasta el pasado 17 de febrero el 92,6% de la población mayor de 12 años (39.208.208) cuenta la puta completa de inmunización.
El virus se ha establecido de forma permanente lo que exige una acción en materia de salud pública a largo plazo
El 55,9% (26.510.444 personas) de la población cuenta con la primera dosis de recuerdo. Una cifra que, en el caso de los mayores de 60 años se eleva hasta el 91,2% (11.504.159 personas). El 59,5% (7.512.895 personas) de los mayores de 60 años ya cuenta con una dosis de refuerzo de las vacunas bivalentes adaptadas a las variante en circulación. Los datos de vacunación frente a la Covid-19 de la población pediátrica revelan que el 57,3% ya ha recibido la primera dosis y el 47,5% ha completado la pauta.
El buen desempeño de la campaña de vacunación, sumado al hecho de contar con varias opciones terapéuticas para el tratamiento de los pacientes con Covid-19, ha permitido reducir la presión que el coronavirus ejerce sobre el sistema sanitario. Actualmente la cifra de pacientes ingresados con Covid-19 es de 1.830 y 117 pacientes en UCI. Datos que suponen el 1,46% y el 1,33%, respectivamente, del total de camas hospitalarias ocupadas por pacientes con Covid-19. Cifras que nada tienen que ver con los peores momentos de la pandemia. En este sentido recordamos que el 2 de abril de 2020 la cifra de hospitalizados por Covid-19 rodaban los 47.000, mientras que en UCI se encontraban, a fecha de 5 de abril de abril de 2020, 6.536.
La letalidad del virus ha ido descendiendo progresivamente gracias a la vacunación de los más vulnerables. El último dato oficial de Sanidad revela un histórico de fallecidos de 119.186, con 59 defunciones registradas en los últimos siete días (informe publicado el 17 de febrero de 2023). Fechas tristes fueron el 31 de marzo de 2020 con 849 fallecidos por Covid-19, o el 2 de abril donde la cifra oficial de decesos comunicada por Sanidad alcanzó los 950.
El escenario epidemiológico que observamos difiere sustancialmente de los momentos más críticos vividos en los últimos años. En la actualidad la práctica totalidad de las medidas y restricciones impuestas para controlar la propagación del virus han sido eliminadas. Pero la pandemia no ha acabado. El 30 de enero de 2023 la Organización Mundial de la Salud (OMS), a través de su Comité de Emergencia y en cumplimiento del Reglamento Sanitario Internacional (RSI, 2005) acordaba continuar considerando la Covid-19 como una emergencia de salud pública de importancia internacional.
A pesar de que los expertos que componen el Comité aseguran que la pandemia se acerca a un punto de inflexión, lo cierto es que el virus se ha establecido de forma permanente lo que exige una acción en materia de salud pública a largo plazo.
Entre las recomendaciones efectuadas se pide la focalización en aumentar las coberturas de vacunación (especialmente en los países con menos recursos y en lo referente a las dosis de refuerzo), mejorar la notificación de los datos, aumentar la utilización y disponibilidad de vacunas, medios diagnósticos y tratamientos, reforzar la preparación ante futuros brotes y apoyar la investigación en áreas como la mejora de las vacunas o la secuenciación y monitorización del virus.