El patio de la Armería, en el Palacio Real de Madrid, ha acogido este jueves el homenaje de Estado a las víctimas del Covid-19. Además del que ha protagonizado el rey Felipe VI, han tenido un especial protagonismo los discursos tanto de un representante de las víctimas como de los profesionales sanitarios. Éstos últimos han contado con la voz de Aroa López, enfermera del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona.
Durante su intervención, ha subrayado que participar en dicho acto supone “un privilegio triste”, expresando que “ojalá nada de esto hubiera ocurrido”. A pesar de ello, ha reconocido sentir “orgullo” por representar tanto a los profesionales sanitarios que han ejercido durante la pandemia como a quienes se les llamó “trabajadores de primera línea”, hombres y mujeres que “cuidaban con su trabajo a los millones de españoles confinados”.
"Nos hemos sentido impotentes, con una sensación brutal de incertidumbre y la presión de tener que aprender y decidir sobre la marcha"
Esta sanitaria ha reconocido además que a pesar de que ha vivido experiencias “muy difíciles”, ésta en particular “nos marcará para siempre”. “Ha sido muy duro, nos hemos sentido impotentes, con una sensación brutal de incertidumbre y la presión de tener que aprender y decidir sobre la marcha. Hemos dado todo lo que teníamos. hemos trabajado al límite de nuestras fuerzas. Y hemos vuelto a entender, quizás mejor que nunca, por qué elegimos esta profesión, cuidar y salvar vidas, aunque muchos compañeros tuvieron que dar su vida para ellos”, ha expresado.
En la misma línea, López ha expuesto algunas de las situaciones vividas durante su labor: “Hemos cubierto las necesidades básicas y emocionales. hemos sido mensajeros del último adiós para personas mayores que morían solas, escuchando la voz de sus hijos a través del teléfono. Y nos hemos tenido que tragar las lágrimas cuando alguien nos decía: no me dejes morir solo. Hemos vivido situaciones que te dañan el alma, porque quien había detrás de los EPIs no eran héroes, éramos personas que se alejaban de nuestras familias para evitar un posible contagio”.
Asimismo, ha incidido en estas experiencias, porque algunas de ellas les marcarán para siempre: “Hemos sido personas que salíamos del hospital cargadas de todas estas emociones y que regresábamos a nuestro trabajo desde la soledad y el agotamiento un día más, dispuestas a transmitir fuerzas y ánimos a los enfermos más allá de nuestros propios miedos. Fuerzas a través de los ojos, de las miradas, porque eran la única parte del cuerpo que nos quedaba visible. Miradas que algunos llevamos tatuadas en la piel”.
“HAY QUE RESPETAR LAS RECOMENDACIONES SANITARIAS”
Pese a que Aroa López ha agradecido “de corazón” a la ciudadanía por los aplausos diarios, también ha querido pedir “que no se olviden de aquello, respetando ahora las recomendaciones sanitarias”. Por ello, ha instado al conjunto de la sociedad a “que piensen en los que fallecieron y también en los profesionales sanitarios que dejaron sus vidas en la lucha. Por favor, que su esfuerzo nunca sea en vano”, ha resaltado.
Asimismo, esta enfermera ha dejado un mensaje final a los poderes públicos, a quienes les ha pedido “que defiendan la sanidad de todos”. A ellos, les ha reclamado “que recuerden que no hay mejor homenaje a quienes nos dejaron que velar por nuestra salud y garantizar la dignidad de nuestras profesiones”. Finalmente, ha animado a los asistentes a responde a una pregunta: “¿Quién cuidará de nosotros si la persona que nos cuida no puede hacerlo? Por favor, no olvidemos nunca la lección aprendida”, ha concluido.