Los profesionales del grupo sanitario Ribera están volcados en la lucha contra la pandemia y en la atención a los pacientes Covid, tanto en sus centros sanitarios como en la atención domiciliaria y en las residencias a su cargo, mientras siguen trabajando para garantizar la asistencia sanitaria a todos los pacientes no Covid que necesitan continuar con sus tratamientos. Sin embargo, ante la avalancha de casos que se están registrando en esta tercera ola en toda España, los profesionales del área de Salud Mental del grupo sanitario recuerdan que además de las complicaciones derivadas de muchas neumonías provocadas por el coronavirus, hay otros efectos secundarios muy graves que afectan a la salud mental y a las funciones neurológicas de quienes han pasado el Covid. De hecho, según explica el jefe Psiquiatría y Salud Mental de los hospitales universitarios del Vinalopó y Torrevieja, Jesús Mesones, “el 20% de los infectados con coronavirus son diagnosticados de un trastorno psiquiátrico en los 90 días posteriores a sufrir la enfermedad”.
“No es cuestión de ser alarmistas. La realidad ya es bastante alarmante por sí misma, con las cifras diarias de fallecidos por Covid que tenemos en estos momentos en España. Pero es importante que los ciudadanos sepan que tras casi un año de pandemia hay estudios, como uno de Oxford, que demuestran que prácticamente una de cada cinco personas que ha sufrido la enfermedad es diagnosticada, en un plazo máximo de tres meses, con algún tipo de trastorno psiquiátrico que no había sufrido antes”, aclara Mesones. Entre esos desórdenes graves, añade, se encuentran la psicosis, trastornos del estado de ánimo y catatonia, encefalopatía, encefalitis y varios trastornos neurológicos. Además, se ha comprobado que otro grupo importante de pacientes experimenta altas tasas de ansiedad, episodios de depresión y trastornos de estrés postraumático “que aún se están evaluando, porque se necesita un plazo más amplio de tiempo”. “En un porcentaje más pequeño se sitúan los pacientes que desarrollan o agudizan diferentes tipos de demencia o Alzheimer”, añade.
"Pero es importante que los ciudadanos sepan que tras casi un año de pandemia hay estudios, como uno de Oxford, que demuestran que prácticamente una de cada cinco personas que ha sufrido la enfermedad es diagnosticada, en un plazo máximo de tres meses, con algún tipo de trastorno psiquiátrico que no había sufrido antes"
Coincide el doctor Mesones el también psiquiatra del Hospital Universitario de Torrejón, Alberto Garrandés. “Con la pandemia, han aumentado mucho las consultas centradas en la ansiedad” y asegura que “se ha observado un mayor consumo de los tóxicos con finalidad ansiólitica, sobre todo de alcohol, y una tendencia al abuso de la medicación ansiolítica”. Para Marta Gadea, psicóloga en este mismo centro sanitario, “estamos tristes por la pérdida de los seres queridos pero también por las múltiples pérdidas y renuncias que hemos experimentado en los últimos meses y los proyectos vitales frustrados”, a lo que se suma, explica, “la preocupación y la desesperanza ante el futuro”. Todos estos cambios, asegura, han generado “trastornos adaptativos, es decir, reacciones esperables ante situaciones que, de una manera u otra, nos desestabilizan”. Y entre esos trastornos, además de la ansiedad, engloba los cuadros depresivos, miedos, dificultades para dormir y alteraciones del humor, que no se corresponden con el comportamiento habitual de una persona”.
Para el responsable del Servicio de Salud Mental de los dos departamentos sanitarios que gestiona el grupo Ribera en la provincia de Alicante al miedo que genera el contagio y un agravamiento de los síntomas se suman los efectos de la importante crisis económica y social que diez meses de pandemia está provocando en la sociedad. “Son imprescindibles políticas de ayudas a los desempleados y acciones que permitan recuperar puestos de trabajo para reducir los niveles de ansiedad y estrés, que pueden tener consecuencias fatales muchas personas, con y sin antecedentes de trastornos psiquiátricos”, advierte.
"Las consecuencias más malignas de este virus se verán con posterioridad, cuando se hagan notar las consecuencias económicas y sociales de la pandemia"
En este mismo sentido apunta el psicólogo clínico de la Unidad de Salud Mental del Hospital Universitario de Torrejón, Jorge Pernia. “Las consecuencias más malignas de este virus se verán con posterioridad, cuando se hagan notar las consecuencias económicas y sociales de la pandemia. Entonces, la precariedad y la desesperanza sí podrían crear las condiciones para que se desencadena una ‘depresión perfecta’, a modo de tormenta”. Y es que, según destaca su compañera y psicóloga Marta Gadea, “el Covid es un factor estresante muy importante que incide en la vulnerabilidad de las personas y nos fragiliza y hace sentir inseguros”.
Por último, los profesionales de las Unidades de Salud Mental de todos los centros sanitarios de Ribera apelan a “la responsabilidad individual, el cumplimiento de las normas de seguridad, higiene y distancia social, para volver a frenar la propagación de este virus”.