El avance de las estrategias nacionales de vacunación contra la Covid-19 nos sitúa ante un horizonte estival más prometedor que el vivido el año pasado. La inmunización de los colectivos más vulnerables y el paulatino descenso de la incidencia del virus se traduce en una progresiva relajación de algunas de las medidas preventivas que nos han acompañado en los últimos meses. Pero el ritmo de vacunación debe incrementarse en todo el mundo.
Al peligro que supone la circulación de las nuevas variantes del SARS-CoV-2, se suman las conclusiones de un nuevo estudio publicado por JAMA Network Open. Este revela que casi tres cuartas partes de los pacientes que han cursado la Covid-19 de forma moderada o gravedesarrolla al menos un síntoma a largo plazo.
Un grupo de investigadores de la Universidad de Stanford ha realizado una revisión de 45 estudios que aglutinan una muestra de 9.751 pacientes. Han hallado que el 73% de estos presentaba al menos un síntoma asociado a la Covid-19 en los 60 días posteriores al diagnóstico, el inicio de los síntomas o el ingreso hospitalario. Un resultado consistente incluso en los estudios que realizaron un seguimiento en pacientes de hasta seis meses.
A través de esta revisión los investigadores han identificado además que el 40% de los pacientes estudiados experimentaron fatiga, mientras que el 36% manifestaba dificultad a la hora de respirar. Un 25% reportó problemas para concentrarse
A través de esta revisión los investigadores han identificado además que el 40% de los pacientes estudiados experimentaron fatiga, mientras que el 36% manifestaba dificultad a la hora de respirar. Un 25% reportó problemas para concentrarse.
Los responsables del trabajo que ocupa estas líneas recalcan que su objetivo ante el alto porcentaje hallado no busca generar alarma. Recuerdan que se trata de pacientes hospitalizados por lo que no pueden garantizar que sus conclusiones sean extrapolables a la población general o a aquellos que han cursado la Covid-19 de forma leve o asintomática.
El objetivo que se persigue con este estudio es dejar claro que la Covid-19 no es un problema que se acabe una vez se ha superado la enfermedad. La evidencia científica sugiere a través de cada vez un mayor número de estudios que los casos de Covid prolongado son más habituales de lo que pensamos. En muchos casos, generan problemas que condicionan durante meses la vida de los pacientes generando incluso nuevas complicaciones médicas que deben recibir atención por unos sistemas sanitarios que todavía no han logrado recuperar la normalidad asistencial.
En este sentido juegan un papel esencial las vacunas ya que son herramientas eficaces a la hora de prevenir la enfermedad grave y evitar futuras complicaciones derivadas.