Desde el inicio de la pandemia provocada por el SARS-CoV-2 la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha ido clasificando las distintas variantes del coronavirus en dos grupos principales: de preocupación (VOC, por sus siglas en inglés) y de interés (VOI, por sus siglas en inglés). La diferencia entre las variantes que componen uno u otro grupo reside en las características de estas atendiendo a una mayor transmisibilidad, mayor capacidad para provocar una enfermedad más grave y su nivel de escape inmunitario.
El 1 de junio de 2021 la OMS propuso un nuevo sistema de nomenclatura de las variantes. Hasta este momento estas eran denominadas de forma popular atendiendo al lugar de origen en el que se habían detectado los primeros casos lo que conllevaba a una asociación negativa. Razón por la que el nuevo sistema de la OMS empleó las letras del alfabeto griego junto con la combinación alfanumérica ya utilizada por la comunidad científica.
Hasta la fecha cinco han sido las variantes consideradas como de preocupación y que han marcado las distintas olas a las que hemos hecho frente: Alfa (B.1.1.7), Beta (B.1.351), Gamma (P.1), Delta (B.1.617.2) y Ómicron (B.1.1.529). Esta última es la dominante a nivel global a través de los cinco linajes que comprende (BA.1, BA.2, BA.3 BA.4 y BA.5), así como los sublinajes derivados de estos. Actualmente la OMS únicamente mantiene OMS como variante de preocupación a Ómicron, mientras que Alfa, Beta, Gamma y Delta ya son consideradas como variantes de interés. BA.4, BA.5, BA.2.12.1 y BA.2.75 son consideradas por la OMS como subvariantes de Ómicron bajo vigilancia.
Ómicron es la variante del SARS-CoV-2 más compleja hasta el momento en términos de evolución. La razón reside en que el primer año transcurrido desde su detección se han identificado más de 500 sublinajes en circulación. El Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés) clasificaba Ómicron como variante de preocupación en noviembre de 2021 ya que se trata de la variante con mayor número de mutaciones hasta la fecha que le confieren capacidades de escape inmunitario sustanciales en relación con las variantes anteriores en circulación.
Desde el pasado 3 de marzo el ECDC ha eliminado BA.2, BA.4 y BA.5 de su listado de variantes de preocupación del SARS-CoV-2, “ya que estos linajes parentales ya no están en circulación”
“La situación epidemiológica actual se caracteriza por un panorama muy diverso de variantes descendientes de BA.2 y BA.5 co-circulantes, que tienen propiedades diferentes a las de sus linajes parentales y requieren una evaluación individual”, exponen los expertos del ECDC entre estos identifican los siguientes:
Variantes de Interés
- BQ.1 (derivado de BA.5).
- BA.2.75 (derivado de BA.2).
- XBB (recombinante de BA.2.10.1 y BA.2.75).
- XBB.1.5 (recombinante de BA.2.10.1 y BA.2.75).
Variantes bajo supervisión (VUM, por sus siglas en inglés)
- BF.7 (derivada de BA.5).
- BA.2.3.20 derivado de BA.2).
- CH.1.1 (derivado de BA.2.75).
- BN.1 (derivado de BA.2.75).
- XBC (recombinante de Delta y BA.2).
- XAY (recombinante de Delta, AY.45, y BA.2).
El informe del ECDC señala que “la ausencia de variantes del SARS-CoV-2 categorizadas como 'preocupantes' refleja una situación epidemiológicamente estable en la UE/EEE. Sin embargo, no señala el final de la amenaza que representa el SARS-CoV-2 y las posibles variantes futuras que puedan surgir”.
En este sentido destaca que desde el pasado 3 de marzo el ECDC ha eliminado BA.2, BA.4 y BA.5 de su listado de variantes de preocupación del SARS-CoV-2, “ya que estos linajes parentales ya no están en circulación”.
El organismo europeo alienta a los países mantenerse alerta y a reforzar los sistemas de vigilancia, la capacidad de secuenciación y la notificación de casos. “Establecer una vigilancia fuerte y sostenible del virus en la comunidad será fundamental para avanzar en la evaluación confiable de la contribución relativa de las diferentes amenazas de las variantes del SARS-CoV-2 para la UE/EEE”.