Los bailes de cifras gubernamentales sobre los contagiados y fallecidos en España como consecuencia de la pandemia, se han convertido en tónica informativa. La corrección de las series, así como las modificaciones de los distintos protocolos de recogida de estos a través de las comunidades autónomas han derivado en desfases y cifras difíciles de comprender a veces. El último ejemplo lo encontrábamos la pasada semana.
El jueves 4 de junio la Organización Mundial de la Salud (OMS) recogía un total de 29.858 muertes por coronavirus en nuestro país. Una cifra por encima de los 27.128 decesos acumulados contabilizados por el Ministerio de Sanidad que, tras conocerse esta diferencia, informaba que no reportaba al organismo los datos de forma diaria.
Un desajuste que se sumaba a otras cifras que ponen en entredicho los números de Sanidad. El Instituto Nacional de Estadística (INE) y el Sistema de Vigilancia de la mortalidad diaria (MoMo) del Instituto de Salud Carlos III han estimado los fallecidos en España como consecuencia de la pandemia entre las 43.000 y los 44.000 fallecidos.
“La semana pasada hemos tenido mucho intercambio de información con las autoridades sanitarias españolas porque ha realizado un ajuste en el número de fallecidos por Covid-19 y la OMS todavía no lo había volcado en su base de datos”
“La semana pasada hemos tenido mucho intercambio de información con las autoridades sanitarias españolas porque ha realizado un ajuste en el número de fallecidos por Covid-19 y la OMS todavía no lo había volcado en su base de datos”, expresa en una entrevista realizada en el 24 Horas de TVE la directora de Salud Pública de la OMS, María Neira. “Se aclaró y, por tanto, damos por buenos los datos aportados por las autoridades sanitarias españolas”.
Neira asegura que nuestro país se encuentra se encuentra en un momento “muy interesante” en relación a la evolución de la epidemia que demuestra que todas las medidas adoptadas han conseguido surtir efecto.
“El sistema sanitario español está ahora mejor preparado para actuar de una manera más rápida y eficaz en el caso de que se detectara un pequeño brote”, enfatizando las medidas adoptadas por todos los países europeos que hacen pensar que, aunque no se puede descartar una segunda ola, en caso de producirse no supondría una situación “tan dramática”.