Los servicios de prevención y tratamiento de enfermedades no transmisibles se han visto gravemente afectados desde que comenzó la pandemia de acuerdo a los resultados de una reciente encuesta elaborada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), realizada en 155 países. Una grave situación ya que las personas que padecen este tipo de patologías presentan un mayor riesgo de sufrir complicaciones en caso de ser positivos en Covid-19.
“Los resultados de esta encuesta confirman lo que hemos estado viendo en muchos países durante semanas. Muchas personas que necesitan tratamiento contra el cáncer, las enfermedades cardiovasculares o la diabetes no los han recibido como consecuencia de la pandemia. Es vital que los países encuentren formas innovadoras para garantizar que los servicios esenciales continúen mientras se lucha contra la Covid.19”, ha señalado el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
En España fallecieron en 2018 120.859 personas como consecuencia de una enfermedad cardiovascular según los últimos datos ofrecidos por la Sociedad Española del Corazón (FEC). Con un 28,3%, las enfermedades cardiovasculares se erigen como la principal causa de muerte en nuestro país por encima del cáncer (26,4%) y de las enfermedades del sistema respiratorio (12,6%).
La pandemia ha provocado un cambio de escenario en términos de causa de mortalidad, pero ahora que los nuevos contagios y decesos han comenzado a registrar sus cotas más bajas desde el pasado mes de marzo, lo cierto es que nos enfrentamos a un sistema sanitario que tiene ante sí el desafío de dar respuesta a todos los enfermos crónicos cuyos tratamientos se han visto afectados por la pandemia y un preocupante incremento en las listas de espera.
INCREMENTO DE LAS LISTAS DE ESPERA
En nuestro país, a 31 de diciembre de 2019, 704.997 personas se encontraban en lista de espera quirúrgica antes del inicio de la pandemia según los datos del Ministerio de Sanidad. Una cifra que supone un incremento del 5,4% respecto al mes de diciembre del año anterior. Dato al que tenemos que sumar todas aquellas intervenciones que no han podido realizarse en estos meses.
“La situación de las listas de espera era mala antes de esta crisis, y actualmente no ha hecho más que empeorar. Sin duda está impactando en la calidad asistencial de los pacientes: se han paralizado pruebas, analíticas, consultas y las cirugías más de dos meses”, explica a ConSalud.esCarina Escobar, presidenta de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes.
A 31 de diciembre de 2019, 704.997 personas se encontraban en lista de espera quirúrgica antes del inicio de la pandemia según los datos del Ministerio de Sanidad. Una cifra que supone un incremento del 5,4% respecto al mes de diciembre del año anterior
“Las personas de riesgo tenemos miedo y hemos retrasado o nos han pospuesto nuestras visitas al hospital, lo que ha generado un empeoramiento en nuestra calidad de vida. Sin embargo, esto solo es la punta del iceberg, las consecuencias reales de esta situación se podrán medir dentro de un año, cuando veamos como aumenta la mortalidad en pacientes oncológicos y otras patologías”, añade Escobar que señala que esta situación tendrá consecuencias directas en la autonomía de los pacientes que no han podido acceder a servicios de rehabilitación o consecuencias derivadas de los retrasos en los tratamientos y diagnósticos.
Los datos ofrecidos por el Ministerio de Sanidad revelan que actualmente el tiempo medio de espera es de 121 días.
Según la citada encuesta de la OMS, el 53% de los países han interrumpido de forma parcial o completa los servicios para el tratamiento de la hipertensión, el 49% ha interrumpido tratamientos para la diabetes, el 42% ha visto afectados sus tratamientos contra el cáncer y, en el 31% de los países encuestados, se han visto afectados los tratamientos de emergencias cardiovasculares. En el caso de los servicios de rehabilitación, se han interrumpido en el 63% de los países.
Uno de los elementos que más preocupan en este sentido es el incremento de las listas de espera. “Los tiempos de espera han aumentado, sin duda, y más en las comunidades autónomas en las que más casos de coronavirus ha habido. Por ello, ha aumentado también la inequidad, otro problema que veníamos arrastrando de forma crónica en nuestro SNS y que se ve ahora agravado. Así, en comunidades donde se han registrado pocos casos de coronavirus, como sucede en el caso de Canarias o Ceuta y Melilla, la incidencia en las listas será mucho menor que en Madrid o en Cataluña donde el colapso es ya una realidad”, explica Escobar.
"Los tiempos de espera han aumentado, sin duda, y más en las comunidades autónomas en las que más casos de coronavirus ha habido. Por ello, ha aumentado también la inequidad, otro problema que veníamos arrastrando de forma crónica en nuestro SNS"
“Por otro lado, también se ha visto afectada, debido a la dificultad de movimiento entre comunidades, la atención en los CSUR, los centros de referencia para determinadas patologías, a los que acuden habitualmente cientos de pacientes derivados de otras comunidades autónomas Si ya antes veíamos limitado el acceso a estos centros, incluso entre provincias de una misma comunidad, actualmente el acceso es más complicado aún. Esto afecta especialmente a pacientes con patologías complejas que requieren de una atención y tratamiento especializado, como son los niños con enfermedades raras. Debemos establecer procedimientos que faciliten el acceso a la atención sanitaria que requieren estos pacientes, independientemente de su lugar de residencia”, añade.
