Lo avisaron los psicólogos y psiquiatras, lo alertaron desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) y se ha visto en la propia población. La pandemia, y principalmente el estrés que durante dos años ha mantenido a la sociedad en vilo ante el miedo al contagio, las restricciones y la dificultad para recuperar la vida anterior a la Covid-19, han hecho mella en la salud mental. Así lo ha corroborado también un estudio de la Universidad de Kumamoto en Japón.
La depresión y la ansiedad, como consecuencias de la presión mantenida por el estrés, han aumentado, constituyendo un 20% de la población encuestada por el CIS hace unos meses en nuestro país. Sin embargo, según señaló a Consalud.es José Ramón Pagés-Lluyot coordinación de la Fundación Anaed, aunque no haya datos todavía “con la pandemia estimamos un aumento de casos en salud mental del 200%”. La situación de peligro, amenaza y contacto con la muerte de forma prolongada ha provocado también incertidumbre, desmotivación y apatía.
“Llevamos un año y medio expuestos a un estresor constante que hace que no bajemos la guardia. A esto se une la situación de incertidumbre en la que nos encontramos. Esta incertidumbre afecta absolutamente a todas las áreas de nuestra vida”, explicaba el psicólogo Alberto Ramírez, CEO de MentalMadrid, a este medio. En este contexto, Ramírez afirmaba que se produciría “una mayor demanda de personas que se encuentren ante una situación de fatiga emocional extrema, entre otras cosas, junto con las patologías ya previas o manifestadas durante este último año y medio”.
“A medida que la pandemia de Covid-19 se prolongó, surgieron problemas de ansiedad social y adicción a Internet”, señala el Dr. Shuken Boku
Ahora, un estudio en Japón, ha llegado a las mismas conclusiones que adelantaban estos expertos a Consalud.es. Además ha destacado que la presión ha recaído principalmente en las mujeres, cuya carga física y mental ha empeorado su situación. “La carga psiquiátrica general y la depresión y ansiedad que alcanzaron su punto máximo en las primeras etapas de la pandemia, se vieron muy afectadas por la disminución de los ingresos durante la pandemia”, señala la investigación publicada en la revista 'Nature'. A su vez, el aislamiento social que ha ido aumentando durante este tiempo con el teletrabajo o la reducción de los contactos sociales ha afectado a la salud mental.
La investigación se realizó a través de un cuestionario que se distribuyó a través de Internet en diciembre de 2019, justo antes de la pandemia, y luego nuevamente en agosto de 2020, diciembre de 2020 y abril de 2021, durante la pandemia. Utilizando métodos estadísticos basados en datos, los cambios en los síntomas psiquiátricos durante la pandemia se clasificaron en los siguientes cuatro componentes: carga psiquiátrica general, que es la interacción de todos los síntomas psiquiátricos; aislamiento social, asociado con la dependencia de Internet y la ansiedad social; problemas relacionados con el alcohol, y depresión y ansiedad.
“A medida que la pandemia de Covid-19 se prolongó, surgieron problemas de ansiedad social y adicción a Internet”, señala el Dr. Shuken Boku, coautor del artículo y profesor asociado en la Universidad de Kumamoto en Japón. Como señala, la ansiedad social y la adicción a Internet causan aislamiento social, y “el aislamiento social contribuye a la ansiedad social y la adicción a Internet”.
“Este círculo vicioso debe abordarse lo antes posible antes de que el problema se agrave. Es importante mantener las conexiones sociales aumentando las oportunidades de verse y tener contacto cara a cara, incluso en línea. Esto es especialmente cierto para aquellos que están aislados de la sociedad durante la pandemia de Covid-19”, explica Shuken Boku. Algo que no solo afecta a Japón, sino a todo el mundo, y como hemos visto también a España.