La epidemia de coronavirus se extiende ya a más de 40 países, superando los 80.000 afectados y dejando casi 3.000 muertos. Corea del Sur, Japón, Irán e Italia se llevan la peor parte fuera de las fronteras de China, donde el pasado mes de diciembre se originó el brote, en la región central de Wuhan. El SARSCoV2, como se conoce a este tipo de virus, ha causado una de las mayores crisis sanitarias de los últimos años y sus consecuencias han impactado incluso en la economía de los países afectados. España es uno de los últimos en notificar la presencia de coronavirus. Hasta este viernes se han registrado una treintena de casos y las autoridades sanitarias están siguiendo el protocolo para evitar su propagación.
Tanto a nivel local a través de las delegaciones de salud, como a nivel global a través de la OMS, el mensaje que se está mandando a la población es de tranquilidad, aunque piden que no se descuiden las medidas de prevención. Aún así, la alarma se ha apoderado de los ciudadanos en todos los países; el coronavirus se ha convertido en el foco de atención mundial. Consalud.es ha hablado con Mª del Mar Tomás, portavoz de Sociedad Española de Microbiología y Enfermedades Infecciosas y médica microbióloga del Hospital de A Coruña (CHUAC), para conocer con qué tenemos que quedarnos ante una información tan abundante y continua sobre todo lo relativo a la epidemia.
¿Cuál es el peligro real de este virus para la mayoría de la población?
Según las estadísticas de los estudios que hay hasta el momento y los datos que ha dado la Organización Mundial de la Salud, es un virus que en China presenta un índice de letalidad muy variable: en Wuhan, epicentro del brote, oscila entre un 8% y un 15%, mientras que en resto del país es de entre un 1% y un 2%. Sin embargo, en Europa y otros países occidentales la tasa de mortalidad está en torno a un 0,7%. En jóvenes, niños y población adulta en general de entre 30 y 50 años la tasa de letalidad es muy baja. Solo está provocando síntomas leves, como tos, fiebre… Incluso hay casos asintomáticos. A diferencia del SARS y del MERS, a la población joven no le está afectando porque tiene menos virulencia.
¿Cuáles son los grupos de riesgo?
Se están considerando grupos de riesgo a las personas mayores de 70 años con comorbilidades tales como diabetes, cardiopatías, enfermedades pulmonares crónicas (EPOC)… Pero en realidad en los países occidentales la tasa de letalidad está siendo incluso menor que la gripe.
¿Qué características diferencian el coronavirus de una gripe común?
La gripe común, provocada por virus influenza A y B, puede provocar una afectación general con síntomas a nivel muscular o corporal junto con fiebre, tos, dolor de garganta e incluso vómitos y diarrea… Aunque también puede afectar a las vías respiratorias altas con solo fiebre y tos, por eso es muy difícil de distinguir clínicamente. En los laboratorios de los hospitales se están utilizando técnicas de biología molecular que permiten diferenciar si es una gripe A, B, un virus respiratorio común, o el actual SARSCoV2 (COVID-19).
¿Qué sabemos ahora del virus que no sabíamos al inicio de la epidemia?
En apenas 48 horas, con herramientas de secuenciación masiva, los chinos analizaron la secuencia del genoma del actual SARSCoV2, a partir del cuál se han diseñado las técnicas de biología molecular (RT-PCR) que nos permiten detectar el virus en una muestra respiratoria en dos o tres horas. Esto permite que los hospitales de, por ejemplo, España, estén hoy preparados para tomar medidas de prevención. Ya se sabe que la transmisión se produjo a través del murciélago. Por el momento, el actual SARSCoV2 es un virus respiratorio, que provoca una tasa de letalidad baja en países fuera de China (tasa de letalidad de 0,7) y que el 80% de los pacientes tiene síntomas leves o un incluso no los presentan y se recuperan.
¿Cómo están procediendo las autoridades sanitarias?
La línea de actuación va por el camino de intentar detectar casos que puedan venir importados de fuera y aislarlos para que no se extiendan a la población más débil. A partir de ahí, lo que quieren las autoridades es diferenciar los casos graves que requieran de ingreso y asistencia sanitaria personalizada de aquellos más leves que pueden por sí mismos superar la afección con tratamientos sintomáticos. En Inglaterra, y ya en algunas regiones de España (como es el caso de Galicia, Aragón o Madrid), se están poniendo teléfonos de asistencia para poder informar de los síntomas, y que el 061 mande un equipo al domicilio para tomar muestras, analizarlas y aislarlo en casa o trasladarlo al hospital si lo requiere. En definitiva, hasta que llegue la vacuna que proteja a la población más vulnerable, la línea de actuación es prevenir.
¿Qué riesgo supone para países con sistemas de salud precarios?
Ese es el temor que tiene la OMS y las agencias sanitarias: que llegue a un país que no tiene las medidas que puede tener España, Inglaterra, Francia o Italia para controlar la epidemia, y pueda tener mayor repercusión. Por eso creo que hay una gran sensibilidad para controlar aquellos casos importados y que no haya una propagación que llegue a África y otros países subdesarrollados que puedan tener un problema a la hora de controlar los pacientes y los casos.
¿Cuál es la principal medida de prevención?
No hay estudios que determinen cuál es la sustancia que elimina mayor cantidad de virus. Así que la principal medida de prevención es lavarse las manos con elevada frecuencia, después de toser, de estornudar… Y evitar contactos con personas enfermas. Según cómo evolucione el virus en las próximas dos o tres semanas se verá si es necesario tomar medidas más estrictas de contención del mismo. Ante cualquier duda, se recomienda recurrir a los teléfonos de contacto de asistencia sanitaria establecidos.
¿Cómo se transmite?
A través de secreciones (o gotas) respiratorias, al toser, al estornudar... Por eso hay que intentar no toser delante de otra persona y taparnos si lo hacemos o si estornudamos.
¿Vamos a tener que aprender a convivir con él?
Pueden ocurrir dos cosas. Que en los próximos meses consigamos parar la expansión en España gracias a las medidas que se están tomando y solo registremos casos puntuales importados, o que esto evolucione más, se implante en la sociedad y que la población se vaya inmunizando poco a poco. No se puede predecir. Lo veremos en las próximas semanas y tenemos que estar tranquilos.
¿Qué le dirías a la gente que está tan preocupada?
Lo primero, que deje de obsesionarse con las mascarillas. Deben ser utilizadas solo por el personal sanitario, pacientes infectados u otros enfermos. Destacar que la CDC (Centers forDisease Control and Prevention) no recomienda el uso de mascarillas en personas sanas para protegerse de las enfermedades respiratorias, incluido el COVID-19 (SARSCoV2). Lo segundo, prevenir con lavados frecuentes de manos y taparnos la boca al toser y al estornudar. Sentido común y calma. La vacuna está en desarrollo y en este momento tenemos una gran tecnología y muchos medios sanitarios.