Las personas sin vacunar tienen hasta 11 probabilidades más de fallecer en caso de infección

El estudio revela además que presentan hasta 10 veces más probabilidades de ser ingresados en caso de infección, y hasta 4,5 veces más posibilidades de infectarse que los vacunados.

Viales de las vacunas contra la COVID 19 (Foto. Freepik)
21 septiembre 2021 | 00:00 h

Todas y cada una de las vacunas desarrolladas contra la COVID-19 que se están inoculando actualmente en todo el mundo, han demostrado su seguridad y eficacia a la hora de prevenir el desarrollo de enfermedad moderada y/o grave, reduciendo de esta forma las probabilidades de ingreso hospitalario, en UCI y defunción. Reguladores como la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) o la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés), han revisado y analizado de forma exhaustiva todos los datos proporcionados por los fabricantes obtenidos a través de los ensayos clínicos en los que han participado decenas de miles de personas en todo el mundo.

Ante esta fotografía, ponemos el foco en un reciente estudio realizado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés), a través del que se han analizado más de 600.000 casos de COVID-19 registrados en 13 estados en el periodo comprendido entre los meses de abril y junio de 2021.

A medida que se producía el avance de la variante Delta del SARS-CoV-2 (B.1.621.2, detectada originalmente en India), las personas que no se habían vacunado contra la COVID-19 tenían 4,5 veces más probabilidades de infectarse que aquellos que habían completado la pauta de inmunización. Un dato positivo que refuerza la creciente evidencia científica relativa a la protección que los sueros podrían ofrecer en términos de infección. Pero el hallazgo más importante de este estudio alude al hecho de que aquellas personas que no se han vacunado presentan 10 veces más probabilidades de ser hospitalizados en caso de infección por Delta, y hasta 11 veces más posibilidades de fallecer según los datos ofrecidos por los CDC.

“La vacunación funciona”, declara de forma tajante la doctora Rochelle Walensky, directora de los CDC. “La conclusión es la siguiente: tenemos las herramientas científicas que necesitamos para darle la vuelta a esta pandemia”

“La vacunación funciona”, declara de forma tajante la doctora Rochelle Walensky, directora de los CDC. “La conclusión es la siguiente: tenemos las herramientas científicas que necesitamos para darle la vuelta a esta pandemia”, aseveraba en una rueda de prensa celebrada recientemente con motivo de la presentación de los resultados de la investigación desde la Casa Blanca.

A pesar de que nos encontramos ante una buena noticia, lo cierto es que diversos estudios vienen confirmando que la inmunidad generada a través de las vacunas disminuye con el paso del tiempo. Los denominados como “casos de avance”, aquellos en los que personas completamente vacunadas se infectan y desarrollan COVID-19 grave, han pasado de representar el 14% de las hospitalizaciones y el 16% de los fallecimientos en Estados Unidos en el cómputo de los meses de junio y julio, siendo casi el doble que los datos registrados a principios de año.

Un incremento que no es sorprendente ni inesperado. Las vacunas desarrolladas contra la COVID-19 no son esterilizantes por lo que no evitan la infección pero sí protegen frente al desarrollo de la enfermedad grave. Los expertos en epidemiología han advertido en numerosas ocasiones que, a medida que se incrementen los porcentajes de población completamente inmunizada, mayores serán las referidas cifras. Ante esta fotografía Walensky alertaba al inicio del mes de septiembre que el 90% de las personas hospitalizadas por COVID-19 en Estados Unidos no estaba vacunada.

Los CDC han publicado además en las últimas semanas dos estudios que sugieren que la protección generada por las vacunas se reduce con el paso del tiempo en los adultos mayores. Uno se ha centrado en analizar las hospitalizaciones por COVID-19 en nueve estados durante el verano. Sus hallazgos indican que la protección para los mayores de 75 años era del 76% frente al 89% de media reportado en el resto de adultos. Los expertos piden prudencia ante este tipo de estudios ya que no está claro si esta disminución encuentra su origen a una reducción de la inmunidad motivada por el paso del tiempo o a la posibilidad de que el escape inmunitario de la variante Delta sea mayor de lo esperado.  

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