“Si algo ha puesto de manifiesto esta pandemia es que estamos faltos de nuevas medicinas para superar ésta y otras muchas enfermedades, por lo que la investigación farmacológica no es una opción sino una necesidad básica”. “Cuando crees que has encontrado un nuevo tratamiento o terapia aparecen otras nuevas enfermedades y tienes que reiniciar el proceso”. “El objetivo único es mejorar la vida de personas a las que no conocemos, pero que están ahí”.
Son algunas de las reflexiones que hacen científicos de las compañías farmacéuticas en España cuando se les pregunta qué les mueve e inspira en su trabajo diario, que contribuye a lograr nuevos tratamientos que curen o controlen las enfermedades y aporten mayor calidad de vida a las personas.
El medicamento es el gran instrumento terapéutico de los sistemas sanitarios desarrollados por ser el arma más efectiva para combatir, paliar y curar enfermedades. Su uso está directamente relacionado con el aumento de la esperanza de vida: el 73% de este incremento en los países desarrollados se debe directamente a los nuevos medicamentos. Sin embargo, la investigación de un fármaco y su llegada un día al paciente es un proceso largo, complejo y costoso.
La industria farmacéutica innovadora es la responsable de la gran mayoría de los medicamentos disponibles, y esto es posible gracias al importante esfuerzo en inversión económica y recursos humanos que realiza este sector
La industria farmacéutica innovadora es la responsable de la gran mayoría de los medicamentos disponibles, y esto es posible gracias al importante esfuerzo en inversión económica y recursos humanos que realiza este sector. Sin ir más lejos, la inversión en investigación y desarrollo de medicamentos de la industria farmacéutica en España alcanzó en 2019 los 1.211 millones de euros, lo que supone un nuevo récord histórico del sector y la confirmación de la tendencia creciente de esta partida en los últimos años.
Del mismo modo, el empleo directo de las compañías asociadas a Farmaindustria en tareas de investigación y desarrollo creció en 2019 un 4,2% y alcanzó las 5.006 personas, lo que supone también un nuevo máximo histórico. A esto se suma la elevada cualificación del personal investigador de la industria farmacéutica, que sigue siendo uno de sus principales rasgos diferenciales: el 88% de esos cinco mil investigadores son titulados superiores universitarios (licenciados, grados y doctores).
Pero en el avance de los nuevos tratamientos no sólo importan las cifras. ¿Quiénes lo hacen posible y qué les mueve? ¿Quiénes bombean el corazón de la investigación de los nuevos fármacos?
EN PRIMERA PERSONA
Para responder a estas preguntas, Farmaindustria promueve en redes sociales la iniciativa #InnovamosParaTi. En ella, la sociedad en general podrá conocer, por boca de algunos de sus protagonistas y a través de pequeños vídeos, qué significa trabajar en el proceso investigador de los medicamentos del futuro, por qué decidieron dedicar sus carreras a este campo o cómo viven cada día su experiencia.
Así, Carla Mateo, del Departamento de Investigación Clínica de Menarini, cuenta que para ella la esencia de la investigación se resume en esta frase: “Cuando crees que tienes todas las respuestas llega el universo y te cambia todas las preguntas. Y eso es lo que pasa con las enfermedades: cuando crees que has encontrado un nuevo tratamiento o terapia aparecen otras nuevas enfermedades y tienes que reiniciar el proceso”.
Javier Mendiola, investigador del Centro de I+D de Lilly, destaca de su trabajo el “aprendizaje continuo que tiene como fruto tomar conciencia de que algo increíble va a ser conocido”. Esta misma pasión sigue estando, tras 20 años de experiencia, en Montserrat Farnós, experta en desarrollo de Bayer, pues “cada pequeño logro o nuevo conocimiento sirve para inyectarme una nueva dosis de energía”.
"Estamos faltos de nuevas medicinas para superar ésta y otras muchas enfermedades, por lo que la investigación farmacológica no es una opción sino una necesidad básica"
José Casatorres, científico investigador de Mejora de Procesos en la planta biotecnológica de Merck, subraya la importancia de mantenerse “continuamente actualizados en los avances de la ciencia, pero a la vez conocer y manejar las nuevas tecnologías derivadas de estos avances”.
En el caso de Eva María López Román, científica del centro de investigación en patologías emergentes de GSK, lo más importante es que su trabajo “contribuye a que cada día estemos más cerca de conseguir una nueva medicina que salvará vidas”. Si algo ha puesto de manifiesto esta pandemia, añade, “es que estamos faltos de nuevas medicinas para superar ésta y otras muchas enfermedades, por lo que la investigación farmacológica no es una opción sino una necesidad básica”.
Conseguir “un futuro mejor” es lo que impulsa el trabajo diario de Francisco Fernández Campos, responsable de Desarrollo Galénico de Productos Tópicos y Orales de Reig Jofre, al igual que en el caso de Carmen Montoto, directora médica, de Calidad y de Regulatorio de Takeda: “Lo que hacemos tiene el objetivo único de mejorar la vida de personas a las que no conocemos, pero que están ahí, y sus médicos están ansiosos por que les facilitemos herramientas que les ayuden a hacer mejor su trabajo”.