Pandemia, migrantes y refugiados: el trabajo de la OMS para controlar nuevos brotes

La situación de vulnerabilidad de estas personas limita el acceso a los recursos sanitarios y no pueden cumplir en muchas ocasiones con las medidas básicas de distanciamiento social o confinamiento.

Celebración de la 73ª Asamblea Mundial de la Salud organizada por la OMS (Foto. OMS)
8 junio 2020 | 00:00 h
Archivado en:

El nuevo coronavirus SARS-CoV-2 se caracteriza por la rapidez con la que consigue transmitirse. La pandemia generada ha estado marcada desde sus inicios por este factor en el que han jugado y juegan un papel fundamental las personas infectadas que no muestran síntomas y que se han erigido como uno de los grandes vectores de la enfermedad.

La Covid-19 ha puesto en jaque a los sistemas sanitarios de todo el mundo que se han visto desbordados. Una situación a la que ha contribuido la escasez de materiales de proteccióny recursos sanitarios. Este escenario se torna aún más complicado en el caso de los países que con bajos y medianos ingresos.

Motivo por el que la Organización Mundial de la Salud (OMS) y ACNUR han rubricado un acuerdo por el que se han comprometido a fortalecer y promover los servicios de salud pública para los millones de personas que, por distintos motivos, están desplazadas de sus hogares en todo el mundo.

El principal objetivo este año es apoyar los esfuerzos e iniciativas que ya se encuentran en curso con la vista puesta en proteger a alrededor de 70 millones de personas desplazadas que están en riesgo de ser víctimas del nuevo coronavirus. De estos, 26 millones de personas son refugiados de los el que el 80% están actualmente en países con bajos y medianos ingresos donde los sistemas de salud ya estaban debilitados antes de la llegada de la pandemia.

EL PRINCIPIO DE SOLIDARIDAD

“El principio de solidaridad y el objetivo de servir a las personas vulnerables sustentan el trabajo de ambas organizaciones”, explicaba hace unos días el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus. “Nuestro compromiso es el de proteger la salud de todas las personas que se han visto obligadas a abandonar sus hogares y garantizar que puedan obtener servicios sanitarios cuándo y dónde los necesiten. La pandemia ha resaltado la importancia vital de trabajar juntos para que podamos lograr más”.

26 millones de personas son refugiados de los el que el 80% están actualmente en países con bajos y medianos ingresos donde los sistemas de salud ya estaban debilitados antes de la llegada de la pandemia

Unas declaraciones fechadas a finales del mes de mayo tras conocerse la noticia de que ningún migrante o refugiado de los presentes en Serbia había dado positivo en Covid-19. Dato muy importante ya que el continente europeo, principalmente los países de la cuenta mediterránea, son el objetivo de los refugiados e inmigrantes.

Hecho que hace necesario un estricto control para garantizar los servicios sanitarios y de detección del virus en campos de refugiados para asegurar las condiciones de salubridad y complimiento de las medidas higiénicas para evitar que se produzcan brotes que desemboquen en focos de transmisión comunitaria.

“La OMS está trabajando de forma conjunta con los gobiernos de todo el mundo para garantizar que las cadenas de suministro permanezcan abiertas y los servicios de salud que salvan vidas lleguen a todas las comunidades”, añadía Adhanom Ghebreyesus.

En el caso concreto de Serbia se han distribuido materiales instructivos en siete idiomas en todos los centros de migrantes y ONG que trabajan en el país. Se han entregado además equipos de protección personal, productos de higiene personal y desinfectantes a centros de acogida de migrantes y asilo en todo el país.

LOS RIESGOS DE LOS CAMPAMENTOS DE REFUGIADOS

Los refugiados y los migrantes se enfrentan a los mismos riesgos sanitarios en esta pandemia que el resto de las personas, pero, debido a sus circunstancias, pueden no tener acceso a los servicios de salud básicos y necesarios para controlar y tratar las enfermedades.

Un artículo publicado recientemente en Lancet advertía de los riesgos crecientes a los que se enfrentan estos colectivos, especialmente en los campamentos de refugiados donde medidas preventivas tan simples como el distanciamiento social o el autoaislamiento son muy complicadas de implementar.

En aquellos países que albergan a un gran número de refugiados y migrantes, las oficinas regionales de la OMS trabajan con las autoridades sanitarias nacionales y otros socios para incrementar sus esfuerzos a la hora de prevenir y controlar la expansión de la Covid-19.

Tal es el caso de la Oficina Regional de la OMS para el Mediterráneo Oriental. Esta ha desarrollado un sistema de informes de monitorización sobre la incidencia y tendencia de la Covid-19 entre las poblaciones desplazas y agrupadas en campamentos.

En Bangladesh la OMS está trabajando con las autoridades nacionales para garantizar la salid de casi un millón de refugiados rohinya y su comunidad ante las múltiples amenazas de la Covid-19

Las oficinas de la OMS en países como Djbouti, Sudán, Líbano, Siria y Yemen reportan informes semanales a la OMS en los que se incluye cualquier contagio e incluso posibilidad del mismo.

En Bangladesh la OMS está trabajando con las autoridades nacionales para garantizar la salid de casi un millón de refugiados rohinya y su comunidad ante las múltiples amenazas de la Covid-19, así como contra las consecuencias de posibles ciclones y otras enfermedades asociadas a la temporada de monzones.

“Es esencial que las organizaciones que trabajan con refugiados y migrantes tengan acceso a la orientación técnica y los recursos necesarios para prevenir y controlar la Covid-19 entre las poblaciones desplazadas”, manifiesta la doctora Zsuzsanna Jakab, directora general adjunta de la OMS.

MOVILIZACIÓN DE RECURSOS

De esta forma la OMS ha estado trabajando con los ministerios de salud de todo el mundo, pero de forma especial con los de países como Camboya, Grecia, Líbano, México, Singapur, Tailandia y Turquía. En Tailandia la cobertura sanitaria universal está disponible para todos los migrantes y refugiados independientemente de su estado legal.

En México, se han desarrollado materiales didácticos sobre prevención, detección temprana y gestión de la Covid-19 en refugios para migrantes y solicitantes de asilo

La Oficina de la OMS en Tailandia ha movilizado recursos locales del Gobierno de Japón para ayudar a fortalecer la vigilancia y la respuesta ante brotes en los campamentos de refugiados, junto con la distribución de suministros de equipos de protección y productos básicos.

En México, se han desarrollado materiales didácticos sobre prevención, detección temprana y gestión de la Covid-19 en refugios para migrantes y solicitantes de asilo. Los centros de recepción de migrantes han sido identificados como áreas de riesgo potencialmente mayor para la salud y la OMS trabaja en la implementación de protocolos de salud para la prevención y detección temprana.

El creciente y rápido incremento de los movimientos poblacionales transfronterizos ha puesto de relieve la necesidad de una amplia recopilación de datos sobre la salud de los migrantes y refugiados en relación con la planificación de la salud pública.

Motivo por el que desde la OMS se promueven esfuerzos de investigación, recopilación de pruebas y una mayor disponibilidad de datos sanitarios relativos a los refugiados y los migrantes en cada país. El organismo sugiere algunas consideraciones políticas que permitan el fortalecimiento de la monitorización de la salud en estas comunidades desatendidas.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.