El 25 de noviembre de 2021, el Instituto Nacional de Enfermedades Transmisibles de Sudáfrica (NICD, por sus siglas en inglés) comunicaba la identificación de una nueva variante del SARS-CoV-2: B.1.529. La Organización Mundial de la Salud (OMS) la bautizó como Ómicron. Esta registró una rápida expansión en Sudáfrica y los países vecinos. A 16 de diciembre de 2021, la última actualización del Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés) informaba de que 27 países de la Unión Europea y del Espacio Económico Europeo han notificado casos confirmados. El total asciéndete ya a 3.158. Fuera de la UE/EEE, 58 países han confirmado casos de Ómicron.
La nueva variante presenta más de 30 mutaciones en el gen S, varias de ellas relacionadas con incremento en la transmisibilidad y escape a la inmunidad. Aunque todavía es pronto para valorar el verdadero impacto en la transmisibilidad, la gravedad o el escape inmune de esta variante, las primeras evidencias indican una mayor transmisibilidad y un escape a la inmunidad mayor que para Delta (B.1.617.2, detectada originalmente en India). Delta es la variante dominante a nivel global en estos momentos.
Una situación que podría cambiar en cuestión de semanas si tenemos en cuenta las informaciones que ha ido ofreciendo la OMS en sus últimas comparecencias públicas. El pasado 13 de diciembre la agencia de salud de la ONU recogía en un documento que es “probable” que Ómicron supere a Delta“en los lugares donde se produce la transmisión comunitaria”. Unas horas después su director general, Tedros Adhanom Ghebreyesus, advertía de que la variante Ómicron “avanza a una velocidad nunca antes vista”.
"La variante Ómicron se está propagando a una velocidad que no habíamos visto antes y nos preocupa que las personas estén considerando esta variante como algo leve. Probablemente hemos aprendido que si subestimamos al virus, nos veremos dañados", subrayaba.
POSIBLE INCREMENTO DE HOSPITALIZACIONES Y MUERTES
El Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés) considera “muy probable” que Ómicron pueda causar un mayor número de hospitalizaciones y muertes que Delta.
"La variante Ómicron se está propagando a una velocidad que no habíamos visto antes y nos preocupa que las personas estén considerando esta variante como algo leve. Probablemente hemos aprendido que si subestimamos al virus, nos veremos dañados"
"Incluso si la gravedad de la enfermedad causada por Ómicron es igual o menor que la gravedad de Delta, el aumento de la transmisibilidad y el consiguiente crecimiento exponencial de los casos superarán rápidamente cualquier beneficio de una gravedad potencialmente reducida. Por lo tanto, se considera muy probable que Ómicron provoque más hospitalizaciones y muertes, además de las que ya se esperan de las previsiones anteriores con Delta", informan desde el ECDC a través de un informe.
A pesar de que desde el organismo europeo recuerdan que Delta continúa siendo la variante dominante, detallan que, las predicciones de los modelos y en función de la ventaja que Ómicron presente en términos de transmisibilidad y escape inmunitario “es probable que se convierta en la variante dominante en los dos primeros meses de 2022”. Una realidad cada vez más plausible si tenemos en cuenta ya existe transmisión comunitaria de Ómicron en el viejo continente.
La directora del ECDC, Andrea Ammon, ha recordado que la eficacia de las distintas vacunas que actualmente se están inoculando en Europa continúa siendo alta contra la enfermedad grave provocada por Delta, “por lo que la vacunación sigue siendo un componente clave para reducir el impacto de Ómicron y hacer frente a la circulación de Delta”.
A pesar de que el desconocimiento sobre la nueva variante todavía es significativo, un reciente estudio publicado por Discovery Health, ha arrojado algo de luz. Aunque los resultados son preliminares, la investigación sugiere que los ingresos hospitalarios entre los adultos infectados por esta variante son alrededor de un 29% más bajo que durante la primera ola de la pandemia.
