El pasado 7 de marzo la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) pedían la suspensión de la venta de mamíferos salvajes vivos en los mercados de alimentos. A través de un llamamiento público solicitan esta “medida de emergencia” con el objetivo de reducir el riesgo de transmisión del SARS-CoV-2 entre los seres humanos y la fauna silvestre, así como reducir el riesgo de aparición de nuevas variantes.
"Al entrar en el tercer año de la pandemia, el SARS-CoV-2, el virus que causa la Covid-19, se está propagando entre las personas a un nivel intenso en todo el mundo. Hay muchos factores que están impulsando la transmisión. Uno de ellos es la aparición de variantes altamente transmisibles que son motivo de preocupación, la última de las cuales es Ómicron. El virus sigue evolucionando y el riesgo de aparición de variantes en el futuro es alto", advertían.
La detección de los primeros casos de Covid-19 a finales de diciembre de 2019 se asoció con el mercado de mariscos de Huanan, ubicado en la ciudad china de Wuhan. Investigaciones posteriores descartan este espacio como origen del SARS-CoV-2 y lo califican como un amplificador del virus dadas las condiciones del mercado. Aunque la pandemia ha estado impulsada por la transmisión de persona a persona, se sabe que el virus también infecta a especies animales. Según los últimos estudios científicos, la fauna salvaje no desempeña un papel importante en la propagación del SARS-CoV-2 en el ser humano, pero la propagación en las poblaciones animales "puede afectar a la salud de estas poblaciones y puede facilitar la aparición de nuevas variantes del virus", advierten los organismos de Naciones Unidas. En base a lo expuesto, ponemos el foco en los conocidos como “mercados húmedos”.
Estos reciben su nombre debido a la sangre, vísceras, agua y restos de animales que son sacrificados en estos mercados. Una amenaza para la salud pública que han sido fuente de brotes de numerosas enfermedades documentadas en el pasado como el síndrome respiratorio agudo severo (SARS). Hecho que refuerza las hipótesis de este posible origen del SARS-CoV-2.
"Si coges animales salvajes y los pones en un mercado con animales domésticos u otros animales, donde hay una oportunidad para que un virus salte especies, estás creando una superautopista para que los virus pasen de lo salvaje a las personas"
Igualdad Animal ha puesto en marcha una campaña global para pedir a Naciones Unidas el cierre de estos mercados húmedos no solo por ser origen de crisis de salud pública, sino también por las condiciones en las que viven los animales que albergan y el sufrimiento que se les inflige. “Estos merados no solo son extremadamente crueles para los animales, sino que son el caldo de cultivo para futuras pandemias”, denuncian desde Igualdad Animal. Para conocer más en profundidad la situación de estos espacios, en ConSalud.es hemos entrevistado a Javier Moreno, director de Comunicación de Igualdad Animal.
¿Por qué los mercados húmedos suponen un riesgo para la salud pública?
Los animales exóticos y los criados tradicionalmente se mezclan en jaulas estrechas y recintos insalubres, creando el perfecto caldo de cultivo para enfermedades zoonóticas como la Covid-19.
Esto es algo que ha sido alertado por la comunidad científica. Como dice el doctor Ian Lipkin, experto en enfermedades infecciosas, si coges animales salvajes y los pones en un mercado con animales domésticos u otros animales, donde hay una oportunidad para que un virus salte especies, estás creando una superautopista para que los virus pasen de lo salvaje a las personas.
Estos mercados son un caldo de cultivo para este tipo de enfermedades y como indica el profesor Andrew Cunningham, subdirector de ciencias de la Sociedad Zoológica de Londres (ZSL), pueden ser "bombas de tiempo" para las epidemias.
¿Cuáles son los países o regiones en los que más abundan este tipo de “mercados húmedos”?
Son comunes en Asia y África. En Igualdad Animal hemos grabado mercados de China e India.
Tres de cada cuatro enfermedades infecciosas nuevas o emergentes que afectan a las personas provienen de los animales. La zoonosis se erige como uno de los grandes riesgos para la salud pública y, a pesar de esto, la salud y bienestar de los animales continúa siendo una de las grandes olvidadas de las políticas de los gobiernos. Desde Igualdad Animal solicitáis el cierre de estos “mercados húmedos a la ONU. ¿En qué punto se encuentra esta petición? ¿Qué solicitáis concretamente? ¿Es una meta alcanzable?
En Igualdad Animal pusimos en marcha en abril de 2020 una campaña global, instando a la ONU para que se posicionara y pidiera el fin de estos mercados por la amenaza de salud pública mundial que suponen.
"Más allá de una regulación, tenemos que reflexionar sobre la existencia de estos mercados de animales vivos y del riesgo que suponen"
Hemos conseguido más de 500.000 firmas que entregamos a Naciones Unidas y hemos conseguido visibilizar esta problemática en todo el mundo, llegando a millones de personas a través de los medios de comunicación.
Es una meta compleja ya que depende de los distintos Gobiernos y los conflictos de interés ante el mantenimiento de estos mercados y su integración en las distintas culturas. Pero desde luego es crucial que se siga presionando y demandando acción institucional. Si no damos la importancia que merece a esta problemática, estamos expuestos a nuevas epidemias de consecuencias devastadoras.
El origen del SARS-CoV-2 se ha vinculado con espacios de este tipo, apuntando al mercado de Huanan en Wuhan (China), como posible epicentro. En los inicios de la pandemia la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya puso el foco en ellos. ¿Se ha avanzado algo en estos más de dos años?
Se han cerrado provisionalmente mercados de animales silvestres, pero con el paso del tiempo volvieron a abrir. Es claro que no hay un control sobre ello y que los riesgos siguen ahí.
Recientemente la OMS pedía a los países, junto con la OIE y la FAO, suspender la venta de mamíferos salvajes vivos en los mercados de alimentos como medida de emergencia, con el objetivo de reducir el riesgo de transmisión de variantes del SARS-CoV-2 entre los seres humanos y la fauna silvestre. De continuar existiendo estos mercados, ¿se corre el riesgo de favorecer la aparición de reservorios animales para el virus?
Efectivamente, la misma existencia de estos mercados es un peligro en sí mismo para la aparición de pandemias.
Más allá de una regulación, tenemos que reflexionar sobre la existencia de estos mercados de animales vivos y del riesgo que suponen.