Víctimas del virus que asola gran parte del mundo, Harry y May Rodgers de 86 y 83 años, respectivamente, fallecían con apenas 24 horas de diferencia en una residencia de ancianos de Belfast, la capital de Irlanda del Norte.
Diez días más tarde, según hace público hoy El Confidencial, la hija de estos dos ancianos recibió dos cartas de Belfast Trust, uno de los organismos de la sanidad pública. En la primera, el organismo ofrecía a la familia sus condolencias y en la segunda incluía una factura de 75.000 libras, algo más de 83.000 euros, por los gastos de atención a la pareja de ancianos. "Me acababan de mandar una factura por una persona que había perdido la vida a causa de este horrible virus. Y para mí, sentí que lo único que significaban para ellos era dinero", lamentó la hija.
El organismo se podrá en contacto con la familia para discutir los asuntos planteados
Su historia puede ser la primera de muchas que sucedan. Por ello, la hija de esta pareja de ancianos que vivió más de 64 años juntos, anima a otras personas a que denuncien lo sucedido en las residencias de ancianos con una investigación.
Por su parte, tal y como explican en el diario, un portavoz de Belfast Trust ha señalado que "le gustaría ofrecer nuestras sinceras condolencias a la familia Rodgers en este momento tan triste. Lamentamos mucho el momento insensible en el que mandamos esta carta. El Trust se pondrá en contacto con la familia para discutir los asuntos que ha planteado. Como resultado de este caso, estamos revisando nuestra práctica para un futuro aprendizaje y para asegurarnos de que las facturas se emitan dentro de un plazo sensible".