DIFIERE DE LA SINTOMATOLOGÍA TÍPICA
Si hablamos de los síntomas asociados a las infecciones provocadas por Ómicron, estos difieren de los típicos relacionados con la Covid-19. Tal y como informan desde la BBC, los síntomas más comunes notificados por los pacientes son dolor de garganta o garganta rasposa, tos seca, dolor muscular, secreción y congestión nasal.
En cuanto a la precisión diagnóstica de las PCR y los test de antígenos, la OMS explica que "parece no estar influida por Ómicron". "La mayoría de las secuencias de variantes de Ómicron reportadas incluyen una deleción en el gen S, causando que algunos ensayos de PCR dirigidos al gen S aparezcan como negativos. Aunque algunas secuencias compartidas públicamente carecen de esta deleción, esto sigue siendo una minoría de las secuencias actualmente disponibles, y el fracaso de la focalización del gen S (SGTF) puede, por lo tanto, utilizarse como un marcador indirecto útil de Ómicron, con fines de vigilancia", esgrimen.
Uno de los puntos que más preocupan en relación a Ómicron son los datos preliminares que sugieren que esta variante se asocia con un mayor riesgo de reinfección. Adi Mhamud, portavoz de la OMS, explicaba en rueda de prensa que los primeros datos y estudios indican que la nueva variante tiene una tasa de reinfección superior al resto de variantes conocidas hasta el momento. “Esto demuestra la importante tasa de propagación que posee”, alertaba.
¿QUÉ PUEDE SUPONER SU EXPANSIÓN PARA LOS SISTEMAS SANITARIOS?
A falta de mayor evidencia científica que refuerce o rechace los datos expuestos a lo largo de estas líneas, el ECDC explica que la situación epidemiológica actual en el viejo continente propicia la expansión de Ómicron.
Adi Mhamud, portavoz de la OMS, explicaba en rueda de prensa que los primeros datos y estudios indican que la nueva variante tiene una tasa de reinfección superior al resto de variantes conocidas hasta el momento. “Esto demuestra la importante tasa de propagación que posee”
La dominancia de Delta continúa siendo total en los países europeos y es la responsable del preocupante incremento de las nuevas infecciones que desde hace algunas semanas se está viviendo en el continente. Se suma el hecho de que muchas de las naciones europeas reportan bajas tasas de vacunación contra la Covid-19, en un contexto de relajación general de medidas y restricciones que están volviendo a reimponerse con el desesperado objetivo de evitar que la Navidad sea el punto de no retorno.
En este sentido el ECDC alerta de que “en una situación en la que la variante Delta está resurgiendo en la UE/EEE, el impacto de la introducción y posible mayor propagación de Ómicron podría ser muy alto”. Motivo por el que concluye que “el nivel general de riesgo para la UE/EEE asociado con la variante Ómicron se evalúa de alto a muy alto”.
En este sentido, el organismo europeo ha solicitado a los países que “redoblen sus esfuerzos para aumentar la vacunación completa en las personas aún no vacunadas o parcialmente vacunadas, así como para administrar dosis de refuerzo a todos los elegibles lo antes posible”.
Ammon recalca que la vacunación por sí sola no será suficiente para impedir la expansión de Ómicron “porque no habrá tiempo para abordar las lagunas de vacunación que aún existen”. Motivo por el que considera que deben adoptarse urgentemente medidas más contundentes orientadas a “reducir la transmisión y aliviar la pesada carga que soportan los sistemas sanitarios y proteger a los más vulnerables en los próximos meses”.
"Sigue siendo prioritario utilizar adecuadamente las mascarillas, teletrabajar, evitar las aglomeraciones en los espacios públicos, reducir las aglomeraciones en el transporte público, permanecer en casa cuando se está enfermo, mantener las medidas de higiene de las manos y de las vías respiratorias y garantizar una ventilación adecuada en los espacios cerrados", ha aconsejado la directora del ECDC.