“Algunos países han adoptado un enfoque fragmentado. Estas naciones se enfrentan a un camino largo y difícil”, ha señalado en su última comparecencia pública el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Gebreyesus. Unas palabras dirigidas, aunque sin señalar a ningún país, a aquellos que han subestimado la capacidad de transmisión del virus y su letalidad y no han puesto en marcha todas las medidas necesarias para combatirlo.
El director general de la OMS ha señalado que los rebrotes son inevitables al comenzar a levantar las restricciones impuestas a la movilidad y las cuarentenas. “Los países que cuentan con un enfoque integral deberían poder contener los brotes a nivel local y evitar así la vuelta a las restricciones generalizadas”.
“Los países que cuentan con un enfoque integral deberían poder contener los brotes a nivel local y evitar así la vuelta a las restricciones generalizadas”
En este contexto, el director ejecutivo del Programa de Emergencias de la OMS, Mike Ryan, informaba de que el organismo perteneciente a la ONU estaba planteándose el envío de dos expertos para colaborar con un equipo radicado en China para investigar los orígenes del coronavirus.
China ha asegurado en todo momento que su gestión ante la pandemia, cuyo origen se sitúa en la ciudad china de Wuhan, ha sido totalmente transparente. Una respuesta puesta en duda desde hace meses por países como Estados Unidos que considera que las autoridades del país asiático no solo respondieron de forma tardía al virus, sino que, además, ocultan información y han acusado a Pekín de crear el SARS-CoV-2 en un laboratorio de Wuhan.
Tras la compra masiva realizada por Estados Unidos de remdesivir, Ryan explicaba que la OMS estaba trabajando para verificar los informes relativos a esta compra y asegurarse de que todo el mundo tuviese acceso a los medicamentos y recursos necesarios que permitan salvar vidas.