El proceso de vacunación frente a la Covid-19 en España no ha comenzado con buen pie. Las estadísticas de los primeros días reflejaban que la inmunización del primer grupo poblacional (conformado por profesionales sanitarios que trabajan en primera línea y las residencias de ancianos) frente al SARS-CoV-2 iba tarde, si se comparaba con otros países de nuestro entorno.
Los datos sacaron los colores a más de un presidente autonómico y también de sus consejeros de Sanidad o Salud. El ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha procurado estos días pedir paciencia y ha justificado la lentitud, aunque con las cifras de la pasada semana dejaron entrever con un cambio en la tendencia que el titular de Sanidad resaltó en una de sus últimas comparecencias.
"Vamos a velocidad de crucero con 93.000 dosis administradas en las últimas 24 horas”, afirmó.
La propia esencia Estado de las Autonomías, en el que se recoge la transferencia de las competencias en materia de Sanidad a las comunidades autónomas, podría estar detrás de esta desigual inmunización frente a la Covid-19. En este momento, pese a haber una coordinación estatal que recae en el ministro de Sanidad, en nuestro se llevan a cabo 17 estrategias de vacunación diferentes, tantas como CC.AA existen.
"Cada comunidad autónoma va a un ritmo, lo hace de una manera distinta y al final se constata que hay una tremenda desigualdad en cuanto a prestaciones sanitarias"
La secretaria general técnica del Sindicato de Enfermería, Satse, María José García Alumbreros, sostiene que la existencia de distintos planes de vacunación produce desigualdades de cara al acceso de las vacunas entre la población.
"No puede haber 17 ritmos de vacunación diferentes en toda España. Cada comunidad autónoma va a un ritmo, lo hace de una manera distinta y al final se constata que hay una tremenda desigualdad en cuanto a prestaciones sanitarias entre unos territorios y otros", asegura la portavoz de la organización sindical.
En algunas de las últimas estadísticas, se pudo ver qué CC.AA no habían llegado a distribuir el 40% de la dosis entre los grupos estipulados, mientras que otras alcazaban el 90%. Por esta razón, García Alumbreros aboga por que se amplíen los horarios de vacunación en todo el territorio para dar celeridad a este proceso.
"Estamos en la etapa más fácil del proceso y es la que debería ir más rápida"
Según Satse, el número de profesionales sanitarios es suficiente para ejecutar esta parte del procedimiento, aunque indica que se necesitarán refuerzos cuando sea el momento de la vacunación masiva. "En esta fase de la vacunación, el personal sanitario que tiene el Sistema Nacional de Salud (SNS) debería ser suficiente, porque estamos en la etapa más fácil del proceso y es la que debería ir más rápida", explica García Alumbreros.
"El problema nos va a venir cuando tengamos que vacunar a la población general, porque aunque aumente la recepción de las dosis y se refuerce la Atención Primaria, va a hacer falta más personal para darle celeridad", resalta.
La pandemia ha demostrado esta carencia y resalta la escasez de personal de Enfermería, con el colapso de Atención Primaria. "Llevamos denunciando desde hace años que en Atención Primaria faltan 15.500 enfermeras", incide la líder sindical. El Sindicato de Enfermería insta al refuerzo de Atención Primaria para lograr la mayor inmunización posible de manera rápida pero advierte que con los medios actuales "no se puede llegar a todo" y que sin más personal se ralentizará tanto la vacunación como la atención sanitaria.