La variante Ómicron (B.1.1.529, detectada originalmente en Sudáfrica) y sus linajes son actualmente los dominantes en España y en la mayoría de los países, de acuerdo con el último informe del Ministerio de Sanidad. Esta comprende cinco linajes (BA.1, BA.2, BA.3, BA.4 y BA.5) y los sublinajes derivados de estos.
La secuenciación genómica del virus se ha erigido como un aliado fundamental desde el inicio de la pandemia provocada por el SARS-CoV-2 a la hora de conocer la evolución del coronavirus. Ahora, en un escenario epidemiológico en el que la práctica totalidad de las medidas destinadas a su control han sido eliminadas, la secuenciación se posiciona como primordial con el objetivo de adelantar las estrategias de salud pública al surgimiento de nuevas variantes.
En este sentido y retomando el referido informe de Sanidad, se han identificado una serie de sublinajes que están ganando relevancia a nivel internacional como consecuencia de su mayor potencial de escape inmunitario, tal y como demuestra el aumento que se está reportando en algunas regiones. Hablamos de BA.2.75 (que se detecta de forma mayoritaria en la India) y BA.2.75.2, BA.4.6 y BF.7, con tendencia ascendente en varios países. Hasta el momento, esos linajes solo se han detectado de manera puntual en nuestro país.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) han estimado que casi el 13% del escenario epidemiológico en el país está copado ya por BA.4.6. Los últimos informes muestran un paulatino incremento a lo largo de las últimas semanas, representando hasta el 22% de los casos en los estados de Iowa, Kansas, Missouri y Nebraska.
En la semana que finalizó el pasado 1 de octubre BA.4.6 representó el 12,8% del total de casos de Covid-19 registrados en Estados Unidos, en comparación con el 11,9% comunicado en la semana que finalizó el 24 de septiembre, tal y como informan desde Reuters. Se ha estimado que los linajes BA.5 y BA.4 de Ómicron constituyen entre el 81,3 y el 1,1%, respectivamente, de las variantes que circulan en el país.
BA.2.75.2 se está expandiendo velozmente en países como India, Singapur y algunas partes de Europa
“No es sorprendente que estemos viendo cambios que, una vez más, ayudan al virus a evadir las respuestas inmunitarias”, explica en la revista Science la epidemióloga molecular, Emma Hodcroft de la Universidad de Berna. La experta explica que el SARS-CoV-2 “se enfrenta al mismo desafío que el resfriado común y la influenza afrontan cada año: cómo regresar”.
El análisis publicado en la citada cabecera científica alerta de que BA.2.75.2 se está expandiendo velozmente en países como India, Singapur y algunas partes de Europa. También preocupan otras cepas con potencial escape inmunitario que han evolucionado a partir del linaje de Ómicron BA.5, como BQ.1.1.
Los científicos señalan que, a pesar de los diferentes orígenes de estas cepas, han hallado una combinación similar de mutaciones que ayudan al virus a burlar la inmunidad mediada tanto por las vacunas como por la infección natural. Todas presentan cambios en media docena de puntos clave en el genoma viral que influyen en cómo el coronavirus evade la inmunidad. Por ejemplo, investigadores en China y Suecia han descubierto que la proteína de pico presente en BA.2.75.2 (la que utiliza para infectar las células del huésped) puede evadir de forma efectiva casi todos los anticuerpos monoclonales que hasta la fecha se están empleando para tratar a pacientes con Covid-19.
Otro estudio, esta vez realizado por el Instituto Karolinska en Suecia revela que BA.2.75.2, en comparación con BA.5, cuenta con una mayor capacidad para evadir la protección generada tanto por las infecciones naturales como la mediada por las vacunas. Unos resultados similares se han reportado en una reciente investigación realizada por la Universidad de Pekín (China).
“La elección de utilizar BA.5 en los refuerzos de las vacunas todavía parece ser buena. Los refuerzos siempre estarán un paso por detrás, pero la buena noticia es que el refuerzo BA.5 estará uno o dos pasos por detrás de la evolución del virus, en lugar de cinco pasos por detrás”, especifica en Science el biólogo evolutivo Jesse Bloom, del Fred Hutchinson Cancer Center.