España ha superado ya la barrera del 40% de la población con la pauta de vacunación contra la Covid-19 completa. El ritmo de vacunación avanza positivamente con la vista puesta en la inmunización de los grupos más jóvenes, principal foco de los nuevos contagios que se reportan. La fotografía que ofrece España es similar a la de mayoría de los países desarrollados, pero una realidad tristemente lejana para las naciones con bajos y medianos ingresos. Territorios a los que apenas llegan dosis de las vacunas y, en muchos casos, no son suficientes para proteger a sus poblaciones vulnerables o personal sanitario.
La pandemia avanza de forma cada vez más evidente a dos ritmos diferentes a nivel global. Dos velocidades marcadas por los recursos económicos de los que dispone cada país, pero cuyas consecuencias pueden ser nefastas para todos. Mientras el SARS-CoV-2 continúe circulando sin control en los países con menos opciones de acceso a las vacunas, mayores serán las posibilidades de que mute y origine una nueva variante que cuente con capacidad para evadir la respuesta inmunitaria mediada por esas vacunas que, si bien son un bien global de primera necesidad, actualmente son artículos de lujo. Y todos hemos sido ya testigos de la velocidad con la que una variante originada en cualquier parte del mundo puede extenderse por todo el planeta en cuestión de pocas semanas.
“La pandemia se está produciendo a dos ritmos: los que tienen acceso a las vacunas y los que no”, ha criticado el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus.
“Necesitamos más vacunas y que lleguen más rápido”, ha expresado. "A pesar de que tenemos un progreso en el control de la pandemia, estamos en un estadío muy complicado y peligroso. Nuestra única salida es apoyar a los países en la distribución equitativa de EPI, test, tratamientos y vacunas. No es una cosa complicada ni cara", aseveraba.
"A pesar de que tenemos un progreso en el control de la pandemia, estamos en un estadío muy complicado y peligroso. Nuestra única salida es apoyar a los países en la distribución equitativa de EPI, test, tratamientos y vacunas. No es una cosa complicada ni cara"
A principios del mes de junio Oxfam Intermón denunciaba que, de los 1.770 millones de dosis de las vacunas contra la Covid-19 que se habían inoculado en todo el mundo, el 28% se había administrado en los países del G7. Solo el 0,3% de las dosis se habían inoculado en países de renta baja. De mantenerse el ritmo actual de vacunación los países con menos recursos podrían tardar hasta 57 años en inmunizar a toda su población mientras que los países más ricos podrían alcanzar este objetivo en la primera semana del 2022.
De acuerdo a los últimos datos recopilados por la revista Nature, se necesitan alrededor de 11.000 millones de dosis para vacunar completamente al 70% de la población global y alcanzar así, la ansiada inmunidad de grupo. Un porcentaje que, seguramente, necesitará ser más elevado ya que estas previsiones se efectuaron en base a la cepa original del SARS-CoV-2. La variante Delta (B.1.617.2, detectada originalmente en India) plantea la necesidad de una cifra de inmunidad colectiva superior debido a su alta transmisibilidad y la rapidez con la que se ha expandido por todo el globo.
Hasta el pasado 4 de julio se habían administrado a nivel global 3.200 millones de dosis de las vacunas contra la Covid-19 según las cifras del Fondo Monetario Internacional. En base al ritmo de inmunización actual la cantidad se incrementará alrededor de 6.000 millones de dosis antes de que finalice el presente año según sus proyecciones. Frente a estos datos tomamos los publicado por la web Our World in Data: solo el 1% de las personas que viven en países de bajos ingresos ha recibido al menos una dosis. Un porcentaje que se incrementa vergonzantemente por encima del 80% si hablamos de los países con altos y medianos ingresos.
El pasado mes de junio los líderes de los países que integran el G7 se comprometieron en una cumbre celebrada en Reino Unido a donar dosis adicionales de las vacunas a los países con menos recursos para hasta finales de 2022. El compromiso habla de 870 millones de dosis de las vacunas contra la Covid-19 de las que, al menos la mitad, se entregarán antes de que finalice el 2021.
Las donaciones de las vacunas son el sustento principal de la plataforma COVAX, iniciativa de la OMS que tiene como misión hacer llegar los sueros a los países con menos recursos. La meta fijada para el 2021 es la administración de 2.000 millones de dosis.