Las nuevas variantes detectadas del SARS-CoV-2 plantean nuevos desafíos en la lucha contra la pandemia. La evidencia científica sobre las variantes procedentes de Reino Unido, Sudáfrica y Brasil ha confirmado su mayor capacidad de transmisibilidad traduciéndose en un rápido incremento de los nuevos contagios que acaban por incrementar la presión asistencial de unos sistemas sanitarios al borde del colapso en muchos países.
“Las variantes son un fenómeno común y no son peligrosas en sí mismas, pero pueden serlo si cambian el comportamiento del virus. Por lo tanto, debemos monitorizar estos desarrollados más de cerca”, explica el doctor Richard Pebody, director de la estrategia de respuesta de vigilancia y epidemiología de la Covid-19 en la Oficina Regional para Europa de la Organización Mundial de la Salud (OMS). “Estamos trabajando con expertos de todo el mundo para monitorizar e identificar qué variantes son motivo de preocupación y cómo podrían afectar a nuestra respuesta”.
Tal y como informan desde la OMS la variante dominante que circula actualmente en el viejo continente es la denominada como SARS-CoV-2 VOC 202012/01. Se trata de la primera “variante preocupante” hallada originalmente en Reino Unido y que ahora ya está presente en todos los países. Actualmente no hay evidencia de que las vacunas disponibles sean menos efectivas para prevenirla, pero sí hay evidencia de que se propaga de forma más rápida. A esta variante se suma el preocupante incremento de casos detectados de las variantes identificadas en Brasil y Sudáfrica.
“Una mayor transmisibilidad no significa que una variante se transmita de forma diferente, sino que la variante simplemente se propaga mejor, esto es motivo de preocupación ya que, a medida que más personas se infectan, mayor será el número de hospitalizados. Si esto hace que nuestros sistemas de atención se abrumen y sean menos capaces de hacer frente, más personas se encontrarán en riesgo de fallecer”, apunta la doctora Catherine Smallwood, directora del equipo de respuesta ante la Covid-19 de la OMS para Europa. “Es este escenario el que estamos tratando de evitar, por lo que es más importante que nunca frenar la transmisión con el uso de medidas sociales y de salud pública”.
En este sentido los expertos de la OMS instan a los gobiernos a aumentar el compromiso y la participación para contar con todo el conocimiento posible sobre las nuevas variantes y poder abordarlas de la forma más efectiva.
Como parte de la red mundial de laboratorios del SARS-CoV-2 de la OMS responsable de la monitorización de las mutaciones sucedidas desde el inicio de la pandemia, en junio de 2020 se estableció un grupo de trabajo específico sobre la evolución del virus. Este se encuentra compuesto por expertos en secuenciación, bioinformática y otros profesionales que trabajan para fortalecer los mecanismos e identificar las nuevas variantes de forma efectiva y temprana. Una labor a la que contribuye el intercambio de secuencias genómicas completas facilitando análisis detallados por parte de todos los socios de la OMS. De esta forma el grupo de trabajo colabora con científicos internacionales en un amplio campo de experiencia en virología de forma general y en coronavirus de forma particular para comprender mejor los resultados.
Además del fortalecimiento de las labores de detección de casos e identificación de contactos, la OMS recomienda que siempre que sea posible, se aumente la secuenciación sistemática de rutina para comprender mejor la evolución de las nuevas variantes
En cuanto a la parte que corresponde a los gobiernos nacionales, además del fortalecimiento de las labores de detección de casos e identificación de contactos, la OMS recomienda que siempre que sea posible, se aumente la secuenciación sistemática de rutina para comprender mejor la evolución de las nuevas variantes o se posibilite la detección temprana de las que puedan surgir.
“Si bien se esperan mutaciones del SARS-CoV-2, es importante continuar monitorizando las implicaciones para la salud pública de las nuevas variantes del virus. Cualquier aumento en la transmisibilidad asociado con las variantes puede dificultar el control del SARS-CoV-2. Las medidas actuales de control de enfermedades recomendadas por la OMS siguen siendo eficaces y deben adaptarse en respuesta al aumento de la incidencia de enfermedades, ya sea porque están asociadas con la nueva variante o no”, detalla la OMS.
“Los países deben aumentar la secuenciación de los aislados virales y notificarlos”, recomienda la OMS e insta “a continuar y redoblar las medidas básicas de salud pública y sociales que se sabe son efectivas, incluidas las pruebas el aislamiento, tratamiento de casos, rastreo de contactos y cuarentenas para todos los contactos y casos”.
El pasado 14 de enero, a petición del director general de la OMS se reunió el Comité de Emergencias sobre la Covid-19 para analizar la nueva fotografía de las variantes. El Comité preconizó la ampliación en todo el mundo de las labores de secuenciación genómica e intercambio de datos, junto con una mayor colaboración científica para dar respuesta a incógnitas fundamentales.
Los miembros de dicho Comité apresuraron a la OMS a proceder a la definición de “un sistema normalizado para designar a las nuevas variantes que evite el uso de indicaciones geográficas”. Petición sobre la que ya se ha comenzado a trabajar.
Además, el Comité alentó a los fabricantes de las vacunas a compartir todos los datos sobre la eficacia y seguridad de las mismas para ser incluidas en la lista de uso de emergencia. “La falta de tales datos constituye un obstáculo para el suministro oportuno y equitativo de vacunas a escala global”, concluyen.