2020 será, sin ningún género de dudas, un año complejo para borrar de la memoria. La pandemia de la COVID-19 se ha convertido en un acontecimiento histórico, con un impacto difícil de medir, que sobrepasa la línea sanitaria y afecta a todas las áreas de la vida cotidiana.
De regreso al campo sanitario, uno de los factores de riesgo asociados al desarrollo de la enfermedad en sus formas más graves está ligada a la presencia de diabetes.
Aspectos como la hiperglucemia o la resistencia a a insulina sí que contribuyen, a priori, al deterioro clínico de las personas que se infectan del SARS-CoV-2
Según informa Medscape, el vínculo entre ambas patologías sigue su curso de investigación. No obstante, aspectos como la hiperglucemia o la resistencia a a insulina sí que contribuyen, a priori, al deterioro clínico de las personas que se infectan del SARS-CoV-2.
De igual modo, los estudios clínicos ponen sobre la mesa que el riesgo de COVID-19 grave es mayor en aquellas personas con descontrol glucémico. En este sentido, el tratamiento adecuado de la hiperglucemia puede ser un factor clave para mitigar la posibilidad de formas graves de COVID-19.
Una de las conclusiones que se pueden extraer es que el contexto pandémico ha acelerado la atención a distancia de las personas con diabetes
Una de las conclusiones que se pueden extraer es que el contexto pandémico ha acelerado la atención a distancia de las personas con diabetes. De hecho, en muy pocas ocasiones se había recurrido a la telemedicina para el seguimiento de esta enfermedad.
Asimismo, resulta trascendental el control glucémico de los pacientes ingresados a causa de nuevo coronavirus. Y es qe el uso de medicamentos hiperglucemiantes como los esteroides hacen preciso que se revisen y se intensifiquen los esquemas de insulina hospitalaria en cada hospital, tanto en el contexto de UCI como en planta.