El confinamiento o la 'nueva normalidad' están implicando cambios sociales, modificaciones de las rutinas y también de los comportamientos de las personas. Las relaciones familiares o sentimentales se resienten, crece el estrés a la hora de cuidar a los niños o se generan conflictos y problemas que antes, debido a las rutinas precoronavirus no existían.
Ángela de la Fuente, psicóloga y psicoterapeuta analiza en ConSalud.es las consecuencias que ha podido tener la pandemia de coronavirus en las personas.
El confinamiento puede herir relaciones sentimentales y familiares. ¿De qué forma se puede actuar?
Ante la situación de encierro domiciliario provocada por la movilidad restringida por el riesgo de la Covid-19 es muy posible que muchas familias se encuentren en situación de convivencia con otros (familia, compañeros de piso, residencias, etc…) en los que nunca habían estado. A pesar de que en muchos casos esta convivencia sea con gente a la que queremos, pasar las 24h del día con las mismas personas sin salir pueden llevar a situaciones difíciles y de estrés.
Ser consciente de que el encierro y el hacinamiento fomentan la irritabilidad. Hay que tomar conciencia de cuándo se está irritado de forma que uno se pueda retirar y no hacer que los demás vivan las consecuencias de su enfado, de la misma forma, ser comprensivos y notar la irritación de las personas con las que se convive.
"Los seres humanos necesitamos tanto socializar, especialmente con seres queridos, como también necesitamos nuestro propio espacio"
Pasar tiempo juntos y pasar tiempo separados. Los seres humanos necesitamos tanto socializar, especialmente con seres queridos, como también necesitamos nuestro propio espacio.
Crear un espacio privado para cada miembro de la familia. Quizás no sea posible un espacio 24 h para cada uno, sin embargo se pueden hacer turnos de forma que todo el mundo pueda disponer de unas horas al día de privacidad. Todo el mundo necesita disponer de un lugar donde poder desconectar de todo, incluso de la familia.
Escucharse mutuamente, y no solo hablar sobre el Covid, sino de lo que les ocurre a daca uno. Situaciones de estrés requieren en ocasiones de poder expresar distintas emociones, tanto positivas como negativas. Fomentar expresarlas en una conversación tranquila y escuchar cómo se sienten las personas a nuestro alrededor. Cuando otra persona exprese sus emociones, escucharlas sin juzgar.
¿Cómo se debe actuar antes los conflictos y problemas?
Hay que normalizar los choques. Es normal chocar, se nos puede pasar en poco tiempo. Podemos disculparnos sobre ello (o sobre nuestras formas) más tarde.
No se debe ignorar los problemas importantes (grandes o pequeños). Hay que negociar la convivencia. No hay una única convivencia perfecta ni una única forma de vivir en casa. Démosle a la creatividad para encontrar nuevas soluciones a los nuevos problemas (y a los antiguos). Normalmente nos limitan creencias de “como tienen que ser las cosas”
"No hay una única convivencia perfecta ni una única forma de vivir en casa"
No asumir las intenciones del otro cuando hace algo que me molesta. Probablemente no sea un ataque intencionado.
Expresar lo que es importante para nosotros y escuchar lo que el otro tiene que decirme. Si hace falta (y suele hacerla) desahogarse con personas de fuera de ese ambiente familiar de forma que tengamos un espacio para hablar.
¿Qué dificultades se están encontrando las familias con hijos?
Las familias con hijos, especialmente las familias con niños más pequeños, se están encontrando con muchas dificultades. Hoy en día lo más habitual es que los dos progenitores trabajen y los niños vayan al cole o a la guardería. Los padres no están acostumbrados a ver a sus hijos (despiertos) más de un par de horas o tres al día.
De repente, se están encontrando con un niño/a (o más) 24 horas al día. Muchas mamás me escriben por que no saben como “entretener” a sus hijos, porque no saben como “organizarles el horario” o porque están viendo reacciones emocionales en los niños que no conocían y les desconciertan.
"Puede ser muy estresante intentar atender al trabajo mientras tienes un ojo en tus hijos"
Además, otro de los problemas habituales es la conciliación laboral. Puede ser muy estresante intentar atender al trabajo mientras tienes un ojo en tus hijos, incluso puede ser imposible para los niños más pequeños que necesitan una presencia adulta constante para poder regularse, cuando falta un tiempo prolongado comienzan a irritarse, gritar, pegar, romper, porque necesitan a mamá o papá.
¿Cómo se puede ayudar a que los niños y los padres lleven mejor el confinamiento?
Lo primero que yo mencionaría es la importancia de separar las necesidades de los padres de las de los niños. El entretener y organizar, suele ser necesidad de los padres. Los niños no suelen pedir estar organizados, y tampoco “hacer muchas cosas”. Lo que si suelen pedir (cuanto más pequeños más lo piden) es que las cosas que se hagan estén presentes papá o mamá.
Los progenitores necesitan estructura y organización, los niños necesitan (también cierta estructura y predictibilidad) compañía de los padres, diversión y espontaneidad. Muchas veces estas necesidades chocan entre si. Es bueno intentar equilibrarlas de forma que ambas partes puedan estar seguras y tranquilas.
"No se podrá tener el mismo espacio para uno mismo, sino que se tendrá que dar más a los hijos. Es importante apoyarse para esto en la pareja"
Hay que asumir, que habrá ciertas cosas que no se puedan hacer como antes. No se podrá tener el mismo espacio para uno mismo, sino que se tendrá que dar más a los hijos. Es importante apoyarse para esto en la pareja (si la hay) o en algún familiar que conviva en casa de forma que ambos progenitores puedan tener un espacio para ellos en algún momento del día.
Habrá que vivir sabiendo que no todos los días podremos tener este espacio. Es bueno hacer estos turnos para evitar la sobreexposición a las tecnologías que a veces se usan para que los niños se queden tranquilos. Por supuesto, las tecnologías son fantásticas y es importante que puedan usarlas, pero hay riesgo de que se usen en exceso con sus subsiguientes consecuencias para la salud física y mental de los niños.
Sería bueno buscar recursos, apoyarse en otros padres y madres para encontrar actividades divertidas y creativas. Incluso se pueden iniciar nuevas actividades o rutinas como la meditación en familia, el yoga para niños, que fomentan la tranquilidad y paz interior y exterior.
¿Y en la desescalada?
Aprovecha la gran oportunidad de la desescalada para que tus hijos puedan salir al aire libre. Es importante que antes, poder concienciar de las medidas de seguridad de cada fase. No les demos charlas aburridas. Los niños aprenden jugando, seamos creativos para inventar adivinanzas, juegos, teatrillos, marionetas o gymkanas que les hagan interiorizar estas medidas de seguridad. Repasémoslas con ellas como juego. De esta forma también podremos quitar el matiz del miedo a salir a la calle.
Estos días han llamado muchas madres diciendo que los niños no querían salir por miedo. Es importante distinguir si es realmente miedo o que se han acostumbrado a estar en casa.
En el primer caso, podemos animar sin forzar a que salgan. Si el miedo es muy elevado, necesitan seguridad, abracémosles, digámosles que están a salvo, que no tienen que salir hoy si no quieren. Más tarde podemos volver a hablarles del virus adaptando el discurso a la edad que tienen. No hay frases mágicas, cada niño irá perdiendo el miedo de forma distinta pero se puede explicar que esta enfermedad no es peligrosa para los niños, pero si para otras personas que ya están malitas y que, como queríamos proteger a esas personas, por eso el confinamiento. No les mintamos, pero adaptemos la forma de contar la verdad a su edad.