Las distintas vacunas contra la Covid-19 que han recibido la autorización comercial de emergencia y se están inoculando actualmente en nuestro país, no son esterilizantes. Esto quiere decir que no evitan la infección (aunque creciente evidencia apoya la hipótesis de que la circulación del virus disminuye entre poblaciones ampliamente vacunadas), pero han demostrado su seguridad y eficacia en la prevención de la Covid-19 moderada y/o grave, lo que se traduce no solo en una menor tasa de hospitalizaciones e ingresos en UCI, sino también en una menor mortalidad.
Uno de los vacuos argumentos empleados de forma más habitual por los movimientos contrarios a las vacunas y los negacionistas del virus, es que los sueros que se están administrando no tienen ninguna utilidad puesto que los contagios continúan sucediéndose y, en las últimas semanas, a un ritmo cada vez mayor hasta situar a nuestro país en la zona de riesgo muy elevado dada la incidencia acumulada a 14 días por cada 100.000 habitantes.
La mayor diferencia se observa en personas con edades comprendidas entre los 60 y los 79 años, con un riesgo de infección en vacunados seis veces menor, de hospitalización 14,5 veces menor y de fallecimiento 16 veces menor respecto a no vacunados
Un argumento totalmente alejado de la realidad ya que el incremento de los contagios no se está traduciendo en picos asistenciales como los vividos en las olas anteriores de la pandemia, gracias a la vacunación. En cuanto a los que tiran por tierra el hito histórico logrado en tiempo récord con las vacunas contra la Covid-19 alegando que la edad media de ingresados en UCI está descendiendo, la evidencia científica ya ha confirmado que la protección generada por los sueros disminuye con el tiempo y es aquí donde desempeñan un papel fundamental las dosis de refuerzo que tiene por objetivo restaurar la inmunidad alcanzada con la administración de las dosis que componían la pauta primaria de inmunización.
Explicados estos conceptos, es el momento de hablar con los datos en la mano. El Ministerio de Sanidad, como parte de su actualización diaria sobre la situación epidemiológica de nuestro país, ofrece en algunos informes (los datos no se actualizan diariamente) una serie de datos que nos permiten establecer comparativas atendiendo a distintos parámetros epidemiológicos entre la población vacunada y la que no ha recibido ninguna dosis o no ha completado la pauta de vacunación.
Los datos más actuales de los que se dispone en este sentido corresponden al informe hecho público por Sanidad el 16 de diciembre. Entre el 11 de octubre y el 5 de diciembre de 2021, la incidencia en personas completamente vacunadas es muy inferior a la observada en no vacunadas. La mayor diferencia se observa en personas con edades comprendidas entre los 60 y los 79 años, con un riesgo de infección en vacunados seis veces menor, de hospitalización 14,5 veces menor y de fallecimiento 16 veces menor respecto a no vacunados. Llama la atención la diferencia en la tasa semanal de hospitalizaciones por Covid-19 en el grupo de entre 30 y 59 años, en el que reporta un 6,11 entre los no vacunados frente al 0,83 de los que han completado la pauta. En el grupo de 12 a 29 años, la incidencia es tres veces inferior y 11,5 veces inferior para hospitalización.
La IA en la quinta onda epidémica, durante los meses de julio y agosto de 2021, fue máxima en personas no vacunadas, seguida de las vacunadas con Janssen y las vacunadas con AstraZeneca
Si ponemos el foco en las UCI vemos que en el grupo de entre 12 y 29 años, la tasa semanal es del 0,11 entre los no vacunados frente al 0,01 entre los que han completado la pauta. En el caso de los que tienen entre 30 y 59 años esta tasa semanal es del 0,08 entre los vacunados frente al 0,98 de los que no han recibido ninguna dosis, mientras que en la franja de 60 a 79 es del 0,58 entre los vacunados frente al 13,86 de los no vacunados.
Desglosando los datos vemos que la mayor tasa de defunción se encuentra en los mayores de 80 que no están vacunados (20,41) frente a los que están vacunados (2,04). En el resto etarios la mortalidad se mantiene significativamente mayor la tasa semanal entre los no vacunados que entre los que han completado la pauta de inmunización: entre los 60 y los 79 años es de 4,71 frente a 0,29; entre los 30 y los 59 años es 0,14 frente a 0,02; y entre los 12 y los 29 años se mantiene en cero en ambos casos.
De acuerdo con la información recogida en el III Informe de análisis de la efectividad de la vacunación frente a la Covid-19 en España, la vacunación sigue suponiendo un importante impacto en la disminución de la incidencia acumulada (IA). La IA en la quinta onda epidémica, durante los meses de julio y agosto de 2021, fue máxima en personas no vacunadas, seguida de las vacunadas con Janssen y las vacunadas con AstraZeneca.
En estos grupos se ha venido incrementando la incidencia desde el mes de noviembre, excepto en los vacunados con Janssen en los que el incremento se ha frenado, posiblemente por la administración de una dosis de recuerdo con vacuna de ARNm en dicho grupo. Las personas vacunadas con Pfizer/BioNTech, Moderna y pauta heteróloga de AstraZeneca y vacuna ARNm han mostrado la menor incidencia en todo el periodo.