La veloz expansión de la variante Ómicron (B.1.1529, detectada originalmente en Sudáfrica) se ha traducido en cifras récord de contagios en la mayoría de los países. La avalancha diaria de nuevos casos de Covid-19 ha desbordado las capacidades diagnósticas haciendo que recayese en cada individuo la labor de diagnosticar la infección en caso de sospecha o por ser contacto de un caso confirmado. Una tarea en la que los test rápidos de antígenos se han erigido como el mejor de nuestros aliados, especialmente en Navidad, cuando los contactos y las reuniones sociales se multiplicaron en nuestro país aumentando el riesgo de transmisión.
El problema al que se enfrentan ahora todas aquellas personas a las que se les diagnosticó la Covid-19 a través de una prueba rápida de antígenos es que no constan en los registros sanitarios lo que les sitúa en un limbo a la hora de recibir la tercera dosis de la vacuna y poder acceder al pasaporte Covid.
El pasado 25 de enero la Comisión de Salud Pública, órgano en el que se encuentran representadas las comunidades autónomas y el Ministerio de Sanidad, establecía la recomendación para la administración de una dosis de refuerzo en personas con pauta completa y que han superado una infección posterior por SARS-CoV-2. El intervalo mínimo entre la infección y la inoculación del refuerzo es de cuatro semanas.
Las personas que se encuentren en esta situación pueden adelantar la inoculación del refuerzo tras haber transcurrido cuatro semanas desde el positivo en Covid-19, en vez de esperar los cinco meses
La oleada de infecciones provocada por Ómicron ha dejado a muchas personas en una situación que no saben cómo resolver. Cuentan con la pauta de vacunación completa, pero tras haber sido positivo en Covid-19 deben esperar cinco meses para el tercer pinchazo lo que imposibilita que puedan renovar el pasaporte Covid. Recordemos que el pasado 1 de febrero la Unión Europea fijaba la validez del pasaporte Covid en los nueve meses si no se había recibido la dosis de refuerzo.
¿CUÁL ES LA SOLUCIÓN?
Muchas personas se encuentran en una complicada situación en caso de querer viajar. El pasaporte Covid es un documento indispensable para el turismo. En caso de no contar con la pauta completa de vacunación y la administración del refuerzo será necesaria la realización de una prueba PCR en un máximo de 48 horas previas al viaje y que demuestre que la persona en cuestión no está infectada. Un proceso que debe costear el propio individuo realizándose la prueba en una clínica privada.
Si atendemos a las referidas recomendaciones de la Comisión de Salud Pública, las personas que se encuentren en esta situación pueden adelantar la inoculación del refuerzo tras haber transcurrido cuatro semanas desde el positivo en Covid-19, en vez de esperar los cinco meses.
La Comisión Europea ha propuesto la extensión del uso del Certificado Covid hasta el 30 de junio de 2023. Motivo por el que este tipo de problemas logísticos y burocráticos como los casos positivos que no cuentan por confirmarse mediante test de antígenos, deberían modificarse. Más en una fase de la pandemia en la que dado el alto volumen de casos la labor de diagnóstico recae prácticamente en cada individuo.
Razón por la que la Comisión ha propuesto una serie de cambios en el pasaporte Covid. Entre estos destaca la inclusión de los test de antígenos de laboratorios de alta calidad y ampliar así más allá de la PCR las pruebas válidas para la obtención de dicho documento.