El pasado miércoles 13 de octubre la Organización Mundial de la Salud (OMS) hacía públicos los nombres de los 26 expertos (seleccionados entre más de 700 solicitudes) que formarán parte del denominado como Grupo de Asesoramiento Científico de la OMS sobre los Orígenes de los Nuevos Patógenos (SAGO, por sus siglas en inglés), que asesorará al organismo sanitario internacional de Naciones Unidas en los estudios sobre los orígenes de los patógenos emergentes y reemergentes de potencial epidémico y pandémico, incluido el SARS-CoV-2. El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha advertido de que esta podría ser “nuestra última oportunidad” para conocer los orígenes del SARS-CoV-2. Razón por la que ha instado a China a proporcionar todos los datos disponibles desde la aparición de los primeros casos.
A finales de diciembre de 2019 la ciudad china de Wuhan, ubicada en la provincia de Hubei, se convertía en el epicentro de un brote de neumonía de origen desconocido. Poco tiempo después el mundo escucharía por primera vez los términos SARS-CoV-2 y Covid-19, sin ser consciente de que asistía al inicio de la peor pandemia a la que la humanidad ha tenido que hacer frente en, al menos, los últimos 100 años.
Las teorías que apuntan a que el virus fue creado en un laboratorio radicado en Wuhan han circulado desde entonces. El hermetismo y secretismo de las autoridades chinas desde el inicio de la pandemia han alimentado esta hipótesis. El mejor ejemplo lo encontramos en el tiempo que la OMS tardó en conseguir enviar un grupo de expertos focalizado en investigar los orígenes del virus en el país asiático. Una misión muy criticada dada la lupa con la que las autoridades chinas miraban cada uno de sus pasos, previamente aprobados por China.
Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha advertido de que esta podría ser “nuestra última oportunidad” para conocer los orígenes del SARS-CoV-2
La OMS publicó un informe inicial sobre su investigación sobre los orígenes de la Covid-19 el pasado mes de marzo. En este documento determinaba que el SARS-CoV-2, probablemente, se originó en un animal antes de lograr infectar a los seres humanos en diciembre de 2019. Un informe que ha sido duramente cuestionado por los países occidentales con los miembros del G7 a la cabeza. El máximo dirigente de la OMS reconoció que China no compartió los "datos brutos" de los primeros casos detectados a finales de 2019. Por ello, pidió a China que "sea transparente, abierta y que coopere, particularmente en los datos brutos sobre los primeros días de la pandemia".
En este momento la OMS solicitó a China “todos los datos”, con el fin de “abordar la ‘hipótesis del laboratorio’”. Un comentario que no gustó a China por lo que rechazó el plan del organismo de las Naciones Unidas para la segunda fase de la investigación sobre los orígenes del SARS-CoV-2.
SE NECESITAN DOCENAS DE ESTUDIOS
Maria Van Kerkhove, epidemióloga y jefa del equipo técnico de Covid-19 de la OMS, ha mostrado su esperanza de que puedan realizarse más misiones internacionales dirigidas por la OMS en China, contando con una mayor participación del país.
Chen Xu, embajador de China ante la ONU en Ginebra, declaraba en otra rueda de prensa que las conclusiones de la investigación conjunta del país y los investigadores de la OMS “han sido bastante claras”
En una de las últimas ruedas de prensa afirmaba que aún debe deben realizarse “más de tres docenas de estudios recomendados”, para determinar cómo el virus consiguió dar el salto de una especie animal al ser humano.
La experta recalca que las pruebas serológicas destinadas a medir los niveles de anticuerpos frente al SARS-CoV-2 de los residentes de Wuhan en 2019, “son absolutamente críticas”, para comprender los orígenes del virus, según recogen en Reuters.
La OMS, a través de un editorial publicado en Science, afirma que se necesitan más investigaciones sobre los primeros casos detectados en China antes de diciembre de 2019. En este sentido destacan la importancia incluso de analizar muestras de sangre almacenadas a lo largo de todo el 2019 en Wuhan, así como búsquedas retrospectivas de datos en hospitales sobre mortalidad o casos similares.
Mike Ryan, director del Programa de Emergencias de la OMS, ha recalcado que “esta puede ser nuestra última oportunidad”, para conocer los orígenes de “un virus que ha detenido nuestro mundo”.
Por su parte Chen Xu, embajador de China ante la ONU en Ginebra, declaraba en otra rueda de prensa que las conclusiones de la investigación conjunta del país y los investigadores de la OMS “han sido bastante claras”. Aseveraba que ya se habían enviado equipos internacionales a China dos veces, por lo que “es hora de enviar equipos a otros países”.
“Creo que si vamos a continuar con la investigación científica, debería ser un esfuerzo conjunto basado en la ciencia y no por las agencias de inteligencia”, zanjaba el asunto Chen.