LA SITUACIÓN DE LOS PACIENTES CRÓNICOS
Desde la Plataforma de Organizaciones de Pacientes explican que el sentimiento que experimentan en la actualidad los pacientes crónicos se mueve entre el miedo al contagio y la desprotección. “El confinamiento nos ha afectado de manera notable con impacto en nuestra salud y mayor vulnerabilidad en otros ámbitos de la vida como el empleo y la educación, en el caso de niños y jóvenes con enfermedades crónicas. Por no hablar de los mayores con patologías crónicas, grandes víctimas de un sistema socio sanitario que necesariamente tiene que transformarse”.
"Las consecuencias reales de esta situación se podrán medir dentro de un año, cuando veamos como aumenta la mortalidad en pacientes oncológicos y otras patologías"
La Plataforma comparte unos preocupantes datos derivados de la crisis sanitaria provocada por la Covid-19: se estima un aumento del 20% de mortalidad en pacientes oncológicos, los trasplantes han descendido en un 85% y esto aumenta los riesgos para pacientes en lista de espera, y no podemos olvidar a pacientes vulnerables que se han infectado de la Covid-19 y fallecido, como son las personas en hemodiálisis, más de 600 no han podido superar este virus.
EL RIESGO DE COLAPSO DE LA SANIDAD PÚBLICA
La OMS revela que el 94% de los países participantes en su encuesta han tenido que reasignar de forma parcial o total sus servicios de control, prevención y tratamiento de las enfermedades no transmisibles a combatir la pandemia. Uno de cada cinco países ha informado de la suspensión o reducción de estos tratamientos ante la falta de medicamentos, métodos de diagnóstico y tecnologías como consecuencia de la Covid-19. Ahora que la presión asistencial ha disminuido a raíz de un mayor control del virus, los sistemas sanitarios se enfrentan a un preocupante escenario.
Para Carina Escobar la sanidad pública española “ya se ha colapsado”, por lo que ahora es el momento de “pensar en una estrategia a corto y medio plazo, en un escenario sin vacunas, que nos permita seguir ofreciendo atención a las personas que lo necesitan y realizando diagnósticos que salven vidas”; con la vista puesta en la posibilidad de una segunda ola.
Es el momento de “pensar en una estrategia a corto y medio plazo, en un escenario sin vacunas, que nos permita seguir ofreciendo atención a las personas que lo necesitan y realizando diagnósticos que salven vidas”
“Los ictus o infartos, se han seguido produciendo igualmente, muchos en casa en soledad, otra cosa es que no se hayan contabilizado. Las personas no se han acercado a los centros sanitarios por miedo, llegando en algunos casos muy graves a urgencias. Debemos retomar la confianza en nuestro sistema y acudir cuando detectemos que algo no va bien”, explica siguiendo la línea de la OMS que ha reiterado durante toda la pandemia sobre la situación a la que ahora tenemos que hacer frente.
LAS MEDIDAS NECESARIAS PARA EVITAR EL COLAPSO
La OMS pone de manifiesto que la mayoría de los países han establecido alternativas para ayudar a estos grupos de riesgo a continuar con sus tratamientos en plena pandemia. El 58% de los países asegura haber avanzado en la telemedicina, por ejemplo.
En el caso de España, Carina Escobar no duda a la hora de señalar la necesidad de transformar el Sistema Nacional de Salud. “La organización y la inversión en sanidad son ahora mismo las claves para afrontar el futuro: para poder luchar contra esta pandemia, que sigue ahí hasta que encontremos una vacuna. La inversión y organización nos ayudarán a protegernos ante nuevos brotes y otras debilidades importantes que esta crisis ha puesto de relieve”.
“Invertir considerablemente en sanidad en el futuro y en crear un Pacto de Estado con el acuerdo de todos los agentes del sector, con un claro liderazgo del ministerio para coordinar y cohesionar el sistema, en colaboración con las comunidades autónomas”
Sobre las lecciones aprendidas de la pandemia, Escobar destaca la necesidad de “invertir considerablemente en sanidad en el futuro y en crear un Pacto de Estado con el acuerdo de todos los agentes del sector, con un claro liderazgo del ministerio para coordinar y cohesionar el sistema, en colaboración con las comunidades autónomas”.
“La reforma debe conllevar trabajo en equipo de manera multidisciplinar y aglutinando el conocimiento científico y sanitario. Solo así se podrá hacer viable una reconstrucción donde la gestión de la administración y las entidades de pacientes tienen un papel fundamental”, expone recalcando que “no podemos reconstruir el sistema sin esa colaboración tanto de profesionales como de pacientes”.
“Pasará algún tiempo antes de que sepamos el alcance total del impacto de las interrupciones en la atención médica durante la pandemia en personas con enfermedades no transmisibles”, explica el doctor Bente Mikkelsen, director del Departamento de Enfermedades No Transmisibles de la OMS.
“Lo que sí sabemos ahora es que estos pacientes son más vulnerables a la hora de cursar la Covid-19 con cuadro clínico más grave y muchas no han podido acceder a los tratamientos necesarios para controlar sus enfermedades. Es muy importante no solo que su atención se incluya en los planes nacionales de respuesta ante la Covid-19, sino que se encuentren además fórmulas innovadoras para implementar dichos planes”, concluye Mikkelsen.