Todos los virus mutan y el SARS-CoV-2 no es una excepción. Desde la cepa original detectada en Wuhan (China) a finales de 2019 hasta la actualidad, los esfuerzos globales de la comunidad científica para secuenciar su genoma han revelado la evolución del coronavirus a través de diversas variantes. Algunas de las mutaciones experimentadas por el virus no han supuesto un problema a la hora de combatir la pandemia, pero otras se han erigido y erigen como grandes desafíos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) utiliza un sistema de clasificación para dividir las distintas variantes que se identifican del virus en todo el mundo: aquellas que son de interés (se vigila su evolución, aunque a priori no presentan un riesgo elevado) y aquellas que se consideran como de preocupación a nivel internacional.
Las variantes que componen el segundo grupo son aquellas que, debido a sus características, son más transmisibles, pueden provocar una enfermedad más grave y, por tanto, ser más letales o tienen capacidad para evadir la respuesta inmunitaria generada a través de la infección natural o por medio de las vacunas que actualmente se están inoculando en todo el mundo. Entre estas destacan la B.1.1.7 o Alfa (detectada originalmente en Reino Unido), la B.1.351 o Beta (detectada originalmente en Sudáfrica), la P.1 o Gamma (detectada originalmente en Brasil) y la B.1.617.2 o Delta (detectada originalmente en India). Esta última se ha convertido en que mayor preocupación despierta en todo el mundo ante su rápida expansión.
Esta variante fue detectad por primera vez en India y parece ser el origen de la segunda ola de la pandemia que ha azotado al país dejando miles de contagiados y fallecidos. Los primeros casos de la variante Delta se detectaron en Reino Unido el pasado mes de marzo y, a mediados de abril, ya era la variante dominante en el país sustituyendo a la variante Alfa. Actualmente representa el 91% de los nuevos contagios en Reino Unido lo que ha obligado al Gobierno de Boris Johnson a retrasar cuatro semanas los planes de desescalada. Preocupa el hecho de su rápida propagación en Reino Unido si tenemos en cuenta que es uno de los países donde más rápido avanza la inmunización de la población contra la Covid-19.
La evidencia científica señala que la variante Delta reduce la eficacia de las primeras dosis de Pfizer y AstraZeneca hasta el 30%
El problema reside principalmente en que la variante corre como la pólvora entre la población que no está vacunada y aquellos que solo han recibido una dosis de alguno de los sueros autorizados por los reguladores británicos. La evidencia científica señala que la variante Delta reduce la eficacia de las primeras dosis de Pfizer y AstraZeneca hasta el 30%.
El Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés) confirma en un documento publicado el 23 de junio que la variante Delta sería entre un 40 y un 60% más transmisible. Las previsiones realizadas por el ECDC indican que esta variante se convertirá en la dominante en Europa a finales del próximo mes de agosto. A principios de dicho mes representará el 70% de los nuevos contagios en el viejo continente alcanzando el 90% antes de que empiece septiembre.
¿PUEDE INICIAR UNA QUINTA OLA EN ESPAÑA?
Actualmente la variante Delta representa alrededor del 4% de los nuevos casos diagnosticados en España. Una cifra que supone un incremento de tres puntos en relación a la actualización de la situación epidemiológica del Ministerio de Sanidad de la semana pasada. La campaña de vacunación contra la Covid-19 en España avanza según las previsiones realizadas por el Gobierno. Nuestro país ha superado los 15 millones de personas con la pauta completa de inmunización (alrededor del 32% de la población) y el 50% de los españoles ya cuenta con una dosis de alguna de las vacunas autorizadas para su comercialización de emergencia.
El suero de Pfizer/BioNTech presentaría una eficacia del 79% frente a la variante Delta con la pauta completa. En el caso de AstraZeneca se sitúa alrededor del 60%. Johnson & Johnson y Moderna se encuentran realizando estudios
El Public Health England ha publicado un informe en el que se analiza la eficacia de las vacunas frente a esta variante. De acuerdo a los datos recogidos el suero de Pfizer/BioNTech presentaría una eficacia del 79% frente a la variante Delta con la pauta completa. En el caso de AstraZeneca se sitúa alrededor del 60%. Johnson & Johnson y Moderna se encuentran realizando estudios para comprobar si la eficacia de sus vacunas se ve reducida. Las vacunas protegen contra la variante Delta, aunque su eficacia pueda verse reducida, pero lo más importante, es que esa protección es significativamente mayor cuando se completa la pauta de inmunización.
Motivo por el que el ECDC insta a la protección de los grupos más vulnerables y acelerar el ritmo de vacunación. En el caso de España Andalucía, Galicia, Castilla y León y la Comunidad de Madrid han decidido adelantar la segunda inyección de AstraZeneca para proteger a la población.
La mirada está puesta ahora en cómo el avance de Delta en nuestro país podría iniciar una quinta ola de la pandemia. El verano supone un notable incremento de movimientos sociales y el próximo sábado la mascarilla dejará de ser obligatoria en exteriores siempre que se pueda mantener la distancia de seguridad. Debemos tener en cuenta que el riesgo de infección para las personas que no se enmarcan dentro de los grupos vulnerables y han completado la pauta de vacunación es bajo.
En el caso de aquellos que no la han completado o no se han vacunado, Delta supone un riesgo que va de alto a muy alto. Dentro de los grupos vulnerables, el riesgo es entre bajo y moderado para que los que están completamente vacunados, pero muy alto para los que aún no han completado la pauta o ni siquiera han recibido una dosis.
Los diferentes niveles de riesgo expuestos, en caso de que Delta aumente rápidamente su presencia en España gracias a su mayor transmisibilidad, se traducirán en un aumento de los ingresos hospitalarios y de UCI. Motivo por el que el principal objetivo de todas las comunidades autónomas y del Ejecutivo central debe apunta a acelerar la estrategia nacional de vacunación para proteger al mayor número posible de españoles.