Un grupo de investigadores del Hospital Universitario Ramón y Cajal-IRYCIS y del CIBER de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP), liderados por la Dra. África Holguín, ha analizado la evolución del SARS-CoV-2, durante los dos primeros años de pandemia (de febrero de 2020 a enero 2021). Realizando más de 70.000 secuencias de pacientes procedentes de todas las Comunidades Autónomas de España.
Durante el periodo de este análisis, se extendieron seis linajes principales: A.2, B.1, B.1.177, B.1.1.7 (Alpha), B.1.617.2 (Delta) y B.1.1.529 (Omicron) con distinta presencia. La Dra. Holguín, junto a sus colaboradores la Dra. Paloma Troyano-Hernáez y el experto en bioinformática Roberto Reinosa, son los principales responsables este estudio sobre la variabilidad genética de las 26 proteínas del SARS-CoV-2.
Los resultados ayudan a comprender la evolución viral y la identificación de regiones esenciales para el virus que podrían ser elegidas como potenciales dianas diagnósticas terapéuticas y vacunales
El análisis se llevó a cabo con el programa informático EpiMolBio, diseñado en el Laboratorio de Epidemiología Molecular del VIH del Instituto Ramón y Cajal para la Investigación Sanitaria (IRYCIS) y del Servicio de Microbiología del centro sanitario. El programa tiene la capacidad de analizar mutaciones en más de 100.000 secuencias de cualquier patógeno o proteína de interés, empleado para el análisis de secuencias de SARS-CoV-2 de la pandemia global, junto con el VIH-1 y el VIH-2.
En las más de 70.000 secuencias de SARS-CoV-2 disponibles, la frecuencia global de mutación fue de 1,24x10-5, con una elevada conservación media (>99%), siendo las proteínas no estructurales las más conservadas. Entre los cambios detectados, algunos se relacionaron con la evasión del sistema inmune, mientras otros se asociaban a un aumento de infectividad viral.
Solo detectaron una secuencia con una deleción en uno de los residuos de la proteasa viral principal que participan en la unión al inhibidor de la proteasa Paxlovid, recientemente recomendado por la OMS para el tratamiento de pacientes con enfermedad leve o moderada y con cierto riesgo de hospitalización.