Desde marzo de 2020 China se encuentra cerrada al turismo y solo los viajeros nacionales y algunos extranjeros que cuentan con permiso de residencia en vigor pueden acceder al país. En ambos casos todos deben pasar una cuarentena de al menos 14 días en un hotel designado por las autoridades que deberá ser costeado por ellos mismos. Esta sucinta descripción ayuda a hacerse una idea de las férreas medidas y restricciones que todavía continúan vigentes en China para controlar la pandemia. Ahora se ha dado un paso más.
Tal y como informa el diario Global Times, Pekín ha impuesto cuarentenas de 48 horas para todos aquellos paquetes procedentes del extranjero. El objetivo que persiguen las autoridades es evitar la propagación del SARS-CoV-2, a pesar de que la evidencia científica concluye de forma sólida que el contagio por superficies es una vía muy reducida y deben darse unas condiciones determinadas para que este pudiera llegar a producirse.
Desde el inicio de la pandemia, China ha culpado de algunos rebrotes en el país a paquetes procedentes del extranjero, especialmente los congelados, a lo que ha respondido suspendiendo temporalmente las importaciones de los productos en los que detectó restos de coronavirus
El Centro de Procesamiento de Correo Aéreo de Pekín procesa diariamente 120.000 paquetes llegados del exterior, los cuales, tras dos rondas de desinfección, pasan a una estancia ventilada en la que permanecen durante 24 horas. Se necesitan 48 horas para completar todo este proceso. La citada cabecera señala además que todos los empleados que estén en contacto con los paquetes procedentes del extranjero deberán haber recibido tres dosis de una vacuna contra la Covid-19 y, por supuesto, desempeñar su trabajo con mascarilla y guantes.
Desde el inicio de la pandemia, China ha culpado de algunos rebrotes en el país a paquetes procedentes del extranjero, especialmente los congelados, a lo que ha respondido suspendiendo temporalmente las importaciones de los productos en los que detectó restos de coronavirus.
El objetivo principal de la capital china es protegerse de cara a la celebración de los próximos Juegos Olímpicos de Invierno que darán comienzo el 4 de febrero.