Desde la aparición de los primeros casos de Covid-19 a finales de diciembre de 2019 en la ciudad china de Wuhan, el SARS-CoV-2 no ha dejado de evolucionar, como demuestran las distintas variantes de interés y preocupación que han ido sucediéndose a través de las distintas olas de la pandemia. La última actualización sobre la situación de las variantes del coronavirus en España, realizada por el Ministerio de Sanidad, informa de la dominancia de la variante Ómicron (B.1.1.29, detectada originalmente en Sudáfrica), con el linaje BA.5 y sus derivados a la cabeza (presentes en el 83,7% de las muestras secuenciadas). Además de por BA.5, Ómicron comprende los linajes BA.1, BA.2, BA.3 y BA.4, así como los derivados de estos,
Este informe desvela además la detección de una serie de linajes con mutaciones que podrían estar relacionados con un mayor escape inmune. Estos comparten una o varias mutaciones lo que indicaría que son el resultado de la presión selectiva a la que los elevados índices de inmunidad registrados entre las poblaciones someten al virus. Entre estos, los que se han detectado en niveles más significativos son BF.7 y BA.4.6, detectados ya en el 10,2 y 4,1% de las muestras secuenciadas, respectivamente.
En base a lo expuesto, ponemos ahora el foco en un reciente estudio cuyos resultados han sido publicados por New England Journal of Medicine. Un trabajo que parte de la rápida expansión que se está registrando en algunos países como Estados Unidos de BA.4.6 (sublinaje de BA.4) que cuenta con dos mutaciones adicionales en su proteína de espiga (R346T y N658S). El objetivo de la investigación es el de determinar el nivel de protección frente a estos linajes de Ómicron que actualmente se encuentran en expansión.
“Nuestros datos muestran que la subvariante de Ómicron BA.4.6 escapó notablemente a los anticuerpos neutralizantes inducidos por infección o vacunación, con valores que fueron más bajos que los títulos frente a BA.5, lo que sugiere una evolución continúa del SARS-CoV-2”
Para ello los responsables de la investigación han evaluado los títulos de anticuerpos neutralizantes contra cinco linajes de Ómicron: BA.1, BA.2, BA.4, BA.5 y BA.4.6, en 19 pacientes que habían cursado la infección por SARS-CoV-2 por los linajes BA.1 y BA.2, y en 16 participantes vacunados (pauta completa con dosis de refuerzo) con el suero desarrollado por Moderna (Spikevax). En la cohorte de los sujetos con infección previa todos se habían vacunado contra la Covid-19 salvo uno y las muestras para el análisis se obtuvieron transcurridos 21 días desde el diagnóstico.
“La media de los títulos de anticuerpos neutralizantes contra BA.4.6 fue más baja que la media de títulos contra BA.1, BA.2 y BA.4/BA.5”, exponen las conclusiones del estudio.
En la cohorte de vacunados, se excluyó a los participantes si tenían antecedentes conocidos de infección por SARS-CoV-2 o si habían recibido medicamentos inmunosupresores u otras vacunas contra el SARS-CoV-2. La media de títulos de anticuerpos neutralizantes contra BA.4.6 la más baja.
“Nuestros datos muestran que la subvariante de Ómicron BA.4.6 escapó notablemente a los anticuerpos neutralizantes inducidos por infección o vacunación, con valores que fueron más bajos que los títulos frente a BA.5, lo que sugiere una evolución continúa del SARS-CoV-2”, declaran los autores del estudio.
“Estos hallazgos brindan un contexto inmunológico para la creciente prevalencia de BA.4.6 en poblaciones en las que BA.5 es actualmente dominante. Además, la mutación R346T también se había observado recientemente en otras subvariantes de Ómicron, incluidas BA.2.75 y BA.5, lo que sugiere la relevancia biológica de esta mutación. Queda por determinar el efecto potencial de la subvariante BA.4.6 en los refuerzos de las vacunas que contienen inmunógenos o en la infección por BA.5”, concluyen.