La sexta ola ha supuesto un cambio en la virulencia de la Covid-19. La variante Ómicron, ya instalada completamente en nuestro país, se ha caracterizado por una alta transmisibilidad pero síntomas generalmente leves o moderados, principalmente en los vacunados. Ante esta situación, diferentes gobiernos han apostado por ir paulatinamente ‘gripalizando’ la Covid-19, es decir, ir tratando la enfermedad que ha protagonizado estos dos años de pandemia como la gripe.
Tal y como anunció el Gobierno de España hace dos semanas, la intención es poner fin a la monitorización de cada caso de Covid-19 y no realizar pruebas ante la aparición del menor síntoma. Una monitorización como la que se realiza con la gripe y el resto de enfermedades respiratorias, es decir, abandonar de forma paulatina la vigilancia universal de la Covid de estos dos últimos años. Gran Bretaña o Francia son otros de los países que han apostado por tratar al SARS-CoV-2 como al influenza, el virus causante de la gripe, y levantar las restricciones. Por ejemplo, en Reino Unido ya no se guardará cuarentena ni se llevará mascarillas en interiores.
Es cierto que pese al gran nivel de contagios durante la sexta ola, con incidencias acumuladas en España que a 14 días han superado los 3.000 casos por 100.000 habitantes durante varias semanas, la presión en hospitales y UCIs ha sido menor. Gracias a las vacunas los casos de enfermedad grave han disminuido drásticamente. Sin embargo, no son unas cifras con las que relajarnos. Ni merecen ser olvidadas los fallecidos durante esta sexta ola.
En poco más de un mes ha fallecido un tercio de las personas que se calculan que morirían en cuatro meses y medio
Según un estudio del Instituto de Evaluación y Métricas de Salud de la Universidad de Washington, para esta ola protagonizada por Ómicron se prevén en España 9.000 muertos por Covid entre el 13 de diciembre y el 1 de abril. Por el momento, hasta este martes 25 de enero, han fallecido 3.325, según recogen los datos del Ministerio de Sanidad. Lo que significa que en poco más de un mes ha fallecido un tercio de las personas que se calculan que morirían en cuatro meses y medio.
LOS FALLECIDOS REPUNTAN DURANTE ESTAS SEMANAS
La Covid-19 sigue matando, de hecho en las últimas semanas cada día han muerto más de 100 personas, habiendo días en los que se han superado los 200 fallecidos. Si tomamos los datos del estudio de la Universidad de Washington, calculaba que el pico de máximo de mortalidad se alanzaría los primeros días de febrero, con 141 decesos diarios.
Estas no son cifras de una gripe, como ya se han demostrado durante estos dos años de pandemia. Y aunque son mejores que el principio de la Covid-19 todavía están lejos de la gripe. Según datos del Sistema de Vigilancia de la Gripe en España recogidos en Stadista, en la temporada de gripe, que va desde los primeros casos en los meses de noviembre hasta el pico en enero y febrero, los peores datos de muertes anuales desde 2006 han sido: en 2017, cuando hubo un repunte de gripe con respecto al resto de años, murieron 1.175 personas; en 2018, unos 1.852 muertos, y en 2019, 1.459.
Tras las reuniones de Navidad, los fallecimientos aumentaron a más de 200 casos casi todos los días de la semana del 10 de enero
Y si atendemos al estudio citado, todavía tendremos una semana más de centenares de muertes, que no olvidemos, son abuelos, abuelas, padres, madres, hijos, sobrinos, nietos. Son familiares y amigos que antes de la Covid podrían tener algún problema o no, y que el coronavirus se les ha llevado.
Desde finales de diciembre, cuando el aumento de casos se tradujo en una mayor presión hospitalaria y de UCIs y más fallecimientos, pasaron de notificarse unos 70 muertos en cada actualización del ministerio a más de 100. El 3 de enero, con el comienzo del año se notificaron 168 muertes. Tras las reuniones de Navidad, los fallecimientos aumentaron a más de 200 casos casi todos los días de la semana del 10 de enero, y niguno de los días que no alcanzaron las dos centenares estuvieron por debajo de 110 fallecimientos diarios.
Estas cifras son tres y hasta cuatro veces más que las de octubre y noviembre, momento antes de la sexta ola, cuando diariamente morían entre 70 y 40 personas por Covid. Un aumento que se ha debido al crecimiento de casos y las complicaciones en no vacunados y personas con patologías previas. En las últimas semanas, con el descenso paulatino de los fallecimientos, aunque ayer lunes después del fin de semana se notificaron 253 fallecidos, se está viendo que muchas personas mueren con Covid y no por Covid, lo que, sin embargo, no ha de despistarnos. Como hemos recordado, los registros de exceso de muerte por Covid son especialmente patentes desde el aumento de contagios por Ómicron, y suponen 30 veces más muertes que la gripe en menos tiempo.