El pasado viernes, 5 de mayo, la Organización Mundial de la Salud (OMS), declaró el fin de la emergencia sanitaria global por la Covid-19. Esto ocurre exactamente 1.221 días después de que la OMS supiera de la enfermedad en Wuhan (China), que era considerada como una neumonía de causa desconocida. En este contexto, el 30 de enero de 2020, el organismo sanitario de las Naciones Unidas declaró una emergencia de salud pública de interés internacional por el brote de Covid-19, siendo el nivel más alto de alarma en lo que respecta al derecho internacional.
En estos tres años, los sistemas de salud se han visto afectados, y millones de personas se han quedado sin servicios de salud esenciales. Más allá de la crisis sanitaria, la Covid-19 ha causado "graves trastornos económicos, interrumpiendo los viajes y el comercio, cerrando negocios y hundiendo a millones de personas en la pobreza", ha declarado el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
En la rueda de prensa, Tedros también recordaba que el virus ha motivado "una grave agitación social, con fronteras cerradas, desplazamientos restringidos, escuelas cerradas y millones de personas experimentando soledad, aislamiento, ansiedad y depresión".
La emergencia ha culminado con un total de 7 millones de muertos, en cifras oficiales. Sin embargo, la OMS estima que la cifra real podría situarse en torno a los 20 millones. Las carencias en los sistemas de datos y de notificaciones de los países más vulnerables son algunos de los motivos esgrimidos por el organismo a la hora de explicar este desfase de cifras.
La emergencia ha culminado con un total de 7 millones de muertos, en cifras oficiales, pero la OMS estima que la cifra real podría situarse en torno a los 20 millones
Precisamente, las diferencias entre los países ricos y aquellos de bajos recursos han marcado el rumbo de la pandemia. Esta palabra proviene del griego 'pan-demos': 'demos' significa 'pueblo', y 'pan', 'todo'; por tanto, pandemia, significa todo el pueblo. El virus ha afectado a toda la humanidad, como indica su etimología; sin embargo, no toda la humanidad ha tenido los mismos recursos para hacerle frente.
Por ello, en abril de 2020, la OMS puso en marcha la asociación ACT-Accelerator para asegurar el despliegue de pruebas y tratamientos en todos los países. Dentro del ACT-Accelerator se encuentra el Mecanismo de Acceso Mundial a las Vacunas Covid-19 (Mecanismo COVAX), que se encarga de garantizar "un acceso rápido, justo y equitativo a las vacunas contra la Covid-19 en todos los países del mundo", según la OMS.
Precisamente, durante el proceso de vacunación, que comenzó a finales de 2020 y que fue el más masivo de la historia de la humanidad, afloraron de nuevo las desigualdades globales.
La OMS recomendó a los países vacunar al menos al 70 por ciento de su población, dando prioridad a la vacunación de los trabajadores sanitarios y de los grupos más vulnerables, incluidas las personas mayores de 60 años y las inmunodeprimidas o con enfermedades subyacentes.
Sin embargo, esto solo se cumplió en los países occidentales. Si bien América del Norte y Europa ya habían comenzado a vacunarse a finales de 2020, a mediados de julio de 2021, los países de bajos ingresos aún no habían vacunado ni siquiera a su personal sanitario. Era el caso, sobre todo, de la mayoría de los países africanos y algunos de América Latina.
De hecho, en agosto, los países de altos ingresos ya se estaban administrando 100 dosis por cada 100 personas. Mientras tanto, los países de bajos ingresos estaban inoculando 1,5 dosis por cada 100 personas debido a la carencia de vacunas. Por eso, la OMS instó a los países ricos a donar dosis a través del mecanismo COVAX.
En aquel momento, la OMS también hizo un llamamiento a los países de altos ingresos para pedir retrasar la inoculación de las dosis de refuerzo, de las que ya empezaba a hablarse para completar la inmunización de mayores y personas inmunocomprometidas, hasta finales de septiembre.
El propósito era llegar a finales de dicho mes con el 10 por ciento de la población mundial vacunada y, en diciembre, que todos los países hubieran vacunado al 40 por ciento de su población. Sin embargo, no se consiguió en tal fecha.
Precisamente a finales de ese año, el 26 de noviembre de 2021, la OMS declaró Ómicron como nueva variante de interés, ya que había indicios de que era mucho más contagiosa que las anteriores. En el plazo de 4 semanas, a medida que la ola de Ómicron recorría el mundo, sustituía a Delta como variante dominante.
Los países que hasta entonces habían logrado mantener a raya la Covid-19 mediante medidas sociales y de salud pública se encontraron ahora con dificultades. "En el caso de los individuos, el mayor precio lo pagaron quienes corrían el riesgo de contraer una enfermedad grave pero no estaban vacunados, y vimos cómo aumentaban las hospitalizaciones y las muertes en varios lugares del mundo", comentaron desde la OMS a finales de 2022, cuando se cumplía un año de la llegada de Ómicron.
Tedros: "Durante más de un año, la pandemia ha tenido una tendencia a la baja, lo que ha permitido que la mayoría de los países vuelvan a la vida como la conocíamos antes del Covid-19"
Aunque esta variante fue menos grave en comparación con Delta, todavía hubo un número significativo de muertes. Así las cosas, en marzo de 2022, la OMS y sus socios estimaron que casi el 90 por ciento de la población mundial tenía anticuerpos contra la Covid-19, ya sea por vacunación o por infección.
Así las cosas, por la estrategia de vacunaciónmasiva y por la inmunidad adquirida por haber contraído el propio virus, se ha llegado a la situación actual, en la que la incidencia de la enfermedad ha descendido y se ha producido un descenso en el número de muertes y hospitalizaciones.
"Durante más de un año, la pandemia ha tenido una tendencia a la baja, con un aumento de la inmunidad de la población a partir de la vacunación y la infección, una disminución de la mortalidad y una disminución de la presión sobre los sistemas de salud. Esta tendencia ha permitido que la mayoría de los países vuelvan a la vida como la conocíamos antes del Covid-19", ha reconocido Tedros este viernes en rueda de prensa.