La UniónEuropea ha puesto en marcha varias medidas para garantizar el movimiento de ciudadanos entre los Estados miembros a pesar de las restricciones y la incidencia ligadas a la pandemia de Covid-19. Tanto el certificado de vacunación, de forma específica, como el Pasaporte Covid Digital UE, más general, son algunas de estas herramientas que están en marcha desde el pasado verano.
Ambos instrumentos han servido para que se pueda viajar entre países si se está vacunado frente al coronavirus, si se ha realizado recientemente una PCR con diagnóstico negativo o si ha pasado la enfermedad en los últimos seis meses. Además, en algunos países como España se está exigiendo para poder acceder a espacios de restauración o de ocio. En todo caso, se considera útil para mantener la movilidad, facilitar la recuperación económica y evitar nuevos confinamientos.
Expertos subrayan que estas herramientas son la forma “más precisa a nuestra disposición para limitar la transmisión y evitar más encierros generales”
Precisamente estas funciones han sido analizadas por expertosinternacionales, quienes valoran los beneficios que representan los pasaportes Covid para que no se produzcan nuevos encierros pero también exponen las debilidades que pueden ocasionar, en materia de vulneración de derechos fundamentales, de protección de datos o de discriminación. Así lo han expresado en un artículo científico publicado este miércoles en TheBMJ, revista médica más conocida como British Medical Journal.
LA HERRAMIENTA “MÁS PRECISA”
En el artículo, titulado ‘¿Son los pasaportes de vacunas y pases Covid una alternativa válida al bloqueo?’, indican que pedir este tipo de documentos para entrar a entornos cerrados que pueden congregar a muchas personas “reduce potencialmente el riesgo de propagación del Covid”. Así lo defienden DanielSleat, jefe de la unidad de investigación del Instituto Tony Blair para el Cambio Global, y KirstyInnes, directora de la unidad de Gobierno Digital del mismo centro.
Ambos consideran que la implementación correcta de estas herramientas “pueden brindar tranquilidad al público y, especialmente, a las personas vulnerables”, subrayando que son la forma “más precisa a nuestra disposición para limitar la transmisión y evitar más encierros generales”.
A pesar de sus ventajas, resaltan la importancia de “limitar claramente” el uso de estos pasaportes y se incluyan “cláusulas de extinción”
No obstante, también resaltan la importancia de “limitar claramente” el uso de estos pasaportes, de forma que se empleen para “la gestión de la actual pandemia”. Así, proponen que se incluyan “cláusulas de extinción” para que las órdenes expiren cuando la prevalencia del virus esté por debajo de los umbrales más peligrosos.
Pese a que defienden la necesidad de actuar de forma rápida en una situación de pandemia global, tanto Sleat como Innes instan a blindar la protección de la privacidad de las personas. Así, sugieren que los datos acumulados por las autoridades sanitarias a través de estas herramientas digitales “deben gestionarse y almacenarse de acuerdo con altos estándares de protección”. En todo caso, sostienen que en un contexto de aumento de casos o de transmisión de nuevas variantes, estos pasaportes son “el mejor mecanismo” para evitar nuevas restricciones.
POSIBLE AUMENTO DE LA DISCRIMINACIÓN
Por otra parte, ImogenParker, directora asociada del Instituto Ada Lovelace e investigadora del Centro de Ciencia y Política de la Universidad de Cambridge, expone que estos instrumentos también presentan debilidades y no por presentarlos indican que las personas están libres o salvo de contagiarse de Covid-19. Apuntan a que las variantes y la heterogeneidad de la respuesta inmune de las personas “no pueden brindar una evaluación perfecta del riesgo a nivel individual”.
Por otra parte, advierten de una posible “discriminación” entre personas ya que en algunos países aún no se ha avanzado tanto en el plan de inmunización
Esta experta también cita “tres posibles riesgos” de su uso. Por un lado, advierte de una posible “discriminación” o segregación entre personas. Si un pasaporte se basara en el estado de vacunación, apuntan, “algunas personas podrían tener dificultades para demostrarlo”, ya sea porque no ha podido vacunarse al vivir en un país donde la inmunización no ha avanzado tanto o porque se ha vacunado con vacunas de marcas no aceptadas a nivel internacional.
En la misma línea, avisa que estas medidas pueden incrementar la vigilancia sobre “minorías étnicas” que ya sufren normalmente otras barreras. En estos casos, subraya que “si los países comienzan a usar pasaportes para la participación normal en eventos, actividades y viajes, solo aquellas personas que estén dispuestas y puedan y tengan acceso a vacunas o pruebas aceptadas en diferentes países podrán participar”.
Finalmente, justifica el desarrollo de una tecnología usada “para emergencias” pero duda de emplear herramientas “de vigilanciaduradera”. Parker alega que aunque estos instrumentos “facilitan el intercambio de datos” y que benefician a la investigación en salud, “también podría permitir que la información personal se comparta” con otros organismos como “la policía o las compañías de seguros”.