La quinta ola de la Covid-19 en la salud mental, “un impacto brutal”

La vuelta a las restricciones y el aumento de contagios aumentan los síntomas de ansiedad y depresión en una sociedad con fatiga pandémica. Aunque contamos con herramientas aprendidas en este año, “la ola de salud mental está empezando"

Psicólogo EAPS con un paciente durante la pandemia. (Foto. FUNDACIÓN  LA CAIXA    EP)
Psicólogo EAPS con un paciente durante la pandemia. (Foto. FUNDACIÓN LA CAIXA EP)

Con el aumento disparado de los contagios y la vuelta a las restricciones en pleno verano, el cansancio y hastío están presentes en esta quinta ola como ya ocurriera durante el resto de pandemia. Tras un año y medio de lucha contra la Covid-19, de encierros en casa, distancia con las personas queridas, incertidumbre o amenaza constante, la ansiedad, depresión, estrés y alteraciones del sueño se han agravado.

“Esperamos un aumento de consultas a partir de ahora, aunque viene de antes”, indica Helena García, psicóloga especialista en atención geriátrica y profesora de Psicología en UNIR, a Consalud.es. En general, este año y medio de pandemia ha provocado dos tipos de reacciones: una en la que se ha experimentado una habituación a causa de la situación repetitiva, lo que ha producido que la situación no se vea tan grave, se acostumbren a la pandemia y se abandonen las medidas de protección; y otra, posiblemente más común, en la que la persona se ha visto afectada por una situación de estrés constante, desmotivación y  por un sintomatología depresiva y ansiosa.

Según los resultados de la ‘Encuesta sobre la salud mental de los/as españoles/as durante la pandemia de la COVID-19’ avanzada por el CIS el pasado marzo, más de la mitad de la población ha sentido en algún momento miedo a la muerte o a los contagios durante este tiempo, un 41,9% ha tenido problemas de sueño y un 51,9% ha reconocido sentirse cansado o con pocas energías.

“Llevamos un año y medio expuestos a un estresor constante que hace que no bajemos la guardia. A esto se une la situación de incertidumbre en la que nos encontramos”

La pandemia ha creado una situación de peligro, amenaza y, sobre todo de contacto con la muerte, en una sociedad que no está acostumbrada a ello. “Aunque tenemos mucha capacidad de resiliencia, de adaptarnos y salir fortalecidos de las adversidades, toda esta situación añadida al cansancio por escenarios repetitivos provoca un empeoramiento de la salud mental y un aumento de consultas en muchos casos”, señala Helena García. En este contexto, la quinta ola supone volver a reexperimentar la tristeza y la indefensión nacidas del sentimiento de pérdida, la ansiedad por la percepción de amenaza y el miedo, la incertidumbre al futuro, y la desmotivación y apatía fruto de no poder planear la vida.

“Llevamos un año y medio expuestos a un estresor constante que hace que no bajemos la guardia. A esto se une la situación de incertidumbre en la que nos encontramos. Esta incertidumbre afecta absolutamente a todas las áreas de nuestra vida”, explica el psicólogo Alberto Ramírez, CEO de MentalMadrid, a este medio. En este contexto, Ramírez afirma que la quinta ola y las nuevas restricciones provocarán “una mayor demanda de personas que se encuentren ante una situación de fatiga emocional extrema, entre otras cosas, junto con las patologías ya previas o manifestadas durante este último año y medio”.

Cada ola de contagios tiene un “efecto brutal a nivel psicológico”, un pico elevado de consecuencias emocionales y malestar psicológico

Cada ola de contagios y vuelta a las restricciones tiene un “efecto brutal a nivel psicológico”, un pico elevado de consecuencias emocionales y malestar psicológico, coinciden los expertos. Desde mayo de 2020, cuando salimos del confinamiento, el número de consultas psicológicas ha ido en aumento con síntomas relacionados con el estrés, la ansiedad y la depresión en jóvenes, personas mayores y sanitarios, también ha supuesto el aumento de enfermedades mentales como los trastornos de conducta alimentaria, principalmente entre los jóvenes.

Uno de estos grupos de edad que más han preocupado es el de las personas mayores. “La dificultad y agravamientos de síntomas físicos de la Covid-19 y las estrictas restricciones que han vivido durante un largo periodo de tiempo, ha precipitado gran malestar emocional debido al miedo al contagio y por ende, un aumento de los síntomas de ansiedad, depresión y estrés en general”, señala Ramírez.

Pero también son los que llegan a esta quinta ola con mejores herramientas, “no todas las personas son iguales, pero en general, la vivencia de las personas mayores han permitido que realicen un afrontamiento activo de la pandemia, con una actividad física mantenida y una red de apoyo que gracias a las tecnologías están con ellos aunque haya distancia física”, matiza García.

“En general, ya sabemos a lo que nos enfrentamos, tanto las personas de la tercera edad como la población en general”, añade. Pero a ello se le suma el cansancio de estos meses y la reexperimentación. “La estimación es que habrá un aumento de consultas en la quinta ola, pero viene desde el principio de la pandemia, de las ucis colapsadas, las muertes, el miedo... La ola de salud mental está empezando”, concluye Helena García.

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