El coronavirus no ha desaparecido. Este es uno de los mensajes que reiteran de forma constante desde el Gobierno ante las últimas horas de vigencia del Estado de Alarma (domingo 21, 00:00 horas). Motivo por el que serán ahora las comunidades autónomas las responsables de gestionar cada uno de sus territorios con el temor que despierta el levantamiento a las restricciones de movilidad en el conjunto del territorio nacional y la reapertura de las fronteras.
Las comunidades autónomas podrán establecer algunas medidas como el control del aforo en espacios, pero no limitar la movilidad ya que esto únicamente lo permite el Estado de Alarma. Pero, ante el riesgo de rebrotes, el Gobierno se encuentra trabajando en una serie de alternativas que permitiesen distintos grados de confinamiento ante tales eventualidades.
El Ejecutivo central se encuentra estudiando la posibilidad del desarrollo de distintos grados de confinamiento aplicables a los territorios en los que aparezcan rebrotes
En la reunión celebrada el pasado lunes por el Comité Técnico para la desescalada se abordó dicha cuestión y, según informan desde El Confidencial, el Ejecutivo central contempla en sus planes todos los posibles escenarios que se pueden prever en la “nueva normalidad”.
Una de las principales cuestiones sobre las que pone el foco el texto que está elaborando el Ministerio de Sanidad es la respuesta ante posibles brotes simultáneos en varias comunidades autónomas. Una tarea complicada sin la vigencia del Estado de Alarma puesto que las competencias se encuentran ahora en manos de cada uno de los territorios.
Cabe señalar que, aunque el Decreto Ley que rige la “nueva normalidad” potencia la coordinación entre Sanidad y las comunidades autónomas, el Ministerio no cuenta con capacidades extraordinarias como las conferidas por el Estado de Alarma. Motivo por el que el Ejecutivo central se encuentra estudiando la posibilidad del desarrollo de distintos grados de confinamiento aplicables a los territorios en los que aparezcan rebrotes, pero habrá que esperar para conocer las fórmulas jurídicas y legales a través de las que se materializan estas intenciones.